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Sale a la luz una novela inédita que mandó a su autor a las prisiones franquistas

El 25 de enero de 1969, la policía franquista irrumpió en el domicilio vigués del escritor y profesor Xosé Luís Méndez Ferrín. Militante clandestino de la izquierda nacionalista, no hacía ni un año que había salido absuelto después de otra detención. Pero el régimen lo había enfilado. España se encontraba bajo estado de excepción, decretado tras el asesinato policial del estudiante Enrique Ruano, y esta vez Ferrín no se les iba a escapar. En el registro, los agentes se incautaron de varios documentos: tres libros de Mao Tse-Tung, dos revistas sobre Cuba, un volumen sobre Ho Chi Minh o los poemas de su camarada Farruco Sesto Novás. Y un mecanoscrito propio inédito, O corvo, a figueira e a fouce de oro [El cuervo, la higuera y la hoz de oro]. Fue esta novela, nunca publicada y desde entonces perdida, la que le valió una condena a dos años de prisión por “propaganda ilegal”. El investigador Fernando Ramallo la acaba de rescatar del Centro de Documentación de Memoria Histórica de Salamanca.

“El mío es el único caso de un escritor que fue a la cárcel franquista por escribir una novela, ¡ni siquiera por publicarla!”, relata Méndez Ferrín, tal vez el autor gallego vivo más influyente, desde su confinamiento en Vigo. Aunque haya pasado medio siglo y él nunca se preocupara por recuperarla, no le extraña que aquella obra protagonizada por un intelectual que se enrola en la guerrilla antifascista haya acabado por aparecer. “Los archivos están repletos de noticias e información. Las actas del Tribunal de Orden Público, los consejos de guerra, los documentos de los comités secretos de Fraga Iribarne contra los intelectuales... Además, cuentan con trabajadores maravillosos que te facilitan el trabajo”, dice, “lo que sucede es que los historiadores son muy perezosos”. A esos archivos fue a los que se dirigió el profesor Ramallo.

“Soy amigo de Ferrín, y sabía, es conocido, que había estado en la cárcel. Y que la causa había sido una novela que nunca se publicó. Le pregunté qué había pasado con aquel libro y si podía indagar sobre él. Me dijo que adelante”, cuenta. Ramallo llamó a una amiga, letrada del Constitucional, para saber a dónde podía haber ido a parar la documentación del Tribunal de Orden Público de la dictadura. Eso lo encaminó a Salamanca, a la institución que custodia, entre otros materiales, el Archivo General de la Guerra Civil.

Entre marzo y mayo de 2018, los técnicos de la institución localizaron el proceso completo contra Xosé Luís Méndez Ferrín en 1969, más de 400 páginas. Y entre ellas sen encontraban dos copias mecanoscritas de O corvo, a figueira e a fouce de ouro en gallego –su lengua original– y una traducción al castellano, realizada por otro significado intelectual galleguista, Francisco Fernández del Riego. Estaban muy deterioradas, pero no tanto como para impedir su reconstrucción. Las firmaba Laín Feixóo, pseudónimo de Ferrín.

Defensa de la guerrilla antifascista

El escritor relata el núcleo argumental de su obra: “La escribí porque entonces había un interés del Partido Comunista carrillista por ocultar la historia de la guerrilla antifranquista, sobre todo la que quedara después de que le retirasen el apoyo. La que en Galicia dirigía O Piloto. Se trata de un episodio novelado convencional sobre aquellos acontecimientos”. De hecho, la dedicatoria del libro, utilizada como prueba de cargo explícita en el juicio, decía: “Al Piloto, último guerrillero de Galicia, abatido a tiros en Belesar (Lugo) en el año 1964. En la memoria de Foucellas, Ponte, Raúl, Bailarín, Curuxás y todos los jefes guerrilleros que defendieron el honor, la libertad, la democracia de la NACIÓN GALLEGA y murieron”.

“Existe un interés por guardar secretos relacionados con ese aspecto de la historia de España y de la historia de Galicia”, se extiende, “y aunque hoy ha sido más estudiado, sigue sin haber una avenida dedicada a Foucellas en las ciudades gallegas”, pese a ser quizás el personaje más célebre del maquis gallego, casi un mito popular. De alguna manera emparentada con otra nouvelle suya, Retorno a Tagen Ata (1971) –sobre la ruptura entre revolucionarios y reformistas en el nacionalismo gallego–, O corvo... condujo a su autor a los penales de Vigo, El Dueso y Santoña. Allí recibió la solidaridad de figuras literarias internacionales como Arthur Miller o Tenessee Williams. El Tribunal de Orden Público lo había condenado en base a una singular acusación, la de “propaganda ilegal”. La sentencia recoge fragmentos de la novela para argumentar un delito que, en puridad, nunca llegó a cometerse: la obra estaba inédita.

“Me perseguían por mis actividades políticas [era dirigente de la Unión do Povo Galego]. Entonces buscaron la manera de condenarme y aplicaron un concepto del derecho inaudito, el 'ánimo de difusión”, hace memoria Ferrín, “como se supone que yo tenía intención de difundir lo escrito, me imputaron propaganda ilegal. Prevaricaron”. La conclusión del magistrado así lo ratifica: “[...] que si por imperativo legal el concepto de propaganda es comprensivo no sólo del acto difusorio pleno, cual es la distribución, sino también de su lógico antecedente de tenencia, siempre que ésta vaya acompañada de un propósito de reparto, es evidente que en el presente caso, tal presupuesto objetivo, en la segunda de las modalidades dichas concurren en el enjuiciado”.

Xosé Luís Méndez Ferrín, narrador y poeta, propuesto en varias ocasiones por el Pen Club Galicia y la Asociación de Escritores en Lingua Galega a premio Nobel de Literatura, asegura no tener ninguna prisa por publicar O corvo, a figueira e a fouce de ouro. “Lleva años escondida y ahora estamos en tiempos de virus”, dice, con deje irónico. Sí quiere, sin embargo, que se conozca la historia, aquella que llevó a un escritor a prisión por un libro que no había visto la luz. La investigación de Fernando Ramallo aparecerá a finales de este año en la revista A Trabe de Ouro, que dirige el propio Ferrín.