“Ha sido una noche tan larga que no ha existido”. La única licencia que Gonzalo Caballero ha concedido a las metáforas en su primer discurso como secretario general del PSdeG ratificado por el Congreso Nacional del partido ha sido una muestra de lo que había vivido durante una madrugada insomne, pero también del primer reto que tendrá que abordar la dirección que encabeza desde este domingo. “Hasta las 9 de la mañana”, admite el economista, duraron las negociaciones para “articular el mejor equipo”, una Ejecutiva con el 71,18% de apoyo a la que se incorporan representantes de sectores internos que no apostaron en las primarias por él ni por Pedro Sánchez, que lo ha respaldado en la clausura del cónclave, pero de la que quedan fuera quienes optaron para la secretaría general por el diputado Juan Díaz Villoslada, también afín al líder del PSOE.
El abogado coruñés Pablo Arangüena como vicesecretario general y portavoz y el diputado lucense José Antonio Quiroga, al frente de la secretaría de organización, configuran el núcleo duro de una Ejecutiva que recupera el puesto simbólico de la presidencia en la persona del portavoz parlamentario, Xoaquín Fernández Leiceaga, cuya alianza con Caballero fue vital para su victoria. Marta Freire e Icía García serán las otras dos vicesecretarias -de Sostenibilidad y de Igualdad, respectivamente- de una dirección en la que se integran cuatro alcaldes, los de Vilagarcía, Alberto Varela; O Carballiño, Francisco Fumega; Burela, Alfredo Llano; y Ames, José Miñones, en un área de política municipal al frente de la cual se sitúa Iván Puentes, antiguo alcalde de Fene y actualmente edil en Pontevedra muy próximo a Leiceaga. En este equipo regresa también a la primera línea política Dolores Villarino, expresidenta del Parlamento gallego, al frente del área de política institucional.
Con este telón de fondo Caballero ha despedido el Congreso de los socialistas gallegos de la mano de Sánchez y ante un auditorio al que se ha querido presentar como continuador de la “mejor historia” del PSdeG, en referencia a los períodos de gobierno de Emilio Pérez Touriño y Fernando González Laxe, que lo avalaron con sendos discursos en el inicio de la cita congresual. Ha llegado el momento, dice el nuevo líder, de “dejar atrás etapas que no nos han permitido articular desde 2009 una mayoría social de progreso en Galicia”. Quienes ejercieron la secretaría general en esos años, Pachi Vázquez y José Ramón Gómez Besteiro, no asistieron al Congreso, ausencias a las que se han sumado las del alcalde de Vigo y tío del nuevo secretario general, Abel Caballero, y la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva.
Las heridas internas y malestares aún latentes tendrán su primera prueba en los inminentes congresos para elegir nuevas direcciones provinciales, organismos cuyo poder Caballero quiere mermar a través de la reactivación de las estructuras comarcales, cambio para el que cuenta con el apoyo de la dirección federal. “Puede haber más contentos o descontentos”, admite, pero ante el plenario ha llamado a “entender” que “todos somos instrumentos al servicio de una causa”, el “cumplimiento del interés general de la ciudadanía gallega, que nos está esperando”. Y “si perdemos músculo político, la derecha puede seguir reinando con tranquilidad en el país”. A su juicio, “solo podrá haber cambio político en Galicia si lo lidera el PSdeG” como “referencia” de una “coalición social de progreso”, fórmula que también queda incluida en las tesis políticas aprobadas.
Sánchez reivindica la “izquierda de gobierno” y mira a Catalunya
En este contexto el líder del PSOE ha celebrado la “victoria rotunda” de Caballero, a quien sin olvidar una mención a Villoslada brindó su “apoyo decidido” con las elecciones municipales de 2019 como primera meta. Los socialistas, ha reivindicado, son la “izquierda de gobierno” y por eso, resalta, en las últimas semanas se han implicado en la “defensa de un proyecto compartido que se llama España”. Lo hacen, asegura, desde la “defensa de una España plural y diversa, en la que pueda caber todo el mundo” y no por adhesión al Gobierno del PP, ha defendido.
La cuestión catalana ha atravesado el discurso de un Sánchez que cree que, tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución a la Generalitat, toca una “reconciliación nacional” que comenzará por las elecciones del 21 de diciembre, las convocadas por Mariano Rajoy en el mismo movimiento con el que disolvió el Parlament. Esos comicios, vaticina, son el “inicio de la solución” y los va a ganar“ quien defienda ”la concordia y la convivencia“. ”Catalunya seguirá siendo España gracias a la razón, a la ley y al voto de los catalanes“, resume.
El PSOE, mantiene, no asume la “falsa épica de libertad y democracia” del independentismo, porque en él “no hay nada de la izquierda internacionalista”. Así, manifiesta, “frente a aquellos que nos acusan de formar parte de falsas alianzas, renovamos nuestro compromiso con una España capaz de mirar al futuro sin los complejos de antaño”, algo que a su juicio no puede lograr un PP que “enfrentó irresponsablemente territorios”. Esos propósitos, asegura, intentará plasmarlos en una futura reforma de la Constitución.