Ni pacientes, ni sindicatos, ni asociaciones profesionales. Nadie asume el discurso de la Xunta sobre la situación de la atención primaria y sus perpespectivas para este verano. Todavía este fin de semana, el conselleiro Julio García Comesaña aseguraba en la Cadena Ser que “en estos momentos la sanidad pública gallega está en las mejores condiciones”. Dos días después, el Colegio Oficial de Médicos de Ourense ha emitido un duro comunicado en el que carga contra la medida estrella del Gobierno gallego para hacer frente al colapso del servicio, la subida de sueldos. “No se quiere cobrar más por trabajar peor. Lo que se demanda es un incremento de la inversión en atención primaria para desarrollar una medicina de familia consistente, útil y resolutiva”.
El documento critica y desmonta los principales argumentos con los que el presidente gallego Alfonso Rueda y su titular de Sanidade, García Comesaña, se quitan de encima la presión por el deterioro de la medicina de familia. El más llevado y traído, el de la falta de médicos. Lo repitió Comesaña: “El camino es tener más medicos formados y poder ofrecerles las mejores condiciones posibles”. “Es cierto que faltan médicos”, responden los facultativos, “pero es básico que el manejo de los recursos humanos varíe sustancialmente, que se termine la temporalidad y que se convoquen en oferta pública de empleo las plazas que hoy están cubriendo necesidades estructurales imprescindibles con contratos temporales de baja calidad”. Pero su análisis va más allá y se detiene en las consecuencias de 13 años de políticas sanitarias del PP.
“Nadie habla ni se escuchan medidas por parte de los gestores para recuperar la continuidad asistencial”, explican, “que sea siempre el mismo médico el que atiende a su paciente ha demostrado que que es mucho más eficiente y los resultados en salud mucho mejores”. Y lo contraponen a una realidad que, según indican, está “entendida con criterios políticos y no sanitarios”, que cada día el mismo paciente tenga un médico distinto, “dando la falsa impresión de cobertura cumplida”. Para el organismo colegiado, la Consellería de Sanidade anuncia dinero para “pagar algo mejor” las prolongaciones de jornada de los facultativos que cubren a otros compañeros de baja o vacaciones pero carece “de una idea de conjunto para recuperar la máxima continuidad asistencial posible y la calidad de las consultas”.
La ausencia de continuidad asistencial también afecta a los hospitales, afirman. “Una asistencia sin referencias concretas y accesibles, fragmentada, con largas listas de espera e inconexa como lo que hoy se practica en demasiadas ocasiones, tarde o temprano colapsa las urgencias y las unidades de hospitalización”, señalan. El manifiesto, que titulan La situación sanitaria antes del verano, recuerda que ha habido “perniciosas dilaciones de las autoridades para afrontar las disfunciones que el sistema ha ido acumulando en los últimos años”. Y finaliza con un llamamiento a adoptar “decisiones valientes y una mirada de largo recorrido”, ya que, concluyen, “puede que la sanidad pública gallega se encuentre ante el último tren”.