La evolución del coronavirus en Galicia ofrece cada día cifras más preocupantes. La última, el dato de muertos en las últimas 24 horas: un total de 21 fallecimientos, lo que supone la segunda tasa más alta en una sola jornada, solo superada por los 27 muertos que se registraron el pasado 11 de abril. El uno y el 10 de aquel mes también se registraron 21 muertos.
El dato, que acaba de comunicar el Servicio Galego de Saúde, se produce tras varios días consecutivos marcando récord de contagios -son 9.376 los casos activos, el número más alto de todos los registrados- y en medio de un panorama marcado por la opacidad y la falta de información a los ayuntamientos, incluso aquellos cerrados, en donde ni siquiera los alcaldes conocen el dato exacto de contagios entre sus vecinos.
La fotografía de la pandemia en Galicia se aproxima a la de los momentos más complicados de la primera ola: la mayor parte de fallecidos proceden de residencias de la tercera edad, en donde no se ha conseguido evitar el el virus siga circulando. Los fallecidos son en su mayoría de edad muy avanzada aunque también se ha producido la muerte de un hombre de 57 años. La persona de más edad que falleció en las últimas horas era una mujer de 103 años que perdió la vida en el Complejo Hospitalario Universitario de Vigo.
El total de nuevos contagios que registró el Sergas en la misma jornada fue de 448 -425 confirmadas por prueba PCR-, sensiblemente inferior al de jornadas anteriores. No así la presión asistencial, que continúa aumentando y ya son 79 las personas en cuidados intensivos. No había tantas desde el 27 de abril (ese día fueron 83). Hospitalizadas hay 466.
Los datos llegan en un día en el que desde la Xunta se siguen lanzando mensajes contra la idea de un confinamiento generalizado, a pocas horas de que el comité clínico que aconseja a Alberto Núñez Feijóo se vuelva a sentar a la mesa para decidir si mantiene el cierre de las siete principales ciudades gallegas y de otras pequeñas poblaciones, que afectan a un total de 1,2 millones de ciudadanos.
Lo último que se sabe sobre la opinión del comité clínico de Feijóo es que sus miembros no están a favor de un confinamiento severo y plantean que, en caso de tener que adoptar medidas, estas serían más laxas que las de la pasada primavera. Mientras, el presidente de la Xunta ha dado un nuevo giro a su discurso para adaptarlo a las posiciones más cercanas a Vox: discutiendo el toque de queda, poniendo en cuestión las decisiones del Gobierno de imponer un estado de alarma variable para cada Comunidad Autónoma y anunciando que tan pronto pueda (el 9 de noviembre) dejará sin efecto los límites a la movilidad nocturna.