“Huid, corred”: alerta vecinal ante la megamina que pone en riesgo la ría de Arousa
“Fuxide, correde, bulide (huid, corred, apresuraos) (...) Un mal nunca antes visto asola Galicia”. Ese es el comienzo del vídeo que la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa (PDRA) ha difundido para animar a la participación en la manifestación que este colectivo, junto a la plataforma vecinal Mina Touro O Pino Non y otras 40 entidades, convocan para el próximo día 10 de junio en Compostela.
“La destrucción es inevitable”, “nadie está exento de sufrimiento”, “sólo hay un final posible para esta historia: la nada”. Son algunas de las frases de una pieza en la que se puede ver como vecinos, peregrinos o vacas huyen de una amenaza. “Pues no, este no es el comienzo de una película de terror; es la realidad o puede llegar a serla”, se advierte en el vídeo en referencia a la reapertura de la mina de cobre de Touro y de las posibles consecuencias de un megaproyecto minero impulsado por la multinacional Atalaya Mining.
Ganaderos de la zona, vecinos, marineros de Arousa o la actriz Isabel Risco advierten de las “explosiones diarias”, de las “balsas de lodos” contaminantes, del “filtrado” de materiales tóxicos o de la llegada de esta posible polución al mar y a la ría. “Esto hay que pararlo (...). Todo se verá afectado a corto plazo, pero será con el tiempo cuando veamos las consecuencias”, dicen los protagonistas. Por todo esto, llaman a participar en la manifestación del próximo 10 de junio, en el que la ciudadanía “saldrá a decir no” a la mina a cielo abiertto.
“No queremos que una empresa de fuera se aproveche de Galicia para lucrarse; no toleraremos este saqueo a Galicia ni pondremos en riesgo nuestras vidas; no queremos una herencia envenenada”, finalizan, reproduciendo el lema de la marcha, que será otra de las acciones de protesta que desde hace meses celebra la plataforma vecinal, apoyada por otros colectivos.
En el proyecto, tal y como denuncian, se emplearán entre 9 y 16 toneladas de explosivos al día, habrá emisiones de polvo y una grave contaminación atmosférica, como mínimo, en un radio de 15 kilómetros, hasta Compostela y en el propio Camino. También se prevé la utilización de unas 15.000 toneladas de productos químicos altamente contaminantes para separar el mineral y el gasto de 2,25 hectómetros cúbicos de agua al año. Habrá dos grandes balsas de lodos con undique de 3,2 km y 80 metros de altura y el área de afectación directa, además de las filtraciones a riachuelos o ríos que acaban en el mar, abarca unas 700 hectáreas ampliables a 1.800.
El pasado fin de semana, docenas de vecinos y miembros de la Plataforma Mina de Touro O Pino Non recorrieron el último tramo del Camino de Santiago y hicieron una ofrenda al Apóstol para pedirle a la Xunta que no dé el permiso necesario para seguir adelante con la apertura de una mina de cobre en la zona. Insisten en que su impacto ambiental y económico afectaría no sólo a los ayuntamientos donde se asiente la megamina, sino que también afectaría a toda la comarca, el río Ulla e incluso la ría de Arousa.