Muxía (A Coruña) fue uno de los escenarios que simbolizó la catástrofe del Prestige, con sus costas cubiertas de chapapote en noviembre de 2002. Fueron necesarios 18 años para que, en pleno verano de pandemia, abriese sus puertas el parador de la localidad, una de las varias obras prometidas en el nunca completado Plan Galicia, la reacción política en forma de compromisos de inversión para compensar las consecuencias en la comunidad. A pesar de que hace dos años que recibe huéspedes, el Gobierno central ha organizado, cuando se cumplen casi dos décadas justas de la catástrofe, una inauguración oficial de las instalaciones. En su momento se pospuso por la crisis sanitaria derivada de la COVID-19.
La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, ha visitado el parador de Muxía y lo ha situado como “símbolo de sostenibilidad y respeto medioambiental”, además de “recuerdo y recuperación de la catástrofe del Prestige”. El edificio se proyecto para “fomentar el desarrollo” de la zona. El resultado, ha dicho, se integra en el entorno y favorecerá que la Costa da Morte sea conocida por su desarrollo turístico.
En el interior del parador están expuestas fotografías y pinturas que retratan a los trabajadores y voluntarios que acudieron a la zona o el propio desastre del Prestige. “La memoria hay que recordarla para que, efectivamente, pongamos todos nuestros medios para evitar que desgracias así vuelvan a suceder”, sostuvo Maroto.
En el acto de inauguración también han participado el presidente de paradores, Pedro Saura; el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones; el presidente de la Diputación de A Coruña, Valentín González Formoso; la directora xeral de Turismo de Galicia, Nava Castro; y el alcalde de Muxía, Iago Toba.
Dos décadas después no todas las obras anunciadas con el Plan Galicia dos meses después del hundimiento del petrolero han sido ejecutadas. La conexión de alta velocidad con la Meseta y Madrid -ya proyectada antes de la marea negra- entró en funcionamiento -hasta Ourense- hace menos de un año, pero otros proyectos, como el AVE por el Cantábrico han sido desechados en estos años.