Las cofradías gallegas de pescadores pararán la actividad de forma indefinida desde el 21 de marzo si no se concretan antes de esa fecha ayudas económicas para afrontar el encarecimiento del gasoil que usan los barcos. La medida de presión la han pactado este fin de semana los miembros de la ejecutiva de la Federación Galega de Confrarías. Su presidente, José Antonio Pérez Sieira, que es patrón mayor en el puerto de Ribeira (A Coruña), expone que parte de la flota lleva ya días amarrada porque salir a faenar con los costes actuales provocaría que vendiesen la mercancía a pérdidas. Es el caso de parte de la flota pesquera de Vigo y de la de Burela (Lugo).
“Todos los días hay barcos amarrados porque no pueden salir”, insiste. El problema está en el precio del combustible. De rondar los 0,6 euros por litro hace unas semanas, está actualmente en torno a los 1,2 euros, el doble. Desde que empezó la guerra en Ucrania tras la invasión del ejército ruso la cifra “no ha parado de subir”. Quienes siguen saliendo al mar, sostiene, lo hacen perdiendo dinero. Algunas embarcaciones que van a caladeros como el de Gran Sol cargan más de 150.000 litros, destaca.
Pérez Sieira asegura que hay consenso en todo el sector, también en el de otras zonas de España, para ir a un paro general desde el día 21 de marzo que deje los mercados desabastecidos. Está pendiente un encuentro el próximo martes con representantes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Lo que se concrete en esa reunión será lo que decida al sector, según el presidente de la federación gallega, que critica lo que considera una “falta de voluntad” para sentarse a hablar con los pescadores.
Los mensajes del ministerio, que ha pedido que el asunto del encarecimiento del combustible esté en la orden del día del próximo Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca, previsto para el día 21, son, a juicio de Pérez Sieira, insuficientes. En otros países europeos ya han anunciado ayudas económicas para el sector, dice.