El eco de la enorme manifestación en defensa de la sanidad pública que recorrió las calles de Santiago de Compostela el pasado 12 de febrero no se apaga. Muy a pesar del presidente de la Xunta, centró buena parte de la sesión de control parlamentario de este miércoles. “Lamento que le moleste miles de gallegos salgan a la calle a defender la sanidad pública”, espetó la portavoz del BNG a Alfonso Rueda. Este no se apartó un milímetro de su singular argumentario, ese según el que hacer política es algo condenable. “Usted habla a través de estrategias políticas”, le dijo al socialista. Rueda es diputado en la Cámara gallega desde 2009. Hace nueve meses sustituyó a Núñez Feijóo al frente de la Xunta.
Pero su biografía profesional no le impide contraponer política a gestión con la misma aparente prestancia con que lo hacía su antecesor. Y eso que la gestión de su gabinete, a decir de los datos esgrimidos por la oposición y por algunos expertos, deja que desear. La nacionalista Ana Pontón, que apuntó en su intervención a la sanidad, recordó los 2.339 millones acumulados en recortes en la atención primaria desde que gobierna el Partido Popular. El presidente replicó que eso se debe a la reducción del gasto farmacéutico, pero lo cierto es que el número de profesionales quedó congelado durante al menos 10 años de ejecutivos populares. Rueda también se apoyó en cifras para defenderse. Aseguró que el Gobierno autonómico gasta 1.300 millones más en la materia que en 2009 -último año de la coalición entre socialistas y BNG en la Xunta. Durante el fin de semana de la protesta de Santiago, las cuentas en redes sociales del PP y destacados militantes difundieron ese mismo número.
No fueron pocos los internautas que les afearon la imprecisión: si se tiene en cuenta el IPC, el resultado es que el gasto es el mismo 14 años después. “Es imposible hablar de datos con usted, todo lo tergiversa”, acusó Rueda, sin embargo, a Ana Pontón, “no tiene otro objetivo que el cambio político. No quiere soluciones”. La nacionalista había denunciado en su primer turno la realidad que ocupa la prensa y las preocupaciones de la ciudadanía en los últimos tiempos: hay, dijo, 194 centros de salud sin pediatra, 60 consultorios que cerraron en la epidemia de coronavirus y no han vuelto a abrir, o numerosos puntos de atención continuada que abren sin médicos. “Su gobierno es un peligro para la salud de la ciudadanía tras 14 años de recortes y más recortes”, resumió.
Alfonso Rueda calificó sus afirmaciones de “consignas y falsedades”, y relató que el 90% de los médicos que superan el MIR de primaria se quedan en el sistema público gallego, o que Galicia es la sexta comunidad que mejor paga a los facultativos. Ni sindicatos ni asociaciones profesionales lo comparten, y suelen aducir que la precariedad de las condiciones laborales es una de las principales causas de la falta de doctores. Los propios sobresueldos que el presidente de la Xunta anunció en la anterior sesión de control -justo el miércoles previo a la manifestación del 12 de febrero- a quien cubra guardias para así retener profesionales parecen asumir implícitamente las críticas por el trato precario a los trabajadores. Esta vez, pasada la movilización, no hubo más promesas al sector. El Ministerio de Sanidad sitúa Galicia como la segunda comunidad que menos dinero destina a la atención primaria después de Madrid
La culpa es de Sánchez, repite Rueda
Lo que sí hubo fue un recrearse en el núcleo principal de su discurso político: la culpa es de Sánchez que no hace lo que debe hacer. Aunque las competencias sanitarias pertenecen a Galicia desde hace tres décadas, Alfonso Rueda no hizo más que desviar balones ante la pregunta de Luis Álvarez, portavoz del Grupo Socialista en el Parlamento gallego. Este había abierto el foco e interesado por el estado de los servicios públicos, a su ver lastrados por “un déficit importante que la Xunta perpetúa con decisiones ideológicas”. La derecha favorece la entrada del negocio privado en educación, sanidad, dependencia o cuidados de los mayores, vino a decir. “Hay 817 docentes menos en la enseñanza pública y 337 más en la concertada, 46.000 alumnos sin libros de texto gratuitos, somo la décimo segunda comunidad en presupuesto para servicios públicos, dejamos sin ejecutar 400 millones de euros en vivienda”, enumeró.
El presidente gallego prefirió no presumir de actuaciones propias y se lanzó contra el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos en Madrid. “Tertulianos en sanidad”, afirmó. Este miércoles no insistió demasiado en la supuesta escasez de plazas MIR -hasta hace poco un argumento recurrente para el PP-, toda vez que ha convocado un número sensiblemente superior al de los gabinetes de Rajoy. También denunció que “embalsaman” -repitió la palabra varias veces- millones de euros de los fondos europeos y llegó a decir que el Partido Socialista de Galicia, y por extensión la oposición, “se carga algo tan básico como la sanidad pública”.
Lo hizo antes de censurar a los socialistas por manifestarse el 12 de febrero entre pancartas contrarias a la privatización sanitaria y, a continuación, desahogarse con, de nuevo, el argumentario de Génova: líos entre los partidos que forman parte del Gobierno central, los efectos de la ley del sí es sí o, incluso, la reforma paralizada de la financiación autonómica -cuya revisión debía iniciar Rajoy en 2014 pero no le vino bien. Una vez más, Rueda se valió de la generosidad a su favor en la gestión de los tiempos del debate por parte del presidente de la Cámara, Miguel Santalices.