“Queremos aire puro, ni mina ni cianuro” o “El agua vale más que el oro” fueron algunos de los gritos que escucharon este domingo en la multitudinaria manifestación que ha recorrido las calles de Carballo (A Coruña) contra el proyecto minero de la multinacional canadiense Edgewater. En una jornada de sol millares de personas, más de tres mil según los organizadores, llegadas de todos los ayuntamientos de las comarcas de Bergantiños y la Costa da Morte y también de A Coruña, Compostela y de otras zonas de Galicia, completaron la marcha más masiva de las celebradas hasta hoy.
Braulio Amaro, de la Plataforma por la Defensa de Corcoesto, destacó que “estamos enormemente satisfechos por la numerosa participación y por la combatividad de la gente”. “Las movilizaciones van a seguir hasta que se paralice el proyecto”, dijo. En mayo habrá un macroconcierto contra la mina. Y en junio, alrededor del día mundial del medio ambiente, se convocará una manifestación nacional gallega para protestar “contra todos los proyectos mineros que están amenazando numerosas zonas de Galicia con el apoyo de la Xunta”. La marcha recibió igualmente mensajes de apoyo de colectivos que en Argentina, Uruguay o Perú están sufriendo amenazas parecidas, y también de Asturias.
Braulio Amaro destacó “la buena noticia” recibida esta semana con la decisión de la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, de iniciar una investigación de oficio sobre la mina ante la alarma creada por el informe publicado por la Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC y la Universidad de Vigo. Y también llamó la atención sobre el hecho de que “la Xunta está nerviosa, lo mismo que los alcaldes que apoyan el proyecto”, al ver las lagunas legales de la mina y el rechazo que genera entre la población de la comarca y entre los numerosos ganaderos de la zona.
La marcha partió poco después de las 12 y la pluralidad de apoyos que había recogido su convocatoria (desde las plataformas por la defensa de Corcoesto y Bergantiños y Salvemos Cabana, hasta las organizaciones ecologistas Adega y Verdegaia, pasando por los sindicatos CC.OO, CIG o SLG y las formaciones políticas BNG, AGE o CxG) se reafirmó en la participación. En este sentido, destacó la numerosa representación del BNG, encabezada por Xavier Vence, Francisco Jorquera o Ana Pontón, y de AGE, con Xosé Manuel Beiras, Antón Sánchez y Consuelo Martínez. También participaron algunos alcaldes de la zona, como Evencio Ferreiro (Carballo) y Manuel Antelo (Vimianzo), ambos del BNG.
Sin embargo, en esta manifestación el protagonismo no les perteneció a los partidos, sino a las plataformas ciudadanas y organizaciones sociales que encabezaron la marcha. En este sentido Ramón Varela, portavoz de Salvemos Cabana, celebró que los representantes de los partidos “no hayan encabezado la marcha” pues a ellos “lo que les corresponde es realizar iniciativas en contra de la mina en el Parlamento” mientras que “la lucha en la calle la deben llevar a cabo los vecinos de la comarca”.
La marcha terminó en la plaza del Concello donde Manuel Rivas y Rosalía Fernández leyeron el manifiesto final redactado por Xurxo Borrazás: “Un fantasma recorre las tierras de Pondal, los valles de Bergantiños, las revueltas del Anllóns, y el Monte Blanco, Dombate... Ese fantasma tiene aliento de cianuro y se llama Edgewater, empresa canadiennse que viene a Galicia no a construir sino a destruir”. El texto también denuncia que el modelo de explotación minera que se va a poner en marcha en Corcoesto “es anacrónico y está fuera de tiempo” debido a la “escasa rentabilidad social que tiene” y a los “profundos daños” que generará para el medio ambiente.
“Un problema de toda Galicia”
La Plataforma por la defensa de Corcoesto y Bergantiños, que convocó la manifestación, destacó que “no es un problema local de Corcoesto, Cereo y Valenza. No es un problema de Cabana, Ponteceso y Coristanco. No es un problema de Bergantiños. La mina Corcoesto es sólo la punta de lanza de un inmenso destrozo programado de norte a sur: la veta Malpica-Tui. Es un problema de toda Galicia”, y añade que con esta nueva movilización pretenden “decirle a la Xunta con voz alta, clara y fuerte que ni Bergantiños ni Galicia quieren esta mina destructiva en su territorio. No vamos a permitir bajo ningún concepto la destrucción y el esquilmamiento de nuestro país”. Prometen además “nuevas iniciativas de información, organización y lucha” para pelear contra el proyecto de Edgewater que cuenta con el apoyo de la Xunta pues “hay que parar lo que podría suponer un grave precedente para que no vengan detrás otros proyectos semejantes en nuestro país”.