Hace cinco años que el día a día de Sandra Sánchez se desarrolla a bordo de una pequeña lancha dedicada a las extracción de marisco en la zona interior de la ría de Arousa. El número de mujeres embarcadas es minoritario pero para esta joven de 31 años su profesión entronca con la normalidad de su familia: “Mi abuela trabajó en la batea, mi madre trabaja en la batea. Para mí es normal que una mujer trabaje en el mar. Debería considerarse normal”, afirma.
Sandra asegura que en los últimos años se está notando un aumento del número de mujeres a bordo de embarcaciones, rompiendo la idea instalada de que el mar es solo para los hombres: “Yo empecé en Rianxo y éramos muy pocas. Las mujeres más mayores iban en el barco con los hombres pero su papel era el de escoger y clasificar el marisco. Ahora, cada vez hay más mujeres jóvenes que hacen el mismo trabajo que los hombres”.
La labor de Sandra a bordo de la lancha 'Torerita' es muy física. Consiste en llevar el rastro hacia el fondo, donde busca entre la arena las almejas que por la tarde ponen a la venta en la lonja de Rianxo. En su tiempo libre, el mar también es protagonista: en 2013 fundó el Club de Remo Náutico de Ribeira.
“El remo era un deporte masculino y nosotros fuimos incorporando a las mujeres”, asegura. En este club, Sandra entrena a los chicos y chicas que forman las tripulaciones de bateles, traineras y trainerillas.
Ante las elecciones del 5A, Sandra pide que los partidos políticos “normalicen” una situación en la que otros colectivos como las asociaciones de mujeres del mar llevan trabajando muchos años: “Hay que normalizar cualquier trabajo para las mujeres y no tener que preguntarnos por qué yo no puedo”.