El PP evita el primer debate electoral en Santiago por considerarlo un “postureo”

Este martes estaba convocado un debate electoral en Santiago. No lo organizaba ningún medio de comunicación, ni el Colegio de Periodistas u otra institución. Quien había emplazado a los candidatos a la alcaldía a contrastar sus propuestas eran los trabajadores y trabajadoras del Ayuntamiento, que a través de sus representantes sindicales, invitaron a las formaciones políticas a explicarles cómo quieren abordar la cuestión laboral en el consistorio. La fecha no fue casual: el debate fue uno de los actos centrales de la jornada de huelga con la que el personal del Ayuntamiento exigía la recuperación de derechos “recortados” y la aplicación del convenio colectivo, entre otras cuestiones. Todas las fuerzas políticas invitadas respondieron afirmativamente excepto una, el PP, cuyo candidato y actual alcalde, Agustín Hernández, consideró el acto un “simulacro de debate” y un “postureo”.

Con estas condiciones de partida los organizadores consiguieron sentar a la misma mesa a los alcaldables de PSdeG, BNG, Compostela Aberta, Compromiso por Galicia y Ciudadanos. En un atestado salón los candidatos ofrecieron su diagnóstico de la situación de la ciudad en general y de la política de personal en particular, uno de los ámbitos en los que, según los trabajadores, los gobiernos de Gerardo Conde Roa, Ángel Currás y Agustín Hernández, los tres regidores del PP durante el mandato, consiguieron “romper la paz social”.

La defensa de lo público fue la nota dominante en la mayoría de las intervenciones. Tras “cuatro años de desgobierno que, por suerte, están a punto de terminar”, dice el socialista Francisco Reyes, lo que ahora toca es revisar el “plan de ajuste” aplicado por los alcaldes populares y aplicar los acuerdos previos, comenzando por el convenio colectivo. “Es una pena” que Hernández “no os diga a la cara lo que nos dice a nosotros en los plenos” sobre el funcionariado, ironizó el candidato del BNG, Rubén Cela, para quien las escuchas del caso Pokémon son una buena muestra de la concepción que el actual gobierno tiene del personal municipal: “Querían gente que firmara sin leer”, resume.

Para el cabeza de cartel de Compostela Aberta, Martiño Noriega, el divorcio entre personal público y dirigentes políticos en el Ayuntamiento compostelano hasta llegar a la huelga es el enésimo capítulo de una “concepción monárquica” del poder que, dice, Hernández heredó de sus antecesores que, como él, señala, desarrollaron una “privatización partidaria” del gobierno local. Practicaron la “desconfianza en los trabajadores” como una “consecuencia” más de las “corruptelas” e incluso “maltrataron” a funcionarios concretos, como el secretario y la interventora, relevados por Conde Roa de sus puestos, a los que vienen de retornar por orden del TSXG.

Posibles pactos

Las preguntas del personal municipal se dirigieron también a conocer la disposición de los partidos hacia los pactos en el caso de un escenario sin mayorías absolutas. En este punto la coincidencia fue más o menos generalizado excepto por una parte, la de Ciudadanos. Así, y entre apelaciones a cada uno de los programas, tanto PSdeG y BNG como Compostela Abierta y Compromiso apuestan por evitar, si está en su mano, que los populares repitan. En el partido de Albert Rivera “ya se verá”.

“Hablar se puede hablar con todo el mundo, pero acordar es otra cosa” y por eso, señala Noriega, Compostela Aberta “ni por activa ni por pasiva va a facilitar una reedición del gobierno del PP”, porque eso no supondría “ningún favor para la ciudad”. “Una de las razones de ser” de la plataforma es “lo que sucedió en estos años”, un “deterioro terrible” del que son culpables“ las personas que forman parte del actual equipo de gobierno, señala.

En un sentido semejante, Rubén Cela indica que tras cuatro años “eternos” el PP, “en lo que dependa del BNG, no va a volver a gobernar”. “A partir de ahí, ya veremos”, dice el alcaldable del Bloque, que insta a “no dar por muertas” antes de tiempo las posibilidades de los conservadores. También el socialista Francisco Reyes indica ahora que si algo va “a facilitar” es el “paso a la oposición” de los de Agustín Hernández. “Quedan 19 días para el cambio”, ilustra.

Frente a la claridad del mensaje de sus cuatro compañeros de mesa, el candidato de Ciudadanos, Javier Sánchez-Agustino, ex concejal del PP, dice que su nuevo partido hablará “con todos”, desde la advertencia de que “una cosa son acuerdos de investidura” para la “estabilidad” y otra, formar parte del gobierno. Con todo, dice, “anticipar” este “debate” supone una “falta de respeto” a la ciudadanía, que todavía no ha votado.