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Piña podrida, tortilla quemada y sin menús para alérgicos: protestas contra la Xunta de Galicia por los menús escolares

Niñas en un comedor escolar.

Daniel Salgado

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Hace meses que los padres y madres de los colegios públicos de Nigrán (Pontevedra) protestan por la baja calidad, reducida variedad y escasez de los menús escolares de los comedores gestionados por la Xunta de Galicia. La dirección de los centros se ha sumado a las reclamaciones. Tortillas quemadas o congeladas, pasta con atún pero sin atún, agua de lentejas en vez de lentejas, piña podrida, alimentos fríos, menos bollos de pan que usuarios del servicio de manera sistemática, falta de menús para intolerancias y alergias: estos son algunos de los episodios recurrentes, según denuncian las asociaciones de padres y madres (ANPA). El Gobierno gallego no lo ha desmentido ni en sede parlamentaria ni a preguntas de este periódico y se ha limitado a decir que “seguirá apostando porque los comedores funcionen de la mejor manera posible”.

“Hace dos años que nos quejamos por el cátering de los comedores, que responden a la gestión indirecta de la Xunta por concurso público”, explica una portavoz del ANPA del colegio Humberto Juanes, uno de los afectados. Es decir, el Gobierno gallego elabora pliegos de contratación, las empresas optan a ganar la puja con ofertas a la baja y las familias sufren las consecuencias del sistema. Que están relacionadas sobre todo con la “falta de control” de la Administración sobre el cumplimiento de las condiciones, señala esa misma portavoz, quien critica como la Xunta contradice sus propias campañas sobre nutrición y obesidad infantil al descuidar la alimentación en las escuelas. Los contratos acaban este curso, una vez vencido el plazo de dos años con opción a prórroga de otros dos, concedida por el Gobierno gallego.

Las familias de Humberto Juanes y otros colegios de la zona –el Carlos Casares y el Cruz do Campo; el Mallón y el instituto Terras do Turonio, en el vecino Gondomar, completan el lote de la adjudicataria y también registran problemas– quieren que la nueva adjudicación incluya en los pliegos la baremación positiva de que se cocine en uno de los centros. En el Humberto Juanes, concretamente, que dispone de una cocina habilitada a tal efecto por el Concello de Nigrán. Es una petición de mínimos. “Si no se exige, por lo menos que se valore positivamente en el concurso”, añade. La empresa de cátering actual elabora la comida para los escolares en A Estrada (Pontevedra), a una hora y 12 minutos de distancia de Nigrán. Las familias han intentado reunirse con cargos de la Consellería de Educación, de la que depende el servicio de comedores. De momento sin éxito.

Tampoco lo han tenido las 34 reclamaciones particulares, una conjunta de las ANPA de los colegios y otra de uno solo de ellos que han interpuesto ante la Xunta. Solo la última semana han sido cuatro. No han recibido respuesta, expone la portavoz del Humberto Juanes. Este viernes, el secretario general técnico de la Consellería de Educación, Manuel Vila, aseguraba sin embargo en la comisión parlamentaria de Educación que le constaban únicamente 12 quejas y que las “toman en serio” y someten a “un seguimiento exhaustivo”. También recordó que en noviembre una empresa privada realizó una “auditoría” del comedor y la comida en el Humberto Juanes. La ANPA ha solicitado acceso a los resultados de ese informe pero no se lo han concedido. La Valedora do Pobo ha admitido a trámite una queja al respecto de la asociación.

Vila respondía en el Parlamento a una pregunta del BNG sobre la situación de los comedores escolares en Nigrán y Gondomar. La diputada nacionalista Carme González se hizo eco de las reivindicaciones de los padres y madres y describió la situación en los centros: “No se garantiza que la comida sea adecuada, ni variada, ni suficiente. En el Humberto Juanes, donde comen cada día 220 niñas y niños, la empresa usa platos de plástico, pese a estar prohibidos, y envía 30 bollos de pan y 30 piezas de fruta menos sistemáticamente. Hay que ser miserables”. Pese a que el discurso de González se ceñía a lo que relatan las ANPA, Vila la acusó de “tremendista”, adjetivo que repitió en numerosas ocasiones. Y aunque insistió en ofrecer “tranquilidad” a las familias, no desmintió los hechos denunciados sobre la comida.

Sobre la reclamación concreta de incluir la cocina de proximidad en los pliegos del próximo concurso, el alto cargo solo llegó a afirmar que se trata de una “opción factible”. La candidata del PP en Nigrán había anunciado en la prensa que eso estaba hecho. Fue unos días después de que las familias se concentrasen ante el ayuntamiento para exigir atención a sus demandas. El resto de la intervención parlamentaria de Manuel Vila desvió responsabilidades hacia el Ayuntamiento de Nigrán, gobernado por el Partido Socialista. Según él, puede ejercer las competencias en comedores.

Falta de supervisión de la Xunta

Los comedores escolares en Galicia tienen una organización compleja. Los hay que dependen de las ANPA de los ayuntamientos y de la Xunta de Galicia. En estos últimos, hay dos tipos, los de gestión directa con personal público –que el Gobierno gallego tiende a eliminar– y los de gestión indirecta por cátering, 133. Óscar Souto, expresidente de la Federación de ANPA de Vigo, ha estudiado en profundidad el sistema. Además de los problemas de Nigrán, ha registrado protestas en Vigo y en las comarcas de O Morrazo y O Condado. “El problema del cátering es que el control de la Xunta para que las empresas cumplan con los pliegos no es eficiente. Las empresas están a lo que están y si el cliente, el Gobierno en este caso, no exige...”, considera Souto en conversación con este periódico. De hecho, entiende que el problema no es de financiación y se pregunta: “Si los comedores de cátering no están infrafinanciados, ¿por qué funcionan mal? Necesitan supervisión”.

Souto resume las reclamaciones de las familias. Priorizar el uso de las cocinas propias que existen en los centros “es una medida que a corto plazo puede mejorar el servicio”. Otra es la participación de las familias mediante “un sistema ordenado” que permita remitir directamente informes, sugerencias y quejas a la Secretaría Xeral Técnica –competente sobre el servicio. Y finalmente piden que aumente el ratio de monitores, escaso para el número de usuarios de los comedores.

La Consellería de Educación no atendió a las peticiones de información de esta redacción.

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