El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, anuncia que Galicia apoyará la restricción de la movilidad nocturna siempre y cuando no se utilice el término “toque de queda”. La Xunta acude con esa postura a la reunión del Consejo Interterritorial de Salud que arranca a esta hora y en la que el Gobierno central quiere saber si cuenta con el apoyo para aplicar nuevos límites para contener el avance de la pandemia. El barón gallego del PP ha dibujado una línea roja sobre el uso del término antes citado, así como cualquier alusión a un nuevo estado de alarma. Según Feijóo, más que términos y necesidades jurídicas son palabras que traen consigo “un enorme coste reputacional”.
La posibilidad de un toque de queda la puso sobre la mesa esta semana el consejero de Salud de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero. Castilla y León pidió su implantación y Galicia la condiciona a la cuestión de la nomenclatura. El presidente gallego justificó tras la reunión de su ejecutivo que la Xunta tiene en vigor medidas que considera “de intensidad similar”. Entre ellas citó que en ciudades como Santiago y Ourense no se pueden reunir personas que no convivan bajo un mismo techo.
Feijóo pidió que se fijen criterios epidemiológicos homogéneos y pactados con las comunidades autónomas para decidir si se aplica un toque de queda y que este no sea generalizado en toda España. Propone que discrimine según la situación de los contagios en cada territorio y diferencie entre zonas urbanas y rurales. En plena segunda ola de la pandemia se reproducen, dijo, “los problemas de la primera: improvisación y frivolidad en las medidas que se toman y en las que no se toman”.