Tal y como habían advertido si agotaban todas las vías judiciales anteriores, los marineros jubilados que trabajaron durante años en barcos de Noruega –la mayoría de ellos gallegos– han demandado al país nórdico ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo.
Lo hicieron a través de la asociación Long Hope el pasado 5 de noviembre, tal y como informaron el pasado jueves su portavoz, Alberto Paz, y el profesor de Derecho del Trabajo y Seguridad Social en la Universidad de A Coruña Xosé Manuel Carril, que asesora desde hace años a la entidad que agrupa a cientos de estos ex-trabajadores que no generaron derecho a pensión en Noruega.
Después de agotar la vía interna judicial de Noruega, Long Hope acude al TEDH de la mano del abogado noruego Marius Reikerås en un proceso en el que el Gobierno de España se personará como parte interesada.
Long Hope, en representación de 212 afectados gallegos, reclama el pago de las pensiones para estos hombres de avanzada edad y jubilados hace años. La demanda –al igual que todo el proceso anterior– es un paso más en la lucha por los 12.000 trabajadores del mar (casi el 70% de ellos de Galicia) que trabajaron durante años en buques con bandera noruega.
Hasta 1994, fecha en la que Noruega se integró en el Espacio Económico Europeo, los marineros fueron obligados por ley a pagar entre el 20% y el 30% de su salario bruto, pero al considerar que no residían en el país nórdico –a pesar de trabajar en buques con bandera de ese Estado– se les impidió cotizar y, por tanto, cobrar posteriormente una pensión que ahora reclaman. Serían un total de 520 millones los aportados a las arcas noruegas. El Gobierno escandinavo argumenta que los trabajadores no pagaban las cuotas de protección social que daban derecho a la pensión, a pesar de que sí pagaron impuestos elevados con los que se financiaron servicios de los que no disfrutaron, precisamente, por no ser residentes.
Los marineros jubilados entienden que sufrieron una discriminación económica que tenía como objetivo ahorrar costos a los armadores, algo que afirman que pudo comprobarse en el debate que se derivó de la reforma legal interna de las pensiones que en el país se llevó a cabo en los 60. De hecho, al entrar el Estado nórdico en el espacio económico de la UE en 1994, la legislación dejó de aplicarse por ser contraria a la normativa europea y a la Carta Social Europea, uno de los principales argumentos que da esperanzas a los marineros para confiar en una victoria en el TEDH.
“Las cosas deben materializarse y el Gobierno debe dar un paso al frente”, aseguró Alberto Paz, al tiempo que el abogado Reikerås lamentaba que el juzgado de Noruega no hubiese tomado en serio“ un caso en el que ve ”aspectos discriminatorios“ y una ”práctica inaceptable“. ”La pensión es un derecho social igualitario en todos los sitios“, aseguró.
Long Hope llega ahora al TEDH después de agotar el resto de vías jurídicas y de negociación, aunque está pendiente también de la vía diplomática abierta entre los dos países y que aún no tiene fecha para una reunión de negociación. “A este paso, el convenio llegará tarde y mal”, aseguró Carril sobre una lucha, la de los marineros jubilados, que acumula años de movilizaciones, demandas y petición de ayuda a las administraciones. “Queremos los derechos sociales que nos corresponden”, recuerda Alberto Paz, que lidera una pelea que afronta sus últimos y definitivos pasos.