La portada de mañana
Acceder
Sánchez rearma la mayoría de Gobierno el día que Feijóo pide una moción de censura
Miguel esprinta para reabrir su inmobiliaria en Catarroja, Nacho cierra su panadería
Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

La Fundación Franco advierte de que utilizará el Pazo de Meirás para elogiar la “grandeza” del dictador

La Fundación Francisco Franco (FFF) gestiona desde hace dos meses las visitas al Pazo de Meirás. Tal y como se supo la pasada semana y denunció la Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica (CRMH) de A Coruña, esta entidad franquista se encarga de organizar la agenda de recorridos guiados que la ley exige de este Bien de Interés Cultural (BIC) cuya propiedad ostenta la familia del dictador. La noticia provocó fuertes críticas por parte de toda la oposición gallega, más todavía después de que la Xunta reconociera que no puede hacer nada legalmente al ser los propietarios “quienes se deben encargar de cumplir con el mandato legal de abrirlo al público de forma gratuita, así como de su mantenimiento”. Tan solo unos días después, la FFF acaba de emitir un comunicado en el que, lejos de evitar polémicas o limitar su trabajo a fijar las fechas y horarios, reconoce que la labor les supone una “excelente oportunidad” para hacer apología del dirigente fascista y de su dictadura.

Así, la Fundación dice que ha recibido “como un honor” la decisión de gestionar las visitas al Pazo porque es “una excelente oportunidad para mostrar al gran público la grandeza de la figura de Francisco Franco, para potenciar el turismo a Galicia y para difundir el patrimonio gallego en el mundo”. El texto, con tono amenazante, sale a la luz después de que En Marea, PSdeG y BNG hayan calificado de “burla” e “insulto a las víctimas” que esta entidad se encargue de programar el horario y la apertura al público del BIC. En él, la institución franquista acusa a la izquierda de “pedir con toda claridad y reiteradamente que se viole la ley ante la indiferencia general”. Y añade que el “incumplimiento de la ley, como se vio en la II República con el pucherazo del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, sí tiene consecuencias sobre todos los españoles”.

Para la Fundación Franco, que hace referencia a las protestas públicas de Bloque y En Marea, su objetivo “no es el Pazo de Meirás, sino desgastar al PP al amenazarlo: si cumple la ley es fascista”. “Un cuento de niños que, a pesar de haberse repetido en numerosas ocasiones, no ha perdido eficacia”, dice una entidad que va más allá y hace su particular versión de la forma en la que la familia del dictador se hizo con el inmueble.

A pesar de que son reiterados y comprobables los testimonios y documentos que acreditan que el Pazo llegó a las manos de Franco tras presiones, amenazas y expolio al pueblo a través de expropiaciones de tierras, suscripciones populares obligatorias y robo de recursos del Estado durante numerosos años, la Fundación entiende que fue “donado por el pueblo gallego” al dictador “mediante suscripción pública”. “Gracias a esta generosa donación, Galicia contó con la presencia en verano de quien había sido jefe del Estado durante la totalidad de su mandato, honra a la que ninguna otra región española tuvo acceso, y que demuestra que la Diputación de La Coruña fue no solo generosa, sino inteligente”, añade.

Con una prosa propia de muchos años atrás, la Fundación advierte que “Galicia cuenta con un importantísimo patrimonio cultural que añadir a los que ya tenía” por tener la “residencia no oficial más importante en la que vivió Franco”, que “está llena de recuerdos de su vida y de su obra”. “El Pazo es hoy uno de los lugares emblemáticos de Galicia, conocido en todo el mundo, y sobre él recae parte de la gloria de quien lo habitó, probablemente el español de mayor relieve mundial desde Felipe II”, asegura.

No es la primera vez que la Fundación Francisco Franco difunde una visión deturpada sobre la historia del Pazo. En un boletín informativo de hace nueve años, tal y como advierte la CRMH, “miente con claridad” sobre el proceso de traspaso de propiedades a la familia del dictador y “elabora un relato falso, tanto sobre la continuación del expolio más allá de los muros del inmueble como del sujeto que hizo aquella donación, intentando esconder un expolio que está documentalmente probado pero que todavía no se ha sometido a la justicia”.

Para la CRMH, este documento antiguo “prueba la misión negacionista de la Fundación Franco, que está utilizando el Pazo de Meirás como plataforma para difundir mentiras, lesionando la memoria de las víctimas y los valores de la democracia”.