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La Xunta despacha con una llamada de teléfono la toma de control de la sanidad privada gallega

El paso a mando público de los hospitales privados decretado por el Gobierno central para hacer frente al coronavirus no ha tenido, de momento, grandes efectos en Galicia. La Xunta se ha limitado a avisar telefónicamente a los gerentes de los centros del cambio temporal de patrón y a reclamar informes diarios sobre la disponibilidad de camas y personal, según señalan desde la Asociación de Hospitales de Galicia (Ahosgal), que reúne a 15 centros que suman el 80 por ciento de las más de 2.200 camas privadas de la comunidad.

La nueva jerarquía quedó rubricada en una instrucción del domingo del gerente del Sergas, Antonio Fernández-Campa, que advierte de que se puede suspender toda la actividad quirúrgica, con carácter general, así como las consultas no urgentes. Ahosgal reúne a 15 centros privados con 1.850 camas y cerca de 5.000 trabajadores, contando entre estos a los médicos que compatibilizan la práctica pública con la privada. Esta cuenta tiene un matiz: el más grande de los centros, Povisa, con 573 camas, tiene un concierto especial con el Sergas por el que atiende a 135.000 personas del área sanitaria viguesa, de modo que en realidad sus recursos ya estaban a disposición de la Xunta antes del decreto.

El Sergas toma el control nominal, pero de momento no interviene, como dejó patente el propio presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en una rueda de prensa en la que informó de los últimos acontecimientos.

“Hemos preavisado a todos los centros concertados o privados de la necesidad de mantener una comunicación permanente. El ministro [de Sanidad] faculta a ocupar estos centros, pero en este momento los recursos propios son suficientes. Tenemos ese colchón explícitamente para poder utilizar toda la infraestructura de los hospitales privados o concertados, pero en este momento no es necesario”, aseguró.

“Serán los gerentes de cada área sanitaria los que, más o menos, se dirigirán a los centros de sus zonas para ver cómo va la cosa”, explican desde la patronal de los centros privados donde, aseguran, “todos los hospitales ofrecieron plena disposición y colaboración”. La sanidad privada llevaba días en estado de alerta y ya ha aplazado las consultas y operaciones consideradas no urgentes. Pero avisa de que quiere que sea el Sergas el que centralice las compras ante la tensión de recursos materiales y humanos, que también afecta a sus centros.