El alarmante descenso de caudal del río Lérez ha provocado lo que años de polémicas, protestas vecinales y de ecologistas y litigios en los juzgados no causaron: la paralización de la actividad de la fábrica de celulosa de Ence en la ría de Pontevedra. Será temporal, dice la empresa, pero la fecha de reinicio resulta desconocida, en tanto la lluvia no regrese a la comarca. La dirección de la compañía también ha presentado un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para los 300 operarios de la factoría. “Con la información de la que se dispone, en estos momentos no es posible determinar la duración de esta situación ni el efecto que tendrá sobre la producción de la fábrica”, dice Ence a preguntas de elDiario.es.
Fue Augas de Galicia, organismo dependiente de la Consellería de Infraestructuras de la Xunta, el que advirtió a la pastera de la “bajada abrupta” del caudal del Lérez desde el pasado 1 de julio. “Le recordamos su deber de garantizar el cumplimiento de su caudal ecológico”, explica en comunicación con este periódico. El caudal ecológico es el agua necesaria en un cauce fluvial para conservar sus valores ambientales. Ence consideró, añade, que no sería capaz de mantener su funcionamiento sin ponerlo en riesgo. La empresa asegura además que “el agua debe reservarse para su uso prioritario, el abastecimiento de la población”.
Ya en mayo, el Gobierno gallego había reducido en un 60% el caudal de agua destinado a Ence “para ajustarlo a sus necesidades reales de consumo de la factoría”. Pasó de 1,5 metros cúbicos por segundo, los previamente otorgados, a 0,6. Según Augas de Galicia, la modificación en la concesión fue debida a la necesidad de garantizar el suministro de agua “y por hacer un uso responsable de la misma, ante las evidencias del cambio climático”. Y se realizó a partir de los “datos reales” de consumo de la planta extraídos de una auditoría requerida a la propia empresa.
ERTE y beneficios
Esas “evidencias del cambio climático” que mencionaba en mayo el organismo público incluyen las condiciones atmosféricas que ahora han conducido a Ence a la paralización, la ausencia de lluvia en una zona habitualmente húmeda. “La situación es preocupante”, admitía hace mes y medio la responsable de Augas de Galicia, Teresa Gutiérrez, quien señalaba que los ríos gallegos llevaban un 46% menos de agua de lo esperable. El caso es que la compañía ha adoptado una primera medida y el viernes, 22 de julio, presentó un expediente de regulación temporal de empleo que pretende aplicar a los 300 trabajadores de la factoría pontevedresa. El comité de empresa, en el que Comisións Obreiras tiene mayoría absoluta y que apoya a la dirección en el largo conflicto sobre la ubicación de la factoría, lo rechazó de entrada, según recogía al día siguiente La Voz de Galicia. Pero los papeles ya han sido registrados.
“Estamos negociando los términos y los contenidos”, explica Manuel Rivas Teso, el presidente de la representación de los trabajadores. “Nuestra reivindicación principal es que se hagan turnos de personal. Por ejemplo en mantenimiento, y se aproveche para hacer algunas reparaciones que antes no se podía. La empresa sabe que las máquinas no pueden estar paradas todo el tiempo. También queremos saber cuánto será el complemento aportado por la compañía”, señala. El sindicalista calcula que se habrán incorporado al ERTE unos 35 ó 40 trabajadores cada día. No habían pasado ni otras cinco jornadas cuando Ence remitió un comunicado de prensa en el que cifraba en 32 millones de euros sus ganancias en el segundo trimestre de 2022 y en 45 millones el beneficio neto acumulado en la primera mitad del año.
La misma nota recuerda el nuevo proyecto que, con el beneplácito del Gobierno gallego, ha llevado a los medios de comunicación: una planta de “fibra reciclada y biomateriales a partir de papel y cartón recuperados y de celulosa producida por Ence” en As Pontes. Tanto se ha involucrado con la firma el gabinete de Alfonso Rueda que este se reunió con el consejo de administración para, al final, aplaudir el anuncio del plan. Su vicepresidente y conselleiro de Industria faltó esa misma semana al Consello de la Xunta para dar una rueda de prensa junto al director territorial para Galicia, Antonio Casal, sobre el mismo asunto, cuya financiación depende en buena medida del reparto de los fondos Next Generation.
Ence desvincula su idea de As Pontes del futuro de la factoría de la ría de Pontevedra. Más allá de las protestas vecinales y ambientalistas en contra de su actual localización –establecida en 1963–, una sentencia de la Audiencia Nacional revocó la prórroga de su concesión concedida por un Gobierno en funciones de Mariano Rajoy, en 2016. La compañía y entidades próximas –también el comité de empresa– presentaron 11 recursos ante el Supremo. El tribunal analizará el primero de ellos el cuatro de octubre.