Del paisajismo de Avendaño a la abstracción radical de Leopoldo Nóvoa: el arte gallego moderno en 350 piezas

La quizás más importante colección de arte moderno de Galicia no se encuentra en ningún museo público. Ni autonómico ni estatal. La quizás más importante colección de arte moderno de Galicia la fueron reuniendo a través de los años las desaparecidas cajas de ahorros y en la actualidad pertenece a la obra social de Abanca. Son 5.000 piezas -pintura, escultura o vídeo- bajo tutela de Afundación, todos y cada uno de los grandes nombres presentes en ellas, de las que una selección de 350 conformará la exposición Simultánea. Del paisajismo de Serafín Avendaño en el tránsito hacia el tardoimpresionismo decimonónico hasta las abstracciones de ceniza de Leopoldo Nóvoa en la segunda mitad del siglo XX, de la vanguardia renovadora de la generación republicana -Maside, Laxeiro, Colmeiro o Seoane- al materialismo no figurativo de Berta Cáccamo, la muestra recorre historias posibles del arte gallego. Abre sus puertas el 9 de octubre, dividida en nueve secciones repartidas por las siete ciudades gallega más pobladas.

La ordenación de Simultánea no es cronológica, tampoco por autoría. No va de tendencias o escuelas. “Son siete lecturas de nuestra colección, siete capítulos, para siete ciudades”, explicó el presidente de Afundación, Miguel Ángel Escotet, psicólogo de formación y primo de Juan Carlos Escotet, presidente de Abanca, en la presentación de la iniciativa a la prensa. Fue Escotet quien dio las explicaciones más pormenorizadas del proyecto, aunque el comisariado lo ejerce Paloma Vela, coordinadora adjunta de cultura en la institución. El retrato, los objetos cotidianos, el mar, la naturaleza, la abstracción, la arquitectura y la fantasía estructuran las, en realidad, siete exposiciones, ubicadas respectivamente en A Coruña, Ferrol, Lugo, Ourense, Pontevedra, Santiago de Compostela y Vigo. Las acogerán seis edificios de Afundación y uno, el de Lugo, cedido por Abanca. Escotet quiso recordar a los periodistas que las 5.000 piezas de Afundación son de Afundación, la obra social del banco. Abanca, el banco, posee otra distinta.

Fue Vela, en todo caso, la que expuso de qué manera se elaboró la antología de 350 para Simultánea. “Hicimos un proceso de escucha de la colección”, aseguró, y así emergieron los temas. A partir de ahí, ella y su equipo -los trabajos duraron “cerca de dos años”- los emparejaron con cada una de las ciudades también a partir del lugar natal de los artistas. De esta manera, y aunque no se trate -advirtió- de siete muestras locales, en A Coruña Antonio García Patiño, nacido en la localidad y muerto en 2010 alos 78 años, reflexiona sobre la identidad y las emociones a partir del retrato y del singular expresionismo en que se sumergió en la segunda etapa de su trayectoria. Luis Loureiro (1944), de Narón, participa en la de Ferrol, centrada en el objeto doméstico, de uso cotidiano. Las brumas de Tino Grandío (1924-1977) que difuminan lo real o la investigación de materiales de Antonio Murado (1964), uno de los artistas gallegos con mayor proyección exterior, participan en la exposición de Lugo, dedicada a la “simbología de los espacios costeros”.

Otros nombres también mayores, como los de los hermanos Mario y Eugenio Granell, ambos militantes marxistas en los años 30, represaliados y exiliados, vinculados a las corrientes surrealistas, también están presentes. O el de Urbano Lugrís (1908-1973), pintor del mar, onírico pero figurativo, singularísimo, creador de paisajes por momentos fantasmales por momentos desbordantemente imaginativos. También Luís Seoane (1910-1979), el intelectual total del siglo XX, exiliado en Argentina y uno de los motores del renacimiento de Sargadelos -inspirado por la Bauhaus o el constructivismo soviético- a medidados del siglo pasado, que en su pintura recuperaba las voces bajas de la historia con una personal reconfiguración del cubismo. Hay obra, además, de promociones más recientes: el expresionismo influido por el cómic o el pop de Manolo Moldes (1949-2017) estará en Vigo, cuya muestra protagoniza la fantasía; en Pontevedra, dedicada a la abstracción, habrá por ejemplo cuadros de Ánxel Huete (1944); en Santiago, donde la propuesta indaga en las relaciones entre la arquitectura y las artes plásticas, Antón Cabaleiro (1977), que trabaja el vídeo; y en Ourense, donde la naturaleza y el paisajismo son tema principal, Antón Pulido (1944), que inició su abordaje desde un lugar próximo al expresionismo.

No todos los materiales expuestos en Simultánea -hay pintura pero también escultura o vídeo- son inéditos, alguno ya ha formado parte de otras muestras, pero nunca de esta forma. Escotet se congratuló de que la exposición sirva para que la sociedad gallega acceda “a la riqueza de un patrimonio que le pertenece y que la obra social de Abanca tutela y divulga con orgullo”. Creada en 2014 al final del convulso proceso que liquidó las cajas de ahorro gallegas y derivó en Abanca, Afundación heredó sus obras sociales. A falta de un museo autonómico que reúna obra y elabore un relato sobre la pintura gallega moderna y contemporánea -existen colecciones importantes pero parciales en el de Pontevedra, en el Provincial de Lugo o en el de Belas Artes da Coruña, además de en el Carlos Maside, ideado por Seoane e Isaac Díaz Pardo y propiedad de Sargadelos-, estos son uno los fondos de arte gallego más relevantes.