Fue como mínimo paradójico, porque solo diez minutos después el presidente de la Xunta de Galicia abroncaba al BNG por ser el “partido del no, sectarios, aislados y dogmáticos”. Pero antes Alfonso Rueda se había conjurado contra el Gobierno central hasta la hipérbole: “Contrarrestaremos todo lo que está haciendo”. No entró en detalles e incluso se encontraba un poco fuera de lugar: la afirmación respondía en la sesión de control parlamentario de este miércoles al Partido Socialista, que había afeado al Ejecutivo gallego su escasa iniciativa para ayudar a la ciudadanía contra la inflación y otros reveses económicos.
Pero el portavoz del PSdeG, Luis Álvarez, apenas obtuvo más que los habituales rapapolvos dirigidos a Sánchez y las comparativas macroeconómicas con el bipartito de 2009. Y una enumeración de medidas aprobadas por el gabinete de Rueda en su mayoría hace meses. A los datos expuestos por Álvarez -menos ingresos al año en las familias que la media estatal, 700.000 personas en exclusión social y 170.000 en privación severa, pensionistas que cobran 200 euros menos que los del resto del Estado- ni siquiera se refirió Rueda. “Para usted todo lo que va mal es culpa de la Xunta y lo que va bien es por el Gobierno central. Pues es exactamente al contrario”, acertó a asegurar el presidente gallego.
La inflación es superior en Galicia a la española y el empleo se recupera más lentamente. Tampoco la producción industrial ofrece al gabinete del PP cifras de las que presumir. Economistas más bien de orden como los reunidos en torno al Foro Económico de Galicia son extremadamente críticos con la falta de inversión pública de la Xunta y alertan de que la brecha entre la comunidad y el Estado se agranda. En el discurso de Rueda, sin embargo, no existe lugar para esas minucias. “Hay motivos para confiar en el rumbo económico de Galicia, indicadores muy fiables”, dijo, y se refirió sobre todo a la deuda pública, triplicada bajo los gobiernos populares pero la tercera autonomía con menos.
A partir de ese punto, se empleó en su táctica de cada 15 días. Remitió a la coalición de Partido Socialista y BNG, no dudó en afirmar que los Fondos Next Generation “están embalsados en los ministerios” y presumió de “bajar impuestos y ayudar a las familias”. Contra la escalada de precios que es superior en Galicia a la media estatal, y por la que había preguntado específicamente el portavoz socialista, nada concreto. “Vaya usted a hablar de la deuda pública a las familias que tienen dificultad para afrontar gastos básicos”, había replicado Luis Álvarez, “tiene todas las competencias y el mayor presupuesto de la historia, ¿qué va a hacer? No puede ser solo un comentarista”. A esto sí entró el presidente gallego: “Ser justamente lo contrario de ese Gobierno […] contrarrestar todo lo que está haciendo”.
Pontón: “O se está con la gente del mar o se está con Naturgy”
Esa declaración de intenciones no le impidió centrar sus ataques al otro partido de la oposición, el BNG, en su presunto “sectarismo, aislamiento y dogmatismo”. Lo hizo a cuento de la posición de la formación nacionalista respecto de la producción eólica marina. Según su líder, Ana Pontón, esta es en Galicia incompatible con la pesca debido a las características de la plataforma continental. “¿Cómo es posible que quieran cargarse la pesca?”, llegó a preguntarse Pontón en una intervención en que también cargó contra los socialistas: “O se está con la gente del mar o se está con Naturgy. Gobierne el PP o gobierne el PSOE, la eléctricas siempre tienen un asiento en el Consejo de Ministros”.
El Bloque quiere que la Xunta de Galicia retire el Plan de Ordenación de Eólica Marina (POEM) y preguntó reiteradamente a Rueda por las alegaciones al mismo que, añadió Pontón, el Parlamento desconoce. Alfonso Rueda se ajustó más a lo preguntado sobre esta materia que en lo referente a la economía social. También se remitió al bipartito, pero para recordar que fue su Consellería de Industria, en manos del BNG, la que más megavatios eólicos otorgó en concesión. Y mencionó aliados o referentes de los nacionalistas gallegos -el SNP escocés, Bildú o el grupo europeo en el que se integra, la Alianza Libre Europea- que no se oponen a la eólica marina. “El POEM hay que rectificarlo, pero no perderemos esa oportunidad”, sostuvo. Pontón se revolvió: no percibe oportunidad ninguna y sí “retroceso”. “Van a permitir cargarse un sector estratégico. Creen que el progreso es cargarse la biodiversidad y defender la rapiña de las eléctricas”, vino a concluir.