Galicia llega al 8M con una semana de actos reivindicativos que comenzaron el día 1 en Verín, un símbolo de resistencia después de que las mujeres de la comarca consiguieran, a base de encierros y protestas, que la Xunta de Feijóo rectificase su decisión de cerrar el paritorio que da servicio a las embarazadas de los ayuntamientos de la zona, tomada al tiempo que preparaba una ley de impulso demográfico.
Una reivindicación que centra el discurso feminista en los cuidados, los trabajos invisibles y no remunerados que recaen sobre las mujeres, pero también sobre los servicios públicos en las zonas rurales, las dificultades para ser madre en un país que no para de envejecer y un presidente de la Xunta que se muestra sorprendido “por el interés de la gente por parir en Verín”.
En este 8M, las manifestaciones de las mujeres gallegas, convocadas por diferentes colectivos agrupados bajo el nombre de Galegas8M, se dispersan por el territorio y llegan a muchas ciudades y pueblos de Galicia. La voces que reunimos este 8M son una muestra de cómo el feminismo se aborda desde diferentes realidades.
Desde la Ribeira Sacra, Xácia Ceive gestiona un retiro para personas transexuales y queer. La activista, que recientemente ha sido elegida presidenta de la asociación feminista de su comarca, cree el feminismo existe en el rural de Galicia porque “cualquier mujer que haga un acto de resistencia al machismo es feminista”.
La cooperativista Dora Cabaleiro, que junto a las mujeres de Negueira de Muñíz puso en marcha una escuela rural, ejemplifica que la gestión comunitaria son herramientas esenciales cuando las “las políticas públicas no acompañan”. Una unión entre mujeres que demostró a Verónica Pena y sus compañeras, auxiliaron de cuidados, su poder de negociación en el trabajo.
La explosión del feminismo en los últimos años se deja notar también en ámbitos muy masculinizados como es el de la toma de decisiones, allá donde hay poder. Lo nota la magistrada del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, Teresa Conde Pumpido, que se declara feminista desde muy joven, cuando “las diferencias eran sobresalientes”.
El machismo es un punto más alto en el mundo de los videojuegos que en la sociedad, dice la diseñadora de escenarios María Fernández, que considera que el feminismo avanza pese a que “hay muchos hombres molestos porque las mujeres tomen su industria”. Un ámbito en que la influencia del feminismo se comienza a notar en las historias. También pasa en la temática de los espectáculos teatrales, según confirma la actriz del Grupo Chévere, Patricia de Lorenzo.
Por último, habla la mariscadora y monitora de remo Sandra Sánchez, a la que le cuesta entender que no se considere normal que una mujer trabaje en el mar, abordo de los barcos de pesca.