Los recortes, la falta de medios y personal, la precariedad y las derivadas deficiencias de atención al personal. Son las quejas que desde hace tiempo llevan a cabo diferentes colectivos de la sanidad pública gallega y que provocan movilizaciones constantes o huelgas en el sector de las ambulancias, en los puntos de atención continuada (PAC) o en las Urgencias, como ocurre actualmente en el Clínico de Santiago. El conflicto va a más y este lunes 22 jefes de servicio de los centros de salud del área sanitaria de Vigo presentaron públicamente su dimisión en bloque ante el “progresivo deterioro de la asistencia sanitaria en Atención Primaria, que ha llegado a límites insostenibles”.
Con esa contundencia se habían manifestado ya en la carta de renuncia firmada por todos ellos y dirigida a la Consellería de Sanidade. En la tarde de este lunes, 22 profesionales consumaron y escenificaron su renuncia en una rueda de prensa en la que explicaron que el motivo principal de su decisión eran “los recortes que están afectando al sistema de salud gallego desde 2012”. Así lo aclaró el presidente del colegio de médicos de Pontevedra, Luis Campos, que mostró el apoyo a los dimisionarios.
En el escrito, al que tuvo acceso este diario, advierten de que han avisado “reiteradamente” de la caótica situación a la administración sanitaria. “Hasta aquí llegamos y no queremos ser cómplices de este deterioro”, explican los profesionales, que suponen el 80% de los jefes de servicio de los centros de salud de Vigo, y recuerdan que denunciaron los defectos “de forma reiterada” tanto al gerente y a director de asistencia del área de gestión integrada de Vigo, así como al conselleiro de Sanidad, Jesús Vázquez Almuiña. Las peticiones llevadas a cabo en las últimas reuniones en verano tampoco recibieron respuesta. Y los últimos intentos de la Xunta por evitar la drástica medida en las últimas semanas tampoco ha surtido efecto.
“Ante la ausencia de cambios, hemos decidido presentar nuestra dimisión como jefes de servicio”, explican en la carta los responsables de los centros de salud de Coruxo, Gondomar, Casco Vello o A Doblada, entre otros. En la carta denuncian la “sobrecarga asistencial” que provoca “el deterioro de la atención a los pacientes, con repercusión en su salud”, así como el “agotamiento y desmotivación de los profesionales sanitarios”, lo que provoca la “falta de fidelización de los profesionales nuevos a la sanidad pública y jubilaciones anticipadas de profesionales con gran experiencia”.
En la rueda de prensa, han advertido de que la carga asistencial provoca que muchos de los profesionales de Primaria tengan que atender hasta a 45 pacientes por día, algo que no consideran “digno”. E incluso han explicado que uno de los que dimsionarios no había podido estar en el acto porque tenía que atender “92 pacientes” durante la jornada. Advierten, además, de que hay médicos “que no quieren trabajar con las condiciones precarias que les ofrecen”. “El sistema se mantiene por el sobreesfuerzo de los profesionales”, dicen.
Los jefes de servicio critican también la “nula previsión de la falta de recambio profesional” que, dicen, es “evidente” desde hace años en Medicina de Familia y Pediatría, o la “dificultad de acceso a la atención hospitalaria” de los enfermos, con listas de espera para pruebas y consultas “inaceptables” y “sin posibilidad de derivación urgente o preferente”, siendo las urgencias hospitalarias “la única puerta de entrada”.
Además, denuncian la “utilización perversa de nuevas tecnologías en la interconsulta que dificultan más el acceso” y la “ausencia de contratos eventuales estables” y las “condiciones de trabajo deplorables para los profesionales más nuevos en la sanidad pública”.
El escrito, muy duro con el Sergas, advierte de que los centros de atención primaria “no cuentan desde hace años con planes estables de reposición de material ni de incorporación de nuevo aparataje”. “No dejamos de ver como los hospitales crecen en dotación y tecnología cara y sofisticada mientras en la Atención Primaria se carece de lo elemental. La actividad que antes se hacía en los hospitales y ahora se realiza en Primaria no ven acompañada de los recursos necesarios”, explican los jefes de servicio que pasarán a ejercer únicamente como médicos de familia.
Huelga y cierres
La dimisión coincidió además con una jornada de huelga de médicos en Galicia en la que el sindicato O'Mega critica también le “deterioro de la sanidad” o el “agotamiento” del personal, así como los “recortes presupuestarios” y el “colapso permanente de la asistencia”.
Las demandas coinciden en muchos casos, también, con las reivindicaciones que llevan a cabo en las Urgencias del Hospital Clínico de Santiago tanto el personal como los médicos. Desde este lunes, y hasta el jueves, está convocada la quinta semana de huelga en un espacio donde los profesionales, como en otros casos, reclaman más trabajadores, más medios y mejores condiciones laborales para mejorar también la atención a la ciudadanía.
El personal considera insuficiente la oferta de refuerzo que ofrece la gerencia, mantiene las movilizaciones y anuncia un cierre para el próximo día 19. Tanto médicos como el resto de profesionales insisten en mantener las movilizaciones, que este lunes han vuelto a la puerta del Clínico, después de que en los últimos días se volvieran a acumular enfermos en los pasillos.
El Sergas advertía el lunes de que no había recibido notificación alguna sobre la posible dimisión y pide mantener el “diálogo”. Además, asegura que el eje de las reivindicaciones son la carencia de médicos en desempleo en las listas de contratación para hacer relevos, un problema que, según Sanidade, no es exclusivo de Galicia sino de todo el Estado.
En Marea y BNG consideran la dimisión de los jefes de servicio en Vigo como una “advertencia” del “deterioro” de la sanidad pública en Galicia. La portavoz nacional del Bloque, Ana Pontón, cree que es obvio que el “tsunami privatizador” provoca problemas y un malestar tanto entre los profesionales como en la calle. Para la diputada de En Marea, Flora Miranda, “la falta de presupuestos tiene consecuencias para las personas enfermas”. “Los recortes matan”, concluyó, mientras el PP apuesta por que la Xunta “reduzca la conflictividad”.