La fecha de las elecciones autonómicas en Galicia se mantiene como una incógnita sin despejar. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, lleva semanas negándose a exponer cuáles son sus planes para una decisión que le compete expresamente a él. La incertidumbre se encuadra en la que envuelve la gobernabilidad en España, en mitad de la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo y con la perspectiva de que el siguiente encargado de intentar reunir los apoyos para gobernar sea Pedro Sánchez.
Rueda ha evitado este jueves dar respuesta a la pregunta de si puede garantizar que va a agotar mandato, lo que supondría llevar la convocatoria electoral hacia mediados de 2024 -las anteriores, todavía con Feijóo al frente, se convocaron en medio de lo peor de la pandemia en julio de 2020. También ha esquivado contestar si descarta llamar a las urnas este mismo año. Ninguna puerta está cerrada, atendiendo a sus declaraciones. Tampoco la de que la fecha coincida, como ocurrió durante los mandatos de Feijóo, con la de Euskadi, también pendiente de concretarse.
Sus réplicas discurren insistentemente por el argumento de que él está centrado en gobernar y procurar que Galicia sea “una isla de estabilidad”. Entre las competencias que le concede la ley reguladora de la Xunta y su presidente como máximo responsable del Gobierno gallego está, en el artículo 24, la de convocar elecciones. Pero Rueda continúa dejando en el aire la fecha en un entorno político en el que influyen otras incógnitas.
Fuentes de la dirección del PP admiten que las elecciones gallegas son un asunto que preocupa mucho en Génova, 13. Una derrota sería un golpe complicado de encajar para Feijóo, que sumó precisamente en Galicia cuatro mayorías absolutas antes de dar el salto a Madrid para intentar llegar a la Moncloa, un objetivo en el que, salvo sorpresa en la segunda votación de la investidura, ha fracasado. Su sustituto en la Xunta tiene por delante enfrentarse a las urnas, a las que no ha concurrido todavía como candidato del PP a la Presidencia del Gobierno gallego.
Su primera reacción este jueves a las preguntas sobre la convocatoria electoral en Galicia fue poner el foco en los partidos de la oposición. El diputado socialista Xosé Ramón Gómez Besteiro, aspirante no formalmente confirmado a ser el candidato a la Xunta, aseguró que, con la investidura fallida de Feijóo, el PP entrará en “pánico” y adelantará las elecciones en la comunidad gallega. También la líder del BNG, Ana Pontón, reclamó ya la convocatoria y criticó el “escaso peso político de Rueda”, que “ni siquiera es capaz de marchar la fecha electoral en Galicia sin que le marquen el paso desde el PP de Madrid”.
Rueda se tomó la postura de los socialistas como una muestra de psicología inversa: “Lo que te preocupa mucho intenta decir que es lo que les preocupa a los demás”. El presidente de la Xunta sí hizo alusión a la influencia del escenario estatal en las elecciones gallegas. Atribuyó al PSdeG un interés por votar “cuanto antes” porque “intuye lo que tiene que ceder Pedro Sánchez” para lograr una investidura. Y recurrió al argumento, ya empleado por Feijóo, de que si se convocan ya las gallegas, no tienen un candidato proclamado.
La investidura era “una prueba” y “salió bien”
Rueda ha defendido también el papel de Feijóo en la investidura, que ha calificado de “magnífico”. “Todo discurso de investidura es una prueba y salió bien”, dijo. Con este formato ha podido demostrar, año y medio después de llegar a la presidencia del PP estatal, que es una persona “sólida”. Él, añadió, ya tenía “confianza” antes, pero ahora está convencido de que Feijóo “acabará siendo presidente del Gobierno”.
El también presidente del PP gallego se ha sumado a la postura del entorno de Feijóo de que ha salido reforzado del debate en el Congreso de los Diputados pese a no haber logrado la investidura.