El presidente de la Xunta acusa a los vecinos de esconder motivos ideológicos en sus críticas a la masificación turística en Santiago

Daniel Salgado

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Alfonso Rueda ha recurrido a un clásico de la derecha gallega para salir al paso de las protestas de los vecinos de Santiago de Compostela contra la masificación turística: lo hacen desde “posiciones ideológicas”. “Dependiendo de quien vengan [los turistas], se juzga su actitud de una manera o de otra”, dijo el presidente de la Xunta de Galicia. Aunque las críticas y matices sobre el modelo de turismo de la ciudad se suceden desde hace tiempo y desde casi todo el espectro político -incluso el PP local habla de la necesidad de regulación y límites-, Rueda ha preferido reducirlo a lo que ocurre estos días en la ciudad: la Peregrinación Europea de los Jóvenes, organizada por la Conferencia Episcopal, que ha sumado 12.000 peregrinos a una urbe desbordada por los visitantes.

“Yo creo que estamos en un año Xacobeo, por lo tanto mientras la afluencia de peregrinos se produzca con civismo, con orden y sin molestar a nadie”, afirmó, “más allá de lo que pueda suponer la presencia de muchas personas en un momento dado, eso no perjudica a nadie, sino todo lo contrario”. Es precisamente “civismo y respeto” una de las principales demandas del Decálogo de boas prácticas para o tramo final do Camiño que tres entidades vecinales difunden desde hace semanas en Santiago. El propio ayuntamiento, gobernado por el Partido Socialista, valora incoporar el documento a un futuro “pacto local por un turismo sostenible”. Su edil de Turismo, Sindo Guinarte, explicaba a elDiario.es que se encuentran “obviamente preocupados” por las tensiones en la convivencia que está originando la llegada masiva de viajeros. No obstante, lo circunscribía a “ámbitos y momentos concretos”.

Alfonso Rueda, que habló a preguntas de la prensa tras la reunión semanal de su gabinete, insistió en su tesis de que el evidente malestar que recorre la ciudad es producto de maquinaciones ideológicas. “Lo que se escucha estos días de no estar de acuerdo con que determinadas personas acudan durante días concretos en un número muy importante como peregrinos a Santiago”, añadió, “es mezclar la ideología con datos objetivos”. Pero los datos objetivos refrendan más bien la visión de los vecinos críticos. El pasado mes, la Oficina del Peregrino registró su récord de compostelas -que certifican la realización de al menos 100 kilómetros a pie del Camino, o 150 en bicicleta-, 67.734. Y las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre viajeros, uno de los indicadores más usados sobre la materia, dibujan una elevada presión turística, superior a la de Barcelona, Granada o Sevilla: en junio hubo 82.923 para 98.000 habitantes.