Galicia quiere comenzar a recuperar las rutas internacionales de sus aeropuertos a tres semanas de que se autorice el turismo extranjero. Sin embargo, el presidente de la Xunta es partidario de que las personas que entren en la comunidad o bien lo hagan con un pasaporte COVID-19 que clarifique su situación respecto a esta enfermedad o bien que se sometan a un test rápido en origen o a la llegada.
Alberto Núñez Feijóo trasladó esta propuesta, la de que al menos uno de los tres aeropuertos gallegos se abran a rutas internacionales, en la videoconferencia de presidentes con Pedro Sánchez que se celebró en esta jornada por decimotercer domingo consecutivo. “Si abrieron Santander y Bilbao, aeropuertos inferiores o iguales a Galicia en tráfico internacional, como mínimo debería abrir un aeropuerto en la comunidad autónoma”, defendió Feijóo.
El presidente consideró también que las condiciones para el tráfico de pasajeros deberían estar reguladas a nivel europeo al tiempo que se mostró partidario de instaurar un pasaporte COVID ya que es una enfermdad “de declaración obligatoria”. Como alternativa, el presidente de la Xunta apostó por realizar test rápidos de doble banda capilares en origen, antes de embarcar en un avión, o, en destino si no fuese posible hacerlos antes. “Es una competencia constitucional que es exclusiva del Gobierno central”, indicó Feijóo, quién indicó que Pedro Sánchez explicó en la reunión que el aeropuerto de Mallorca comenzará un proyecto piloto en los próximos días.
Con la movilidad entre las provincias autorizada desde las 00.00 horas del día 8, que coincide con la entrada de Galicia en la fase 3, el jefe del ejecutivo gallego ha insistido en que el Gobierno central autorice la apertura para mercancías y trabajadores de cuatro pasos -ahora hay solo dos- entre Galicia y el Norte de Portugal, una reclamación de los municipios de la zona que ven como sus trayectos de decenas de kilómetros alcanzan el centenar por no poder utilizar los pasos habituales. “No podemos seguir así porque estamos mutilando la economía de muchos lugares” de la frontera, reclamó el presidente.
Los contactos con Asturias, que también accede mañana a la fase 3, serán tratados esta semana entre los dos presidentes, aunque las comunicaciones entre comunidades son una competencia del Gobierno central, según especifica la orden publicada en el BOE del pasado sábado. El presidente de la Xunta evitó concretar cuáles serán los aspectos en los que intervendrá el Gobierno gallego, ahora que está al mando de la desecalada o si adelantará el paso de Galicia a la llamada “nueva normalidad” antes del 21 de junio, fecha en que termina el estado de alarma y se cumplirían las dos semanas de la comunidad en fase 3.
En este sentido, Feijóo insistió en que no tiene claro hasta dónde llegan sus competencias y consideró que a partir del martes, día en que se aprobará una nueva orden por parte del Gobierno central, habrá una guía oficial al respecto. “Aún persisten muchas incógnitas y pedimos aclaraciones”, indicó. A estes interrogantes se encomienda también cuándo se le pregunta si solicitará que Galicia quede fuera del estado de alarma, como afirmó hace dos semanas que haría en cuando la comunidad pasase a fase 3. “Cuando se me aclaren cuáles son mis competencias, entonces tomaré esa decisión. Tenemos que saber qué significa salir del estado de alarma”, puntualiza ahora Feijóo.
Disconforme con el reparto de los fondos del Estado
Al presidente de la Xunta no le gusta el reparto de los fondos extra de 16.000 millones que el Gobierno central trasferirá a las autonomías para compensar su gasto durante la pandemia. Alberto Núñez Feijóo no comparte la fórmula empleada por el Ejecutivo central porque considera que “penaliza a las comunidades que gestionaron mejor la pandemia” al “financiar solo el uso de camas hospitalarias y las de UCI”. El titular de la Xunta considera que Galicia debe ser también compensada por el seguimiento que hizo de los pacientes que estaban en sus casas y de las 350 camas que instaló en residencias integradas para trasladar a mayores positivo por coronavirus que estaban en centros residenciales.
Aún así, Feijóo admite que la financiación del Estado, a la que no puso cifra, “mejoró un poco en los últimos días”. “Pero está muy alejada de lo que a Galicia le corresponde por población protegida”, dijo.
Finalmente, el presidente de la Xunta solicitó que las comunidades puedan destinar estos fondos extra a las partidas que consideren. “Es un fondo incondicionado y pedimos que se pueda gestionar también de manera incondicionada, que podamos reestructurar los fondos en la medida de nuestras prioridades y del gasto hecho durante la pandemia”, explicó.