Los trabajadores y trabajadoras gallegas de las contratas de Movistar-Telefónica están a punto de superar el primer mes de huelga indefinida (en otros territorios del Estado hay personal que lleva casi 40 días). Protestan por la precarización de sus condiciones laborales. A pesar de la importancia de este paro, que está teniendo efectos muy visibles en el servicio de telefonía, internet y televisión que ofrece la compañía (y también en los de otras empresas que operan a través de la línea de Telefónica), la Xunta de Galicia permanece muda ante el conflicto y ni siquiera ha iniciado el proceso para fomentar una mediación. En los casi treinta días desde el inicio del paro en Galicia (el 14 de abril) ha habido varios miles de incidencias técnicas que han quedado sin atender, tanto averías como un número muy elevado de altas.
Antolín Alcántara, secretario confederal de Negociación Colectiva de la CIG, denuncia que el Gobierno gallego está “ignorando la ley”, y señala que “tanto la Consellería como la Xunta están claramente de parte de Telefónica, por eso siguen sin actuar”. Alcántara responsabiliza de la situación creada a la actitud de la compañía, señalando que la huelga es consecuencia de que Telefónica decidiera “apretar aún más” a las contratas para que estas hicieran lo mismo con sus trabajadores.
“Nuestro trabajo exige desplazarnos por toda la provincia con jornadas de 11 y 12 horas diarias, también sábados. A pesar de esto, no cobramos el salario legal del convenio. A mayores tenemos que pagar el gasóleo y las comidas”, destacan los representantes de los trabajadores en huelga. “Las empresas hacen trampas en nuestras nóminas, descontándonos dinero del salario, como anticipos que no cobramos. Cuando un mes no alcanzas la producción mínima, por culpa de los desplazamientos o muchas averías, que no son responsabilidad nuestra, nos descuentan esta cantidad en los meses siguientes”, añaden, recordando que “Telefónica tuvo unos beneficios próximos a los 4.000 millones de euros el año pasado, pero explotan de manera indecente a los que hacemos su trabajo”. Demandan que se cumplan los convenios, la limitación de la subcontratación en cadena o el reconocimiento del derecho a la subrogación del personal.
Se trata de un sector altamente precarizado, en buena medida por la fragmentación del mismo, dándose situaciones de hasta tres niveles de subcontratación para un único contrato con la empresa principal. De hecho, desde la propia Telefónica se fomenta la competencia entre las contratas, así como la incorporación de sus ex trabajadores y ex trabajadoras (cesados y cesadas en los sucesivos EREs de Telefónica) a esta cadena de subcontratación como autónomos y autónomas, o a través de pequeñas sociedades de nueva creación.
En las cuatro semanas de que dura ya el conflicto en Galicia se han producido además varias denuncias por vulneración del derecho de huelga. Por ejemplo, en Vigo se reclamó ante la Inspección de Trabajo una “actuación contundente” contra Movistar-Telefónica por sustituir a los empleados de las subcontratas en huelga con personal propio. “Entendemos que se está tratando de boicotear una huelga legal de las contratas y subcontratas, lo que contraviene la legislación laboral y viola un derecho fundamental como el de huelga”, añadieron los representantes sindicales. También en A Coruña se denunció que la compañía había enviado personal de Montelnor (una de las contratas) a hacer servicios de reparación en una zona que corresponde a Liteyca (otra de las empresas que trabaja para la multinacional), por estar los trabajadores de esta última en huelga.
Los trabajadores y trabajadoras continúan con su calendario de movilizaciones y el jueves llevarán a cabo protestas en Vigo y en A Coruña y el viernes se trasladarán a Santiago para concentrarse delante de la Consellería de Trabajo. Para apoyar al personal en huelga, la CIG ha puesto en marcha una campaña de solidaridad, a través de la venta de bonos-ayuda y de la apertura de un número de cuenta en el que ingresar dinero destinado a los y a las huelguistas.
Los sindicatos denuncian “silencio informativo”
La CIG se muestra muy crítica con la actitud mantenida en este conflicto por UGT y CC.OO., que en un primero momento rechazaron la huelga, para después realizar paros de dos días a la semana que paralizaron para abrir una mesa de negociación en Madrid que no es reconocida por la CIG y tampoco por AST, CGT y Co.Bas, los sindicatos que iniciaron los primeros paros en todo el Estado, hace ya 40 días.
La CGT viene denunciando, asimismo, el “silencio informativo” aplicado sobre este importante conflicto laboral en la mayor parte de los periódicos y en la totalidad de los canales de televisión y radio, una situación que explican por el importante peso accionarial y publicitario de la empresa en la mayor parte de los grandes grupos de comunicación en España. Esta realidad obligó a los y las trabajadoras en huelga a buscar nuevas vías para difundir su situación y llegar a la opinión pública. Internet y las redes sociales han adquirido un papel protagonista.
La Coordinadora de Informática de la CGT destaca a este respecto que “la huelga de Movistar es histórica por múltiples motivos; el principal es la unión producida entre miles de falsos autónomos y trabajadores de subcontratas contra las condiciones de esclavitud que ha creado Telefónica-Movistar” y que, a este respecto, “una coordinación operativa sumamente eficaz y distribuida, apoyada en un uso muy inteligente de sistemas de mensajería como whatsapp ha hecho posible que el funcionamiento fuese asambleario y a la vez extremadamente ágil y reactivo a los acontecimientos. El comité de huelga ha llevado siempre la iniciativa”. Destacan igualmente el “componente social” de este paro, que sitúan como un modelo de “sindicalismo ofensivo en el siglo XXI”. “No estamos ante una movilización cerrada o puramente laboral, sino que ha contado con la implicación activa de muchos colectivos y movimientos sociales que le han dado un plus de potencia”, añaden.
La CGT destaca la intensa actividad de las personas y colectivos que apoyan la huelga a través de twitter (empleando hashtags de referencia como #ResistenciaMovistar o #OccupyMovistar), que ha conseguido abrir una brecha comunicativa. También destaca la creación y circulación masiva de vídeos, mensajes e imágenes que se han hecho virales, y que sirvieron tanto para comunicar las demandas de los y de las huelguistas, como para desmentir las visiones de la empresa o de los sindicatos CC.OO. o UGT.