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Movistar corta la línea de teléfono tradicional en un municipio de la montaña de Lugo con problemas de cobertura

Beatriz Muñoz

29 de noviembre de 2021 06:00 h

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Las cartas empezaron a llegar a finales del mes de octubre. Avisaban a los clientes de Movistar en dos núcleos del municipio de Folgoso do Courel, en la montaña de Lugo, de que estaban a un mes de quedarse sin la conexión telefónica fija tradicional, la que usa la línea de cobre. Y de que si querían mantener el servicio debían ponerse en contacto con la empresa y pasar a otras tecnologías como la fibra, el sistema fijo por radio o el satélite. Todos presentan carencias: o no llegan a todas las viviendas o no garantizan un servicio igual de fiable que el anterior o simplemente no funcionan en algunas zonas. La decisión de la empresa provocó el enfado de vecinos, grupos políticos y gobierno municipal en un Ayuntamiento en el que una amplia extensión del territorio no tiene siquiera cobertura.

Movistar era clara en sus intenciones. En las misivas fijaba el 26 de noviembre como la fecha a partir de la cual iba a dejar de prestar el servicio de comunicaciones fijas sobre la red de cobre. Como se puede leer en la carta que recibió uno de los vecinos del municipio de Folgoso do Courel, la empresa informaba de que la única posibilidad era cambiar a otra tecnología y de que, de no hacerlo, el cliente perdería el número de teléfono. Los avisos llegaron también a través de SMS, en los que la compañía telefónica se limitaba a señalar que el servicio dejaría de funcionar y dirigía al 1004 o a una tienda física para tratar de resolverlo.

El servicio a través de la línea de cobre ni siquiera llega a todo el territorio del municipio, solo a Folgoso y a Seoane. La alcaldesa, Dolores Castro (PP), explica que en buena parte de los núcleos nunca hubo esa tecnología para el fijo y ya están conectados a través de satélite. El problema se abría, por tanto, para los vecinos de estas dos poblaciones. La fibra que podría sustituir al cobre llega a ambos sitios, pero no alcanza todos sus barrios y aldeas. Castro pone el ejemplo del camping, situado en Esperante, a poco menos de un kilómetro de Seoane. El propietario fue el primero que avisó a la regidora: no le llevan la fibra óptica hasta donde se encuentra y allí no llega la cobertura para recurrir a otras alternativas, así que se veía ante el escenario de no poder ni cobrar con tarjeta a sus clientes.

La alcaldesa protesta porque “algunos de los métodos” que ofrece Movistar, en concreto la conexión por ondas de radio, “no son viables porque no hay suficiente cobertura”. Relata la experiencia que le han trasladado los “dos o tres” vecinos que pidieron el cambio a este sistema. Le han dicho que el servicio es malo, que las llamadas se cortan abruptamente. Ella asegura que entiende que la orografía montañosa de O Courel es “complicada”, pero recrimina que se anuncie el corte antes de que se hayan puesto sobre la mesa soluciones efectivas.

Tras días de quejas y denuncias que han llegado a los medios de comunicación, Movistar se puso en contacto con Castro para decirle que la desconexión no es “inminente” y que no se producirá como tal hasta mayo de 2022. En respuesta a preguntas de este diario, la empresa expone que el 26 de noviembre se hizo “simplemente una baja administrativa” de una central de cobre que atiende “a una zona pequeña del pueblo” y que “la desconexión física” no será hasta dentro de seis meses.

Según los datos aportados, son 49 clientes los afectados -se incluyen solo los de Movistar, no los de otras empresas que usen la misma red-. 43 se han pasado ya a la fibra y, de los seis restantes, hay cuatro con el sistema de radio, pero se les va a conectar a la fibra también, asegura. Los dos restantes son el cuartel de la Guardia Civil, para el que se planea también una extensión de la misma tecnología, y el camping, que mantiene la red de cobre mientras se “estudia” si puede tener asimismo acceso a la fibra.

Óscar Carrete es uno de los dos concejales de C@urel Vivo en Folgoso. Expone que los vecinos no se van a quedar sin teléfono, pero lo que sí ocurre es que una empresa que ha recibido fondos públicos para extender la banda ancha va a pasar a prestar un servicio “más decadente” en una de esas zonas en las que se comprometió a ofrecer una mayor calidad. Cree que las alternativas que Movistar ha puesto sobre la mesa para Folgoso do Courel van a provocar un “colapso” en las antenas. “Llevamos años pidiendo más repetidoras, hay zonas blancas en las que no hay cobertura”, critica.

Al margen del conflicto por el corte de la red de cobre -un sistema que Movistar está apagando en general-, Carrete abre el foco y señala el problema de conexión que hay en general en el municipio. Cifra en el 30% el territorio de O Courel en el que no hay cobertura. Opina que debería exigirse a la empresa que lleve la fibra a todos puntos que sea posible y que modernice los repetidores y aumente el número para que la señal llegue a zonas desatendidas.

Por su parte, la alcaldesa concede “un voto de confianza” a la empresa porque se ha comprometido a estudiar todos los casos para evitar los problemas que estaban temiendo en el municipio. Recrimina la forma de proceder porque, asegura, crearon “alarma” con las cartas. Muchos de los vecinos son personas mayores “que no sabían qué tenían que hacer” y pensaban que se iban a quedar sin su número de teléfono. También reflexiona sobre las carencias en el resto del territorio de Folgoso. Hay zonas a las que nunca llegó el cable de cobre y quedaron excluidas durante años del acceso a internet. Pone como ejemplo su pueblo, Moreda, en el que recuerda que usaban TRAC que solo permitían hacer llamadas. Con el plan de banda ancha que terminó en 2015, dice, se instalaron más repetidores y mejoró la situación: “llegó internet a más sitios. Es más lento, pero puedes tenerlo”.