La basura seguirá recorriendo Galicia en camiones con destino a Cerceda durante muchos años. La mayoría absoluta del PP sirvió este martes para que la iniciativa legislativa popular a favor de la reducción, reutilización y reciclaje de los residuos y en contra de la incineración descarrilara a las primeras de cambio, sin siquiera ser tomada en consideración. De poco sirvieron los argumentos legales, económicos y ambientales del representante del grupo promotor de la ILP, Manuel Soto, a quien el portavoz del PP, Daniel Varela, le reconoció su “trabajo”, pero sólo después de ratificar que en el guión del Gobierno gallego no hay nada al margen del modelo Sogama.
“La eficiencia energética de Sogama es tan baja que ya no es una planta de valorización o recuperación energética, como se nos hace creer”, argumenta Soto citando estudios internacionales. No obstante, la incineración de basura sólo podría ser considerada un beneficio “si nos quedamos ciegos ante la contaminación ambiental”. “No hay emisiones seguras” toda vez que la quema de basura produce “potentes tóxicos, persistentes y bioacumulativos”. “Nuestros niños y niñas son la primer generación con menos salud que sus padres y madres, ¿vamos a seguir por este camino?”, se pregunta, en un contexto en el que la generación de empleo en torno a la gestión de los residuos también pasa, afirma, por “descartar la incineración y el vertido”.
“No hay excusas presupuestarias”, apeló también Soto quien, con el vigente plan de residuos en la Xunta en la mano, subraya que “con lo previsto para la nueva incineradora”, que inicialmente iba a estar en O Irixo y que finalmente será una ampliación de Sogama, “se puede hacer esto y más”.
Pero, ¿qué es “esto”? Entre otras cosas, destinar, “como mínimo” el 15% del presupuesto del plan de residuos “a la reducción” de basura y no menos del 60% “a la preparación para la reutilización para el reciclaje”. Estos preceptos, decía la ILP, se tendrían que hacer mientras se “excluye” la incineración, “con o sin recuperación de energía, de las actuaciones a promover por la Xunta para el tratamiento de residuos”. En su lugar el Gobierno tendría que incentivar el compostaje doméstico o comunitario.
Ninguno de estos argumentos convenció al PP que, a través de su portavoz justificó además su rechazo en que “el modelo” que rechaza la ILP es “lo que trajo el gobierno bipartito”. “Se puede cambiar de opinión, pero pasar de estar regulando Sogama y decir que la valorización [incineración para producir energía eléctrica] es fetén y decir ahora que no lo es, es al menos incoherente, a no ser que queramos hacer una ínsula Gallaecia”. No obstante, afirma, en las filas conservadoras se reconoce el “valor” de la iniciativa, por lo “que tiene de trabajo y por sensibilidad ambiental”. “No va a caer en saco roto”, asegura, desde la convicción de que Medio Ambiente va “a tener en cuenta muchas cosas” en el “nuevo plan de residuos que ese está haciendo”.
La ILP sí que tuvo el voto favorable de los grupos de la oposición que, desde diferentes ópticas, apostaron por incorporarla al ordenamiento jurídico gallego. Así, desde el PSdeG, Patricia Vilán recordó que las directivas europeas establecen desde la década pasada que se debe priorizar “cualquier política de residuos que reduzca los efectos negativos sobre el medio ambiente” y sea “coherente” con la lucha contra el cambio climático, algo que la incineración, dice, no hace. Por el lado de AGE David Fernández lamenta que “las políticas de reducción” de basura sigan “ausentes” de la Xunta aunque incluso “en cualquier libro de texto que hable sobre residuos aparece una jerarquía en la que la incineración, junto con el vertido, es lo último que se debe hacer”. Desde el BNG Ana Pontón censura que se vayan a seguir “quemando elementos que podrían ser reutilizados” aunque haya “evidencias científicas” que ya llevaron a “muchos países” a “descartar la incineración”.