Por la falta de seguridad en la curva de Angrois están imputados por el juez instructor seis técnicos de Adif, Renfe e Ineco, además del maquinista del tren Alvia que allí descarriló provocando 80 muertos al despistarse sin que estuviese activo ningún sistema que evitase o paliase su previsible error humano. Uno de los imputados, el entonces director de Seguridad en la Circulación de Renfe, Antonio Lanchares, había pedido un año antes a su homólogo en Adif, Andrés Cortabitarte, también imputado, desconectar a bordo de los Alvia el sistema de control constante de la velocidad. Este miércoles un compañero del segundo, Alfonso Ochoa de Olza, que fue director general de Operaciones e Ingeniería y de Explotación en Adif, volvió a atribuir en exclusiva a los dos la responsabilidad de esa decisión, como ya hizo a comienzos de 2014 ante el juez, cuando la calificó como “decisión soberana”, expresión que le fue recordada y que él volvió a asumir.
Ochoa de Olza argumentó este miércoles en la sesión de tarde de la comisión de investigación sobre el accidente abierta en el Congreso que esa decisión de Lanchares y Cortabitarte, que el segundo le comunicó por correo electrónico, fue adecuada porque el sistema fallaba a veces y frenaba los trenes. Frente a dos expertos que ya declararon previamente en esta misma comisión que esos fallos no afectaban a la seguridad sino que sólo provocaban demoras comerciales de los trenes, Ochoa de Olza insistió en que esos errores no podían ser permitidos.
El cargo de Adif, que como responsable de Operaciones e Ingeniería validó la modificación del proyecto original de la línea Ourense-Santiago en la que ocurrió el siniestro, restó importancia a los cambios en la seguridad de las vías que implicó aquella modificación antes de la inauguración de diciembre de 2011 incidiendo en que lo fundamental en el caso del accidente de Angrois fue que el sistema de seguridad estaba desconectado a bordo de los trenes desde junio de 2012, un año antes del accidente. “La realidad es que aquel tren no lo llevaba conectado”, dijo, incidiendo en todo caso en que su desconexión por Cortabitarte y Lanchares fue correcta, como también lo era según su visión la configuración de la seguridad existente en Angrois que depositaba la responsabilidad de adecuar las velocidades en el maquinista. Era lo que establecía entonces la normativa, vio a decir. Sin embargo, admitió que esa normativa era mejorable, como así se hizo. “Asumo como propios los errores del sistema”, llegó a decir.
En la sesión de tarde de este miércoles de la comisión de investigación en el Congreso también compareció otro excargo de Adif, Antonio Gutiérrez Blanco, que fue director general de Explotación y Construcción entre marzo de 2013 y finales de 2014, cuando dejó esa empresa pública y pasó a trabajar en el departamento de Vivienda del Ministerio de Fomento después de que se supiese que estaba siendo investigado por malversación en la línea de AVE a Barcelona. Gutiérrez comenzó diciendo este miércoles que su área de conocimiento es la ingeniería de construcción física de las líneas de AVE, no sus sistemas de seguridad. A pesar de eso, mostró su “opinión personal” de que “el accidente fue del maquinista exclusivamente”. Gutiérrez también expuso que en su opinión es necesario que determinados cargos no permanezcan durante demasiado tiempo en manos de las mismas personas: “Es conveniente mover un poco el árbol porque sino todos nos adocenamos”.
En la sesión de mañana de este miércoles un directivo de Renfe admitió que, en contra de lo mantenido por esa empresa pública, el maquinista no fue formado sobre el riesgo de Angrois después de la alerta que un año y medio antes del accidente había lanzado un maquinista jefe.