El Gobierno ha cerrado la puerta abierta por la Xunta para llevar al Pazo de Meirás la celebración institucional del 8M. El ejecutivo de Feijóo anunció este fin de semana su intención de entregar los premios Pardo Bazán en los jardines de la propiedad ocupada por los Franco durante más de 80 años y recientemente devuelta al Estado. El Gobierno ha respondido con una negativa, alegando que el lugar no reúne las condiciones.
El choque entre administraciones se produce en medio de una tensión declarada sobre los usos que se le deben dar al Pazo, una vez recuperado para lo público. La Xunta quiere hacer del lugar un centro de recuerdo a la memoria de Emilia Pardo Bazán, contra el criterio de los historiadores que señalan que la propiedad debe servir como lugar de memoria crítica con la dictadura que la ocupó a la fuerza.
El ejecutivo que lidera Alberto Núñez Feijóo creyó ver en la celebración del 8M una oportunidad para impulsar su tesis a favor del recuerdo de Pardo Bazán. Con esa intención alteró lo previsto en la ley que fija la creación de los premios que llevan el nombre de la escritora para fijar su entrega el día que se celebra el Día de la Mujer. El feminismo institucional que defiende ahora el PP gallego tendrá que buscarse nueva ubicación para su puesta de largo.
La discrepancia sobre el futuro de Meirás lleva meses enfrentando a las administraciones central y gallega. La diferencia de criterios se puso de manifiesto en la tensa reunión que protagonizaron en Galicia la vicepresidenta, Carmen Calvo, y el presidente de la Xunta. En aquel encuentro, Calvo tuvo que abroncar a Feijóo para que dejase de referirse al dictador como “el general”. No era la primera vez que el presidente gallego utilizaba la terminología y reducía la presencia de Franco en Galicia a un asunto de “vacaciones estivales”.