Alfonso Rueda anunció la pasada semana en un foro privado que su gabinete reduciría la carga impositiva a 7.700 contribuyentes con un patrimonio medio de seis millones de euros cada uno. Desde entonces, se ha guardado los argumentos técnicos o políticos con los que ha tomado una decisión calificada por la oposición de “pelotazo fiscal para los ricos”. Tampoco lo hizo este miércoles durante la sesión semanal de control en el Parlamento gallego, a pesar de las insistentes preguntas de la portavoz del BNG, Ana Pontón, quien lo instó a que rectificase y diese marcha atrás. Sin ningún éxito.
El presidente de la Xunta de Galicia optó por la estrategia de la tangente. Su primera intervención en respuesta a la nacionalista fue un repaso a la hemeroteca con declaraciones de dirigentes del Bloque sobre economía. “En materia de gestión, para acertar, vamos a hacer lo contrario de lo que ustedes dicen que hay que hacer”, afirmó. E insistió en el mantra y eje central de su discurso como sustituto de Feijóo: “Vamos a seguir bajando impuestos aunque a ustedes no les guste”. Sobre la rebaja del impuesto de patrimonio -un 50%- no se detuvo. La jornada anterior, durante una comparecencia inédita para explicar “las orientaciones fundamentales” de los presupuestos de 2023, no le dedicó, tampoco, excesiva atención.
No encontraba, quizás, la manera de responder a la gráfica exposición de Pontón: la bajada en el tramo autonómico del IRPF para las rentas de hasta 35.000 euros que presentó Rueda este martes supondrá 46 euros de ahorro; la bonificación de patrimonio, 4.415. “Retire una medida insolidaria, injusta y que atenta contra el bienestar de los gallegos”, resumió la líder del Bloque. Antes había atacado la capacidad de gestión del Gobierno gallego, al recordar que, desde que el PP de Feijóo llegó en 2009 a su presidencia, había triplicado su deuda “mientras recortaban en sanidad y educación”.
A esta última cifra Rueda sí respondió, aunque no exactamente, al decir que Galicia es la tercera comunidad autónoma de régimen común “con menos deuda”. De la mención a los “palcos VIP” en la actuación de C. Tangana o a los 2,5 millones que la Xunta gastó en el concierto de Muse en Vigo -“puro elitismo”, según Pontón- no dijo nada. Sí se permitió, ya en su turno de cierre, conminar a la oposición a que le pregunte por otras cuestiones, como por ejemplo, sostuvo, “el enorme problema” de los fondos Next Generation que ocupa parte central de los argumentarios del Partido Popular.
El PSdeG pide aclarar el destino de 159 millones de fondos COVID
Antes de su debate con el BNG, el presidente gallego debió responder a las dudas del Partido Socialista sobre el destino de 159 millones de euros de fondos COVID. Hace un par de semanas que el PSdeG agita el tema. Su portavoz parlamentario, Luis Álvarez, lo pormenorizó en la sesión de control. De los 735 millones del fondo extraordinario por el coronavirus habilitado por el Gobierno central en 2020, 418 eran correspondientes a tramos sanitarios. La cuenta general de la Consellería de Facenda de ese año, aseguró Álvarez, dice que solo 259 fueron gastados en la sanidad pública. “¿Puede aclarar a qué se destinaron los otros 159 millones?”, preguntó tras denunciar la opacidad en el control de gasto del Servizo Galego de Saúde (Sergas).
Rueda obvió todas las críticas que, en su día, Feijóo y el gabinete del que él era vicepresidente dirigieron contra el reparto de estos fondos. Sobre lo concreto, acusó a los socialistas de confundir criterios de reparto y criterios de gasto y añadió que las partidas cedidas por el Ejecutivo central no eran finalistas. “Queremos claridad sobre a qué se dedicaron esos 159 millones”, replicó Luis Álvarez, pero no obtuvo muchos detalles.