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La oposición arrastra a Feijóo a comparecer sobre las fotos con el narcotraficante

Dos años, siete meses y una semana después, Feijóo volverá a comparecer en el Parlamento al margen de las sesiones obligatorias. Ha sido necesario un excepcional escándalo, el provocado por la publicación de las fotos del presidente de la Xunta con el contrabandista Marcial Dorado para que el PP acepte la petición de la oposición en pleno, no sin resistencia y con condiciones. Los conservadores asumen que su jefe de filas hable desde el atril del Pazo del Hórreo sobre sus vacaciones de 1995 pero, a cambio, reclaman que en ese mismo pleno no se celebre la habitual sesión de preguntas al titular de la Xunta, la conocida como sesión de control.

El inédito cambio de cromos sumió en la “perplejidad” a los grupos de la oposición que, no obstante, antepusieron la aceptación acumulada de sus solicitudes de comparecencia, la presentada por el PSdeG y la formulada conjuntamente por AGE y BNG. “Pasamos de la indignación a la sorpresa”, resume el portavoz del Bloque, Francisco Jorquera, que concuerda con Xosé Manuel Beiras, de AGE, en que la sesión de la Xunta de Portavoces en la que se dio el debate fue todo un ejercicio de “surrealismo”.

“Fue una especie de simposio, sólo faltaban los estudiantes”, dice Beiras. Pero, al margen de las formas, lo cierto, dice el socialista Abel Losada, es que Feijóo “comparece cogido por la oreja por los grupos de la oposición”.

¿Qué fue lo que sucedió? El PP se dispuso a formar el orden del día y puso sobre la mesa su tradicional negativa a la petición de la oposición. Hubo un “rechazo frontal” a la comparecencia, dice Jorquera, que “incluso intentó trivializarse diciendo que carecía de sentido que compareciera para hablar de unas fotos de hace veinte años que pertenecían a sus espacios de ocio”. Además, argumentaban tanto el portavoz conservador como el representante del Gobierno en la Xunta, los grupos ya habían presentado preguntas parlamentarias al respecto. Pero la oposición, señala Beiras, consideró “un pitorreo” lo que formulaba el PP, y su presión logró que “aceptaran la comparecencia siempre y cuando retiráramos las preguntas sobre el mismo tema”. “Sin que sirva de precedente”, dice Jorquera, la oposición aceptó porque el objetivo último era que Feijóo no tuviera “ningún pretexto al que agarrarse” para no comparecer.

También Losada considera que lo prioritario es que Feijóo comparezca, aunque esto venga después de que “el PP y el Gobierno sometan el Parlamento a un chantaje”. La comparecencia, dice el socialista, es necesaria porque “no estamos hablando sólo de fotos”, como dice el presidente, sino “del reflejo de las relaciones entre el número dos de la Consellería de Sanidad” en aquel momento y un narcotraficante, todo esto “en los años en los que el principal problema” de Galicia era, precisamente, el narcotráfico.

Discurso inverosímil

A ese debate PSdeG, AGE y BNG acudirán para reclamar más explicaciones de las ofrecidas por Feijóo en rueda de prensa el pasado lunes. Su discurso, afirma Losada, es “absolutamente inverosímil”. “Decir que no sabía quién era Marcial Dorado es tomar a los gallegos y gallegas por tontos”, subraya el socialista, que además no entiende que Feijóo “compartiera viajes, barcos y coches con desconocidos”, dado que “no era un autoestopista”.

Jorquera tampoco se cree la “memoria frágil” del líder popular, esa que le lleva a recordar sólo “que había nieve, y no voy a hacer ningún chiste fácil”, ironiza. Hace falta aclarar, añade Beiras, hasta donde llegaban las “juergas” y “francachelas” con el narco.

Ante todo lo sucedido el portavoz del PP, Pedro Puy, considera que lo que hace falta destacar es el “ejemplo enorme de transparencia” que está dando Feijóo aunque “hablamos de algo que no tiene nada que ver con el ejercicio de la Presidencia de la Xunta”. Según Puy, lo único que se puso en tela de juicio por su parte fue “el formato” de la comparecencia y no la comparecencia misma. Así las cosas, habrá comparecencia y peticiones de explicaciones y también de dimisión, según avanzan PSdeG, AGE y BNG.