El verano parece estar siendo razonablemente bueno en Galicia en lo referido a la superficie quemada en incendios forestales. Lo parece, si bien más de dos meses después del comienzo de la temporada de alto riesgo de incendios, el 1 de julio, es imposible conocer con exactitud cuánto, cuándo y dónde ha ardido el monte gallego. La razón es la la restricción informativa sobre los efectos del fuego aplicada por décimo año consecutivo desde la Consellería de Medio Rural. Esta política ha llevado al Gobierno de Alberto Núñez Feijóo a divulgar detalles de apenas media docena de fuegos en julio y agosto mientras sólo en las dos últimas semanas bomberos y agentes forestales, así como ayuntamientos o ciudadanía a título individual, ha revelado al menos una veintena de incendios, la mayoría de escasa dimensión.
Los incendios divulgados por la Xunta durante el período de alto riesgo suman unas 365 hectáreas, según a las estimaciones publicadas por Medio Rural. El de mayor impacto sería lo que afectó al municipio de Monterrei entre el 29 de agosto y el 2 de septiembre, con 126,15 hectáreas quemadas en la parroquia de Vilaza, detalló la Consellería. El segundo de mayor dimensión sería el que fue dado por extinguido en Quiroga este 4 de septiembre, con unas 100 hectáreas.
A continuación estaría, con 99,16 hectáreas, uno de los tres focos que castigaron en agosto el parque natural de O Invernadoiro, en Vilariño de Conso. Ese mismo espacio natural sufrió otros dos incendios, uno de 13,68 hectáreas y otro, de 3,2. Con estos datos termina la información oficial, que la Xunta ofrece a través de su sitio web, con comunicados a la prensa y mediante la cuenta de Twitter del 085, creada por la Xunta en 2013 y que según reitera el Gobierno gallego en cada nota al respecto, “ofrece toda la información actualizada sobre incendios forestales”. Sin embargo, este canal ha sido en este 2018 muestra de las restricciones informativas: se mantuvo en silencio desde el 1 de julio hasta el 22 de agosto y antes había hecho lo mismo desde el 20 de mayo.
La opacidad de la información gubernamental sobre los aparentemente escasos incendios de este 2018 contrasta con los datos e imágenes que, fundamentalmente a través de las redes sociales, divulgan colectivos profesionales como los bomberos forestales o también los agentes forestales y medioambientaLEs, colectivo en huelga en reclamación de mejora de sus condiciones laborales -pero con servicios mínimos de hasta el 100%- encargado de dirigir los dispositivos de extinción. Estas fuentes revelan que sólo en las últimas dos semanas de agosto ha habido también incendios en municipios como Rodeiro, Cartelle, Rianxo, A Mezquita, Laza, Cualedro, Negreira, A Pobra do Caramiñal, Cangas, Becerreá, Toén, Oímbra, Manzaneda, A Pobra de Trives, Maceda, Vilardevós, Carballeda de Valdeorras, Montederramo, Ares o Xunqueira de Espadanedo. La práctica totalidad de ellos fueron de dimensiones escasas y la Xunta no informó de ninguno.
Diez veranos de restricción informativa
La actual política de restricción informativa sobre los incendios forestales es aplicada desde el año 2009. Cuando el PP regresó a la Xunta puso fin al modelo instaurado por la Consellería de medio Rural del Gobierno de coalición de PSdeG y BNG. En esa etapa, bajo la dirección del exconselleiro Alfredo Suárez Canal, el departamento autonómico informaba a los medios de comunicación y la ciudadanía en general de todos los incendios forestales con partes diarios que detallaban el lugar exacto del foco y la superficie afectada, entre otros datos.
Con la vuelta de los populares al poder fue instaurada la restricción ahora vigente para no generar “alarma social”, según alegaron entonces. Medio Rural sólo informa por iniciativa propia de los incendios que superan las 20 hectáreas y, por debajo de esa superficie, únicamente de los que ponen en peligro zonas habitadas o espacios como las áreas naturales protegidas. Todos los demás focos de fuego quedan ocultos a no ser que un medio de comunicación o ciudadano se dirija a la Consellería y pregunte específicamente por un incendio en concreto.
De este modo, la cantidad total de superficie quemada sólo es conocida a mediados del año siguiente, cuando el Ministerio de Agricultura hace pública su estadística de incendios forestales con datos suministrados por las comunidades autónomas y cuando la propia Xunta publica la actualización anual del Plan de Prevención e Defensa contra os Incendios Forestais de Galicia (Pladiga), que incluye el balance del ejercicio anterior. Ninguno de los dos documentos detalla todos los incendios, por tratarse de resúmenes anuales.
Opacidad en Galicia, transparencia en Castilla y León
El modelo de opacidad informativa sobre los incendios forestales instaurado por la Xunta desde 2009 contrasta con la transparente política informativa en la materia que desarrolla la Administración competente en la autonomía habitualmente más afectada por los incendios después de Galicia, Castilla y León.
Allí la Junta, también encabezada por el PP, ofrece cada día del período de alto riesgo dos partes diarios con los “datos significativos” de todos los incendios, tales como ayuntamiento afectado, posible causa y superficie alcanzada por las llamas. Se trata de partes muy semejantes a los elaborados por la Xunta en la legislatura del bipartito, eliminados por el gabinete de Alberto Núñez Feijóo.