Todos quieren jugar la partida de las elecciones gallegas. Vox también. La formación de extrema derecha que dirige Santiago Abascal ha tomado la decisión de concurrir a las autonómicas en las cuatro provincias, conscientes de que se trata del siguiente ochomil que Feijóo debe superar si no quiere ver comprometida su permanencia al frente del Partido Popular. Según confirman a elDiario.es fuentes de la dirección de Vox, la secretaría general de la formación “está trabajando” en la configuración de listas y la decisión de concurrir está ya tomada. Aunque no hay fecha para esos comicios se da por seguro que el actual presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, las convocará para principios de año.
En las elecciones de 2020 la papeleta de Vox ya estuvo disponible para el electorado gallego. El partido de extrema derecha no obtuvo ningún escaño pero sí 26.797 votos que quedaron en esa tierra de nadie que se acostumbra a denominar “los restos”. En aquella ocasión el candidato fue Ricardo Morado, alineado con el sector que representaba Macarena Olona. Dimitió tras las elecciones y se integró en el nuevo partido de Olona. Vox aún no ha comunicado el nombre de su nuevo candidato.
Presión del PP para frenar la candidatura
La nueva candidatura de Vox a la Xunta preocupa ahora mucho más al PP que en 2020. Y lo hace por varios motivos: es la primera vez para el candidato puesto a dedo por Feijóo, Alfonso Rueda, que se presenta lastrado por unos niveles de conocimiento muy bajos que su partido intenta paliar buscándole hueco en programas de variedades de la televisión pública que controla el PP gallego. Además de lo anterior hay que tener en cuenta que en esta ocasión entra en juego el polémico alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, y su partido, Democracia Ourensana. Si Jácome repite en autonómicas su resultado de municipales podría asegurarse dos escaños trascendentales en el Parlamento de Galicia.
Las cuentas ya las están haciendo también en la sede nacional del PP. Y saben que está ajustado. Este jueves, el vicesecretario de Organización Territorial, Miguel Tellado, ha advertido del riesgo de perder el control de la Autonomía. “En Galicia que nos jugamos una mayoría absoluta que no es fácil, hay que hilar fino para sostener esa mayoría”. “Vox no tiene posibilidades en ninguna de las cuatro provincias”, ha añadido. Y ha rematado: “Si hay votantes de derecha que cogen la papeleta de Vox se lo quita al PP para consolidar el último escaño en las provincias”.
Y todo sucede en un momento en el que las relaciones entre Vox y el PP echan chispas por su pugna para liderar en las calles la reacción a la Ley de Amnistía de Pedro Sánchez. Un portavoz de la formación de extrema derecha lanza el siguiente mensaje: “El PP tratará de criminalizar nuestra candidatura. Ya han empezado”.
La advertencia se refiere a unas declaraciones realizadas por Narciso Michavila en la Cadena Cope. El director de la casa de encuestas Gad3 aseguró que si Vox decidía presentarse en Galicia se confirmaría que entre Sánchez y Abascal “debe de haber algo”. Dicho en otras palabras, lo que sugiere este analista próximo al PP es que Vox se presenta para robar “los restos” que impidan al Partido Popular conseguir la mayoría absoluta que les permita gobernar otros cuatro años más. La dirección de Vox considera las palabras de Michavila “un recadito” enviado directamente desde Génova 13.
Cualquier opción que no sea revalidar la mayoría absoluta puede convertir a Galicia en un precipicio para un Alberto Núñez Feijóo que ya se ha echado sobre sus espaldas la responsabilidad de lo que suceda en esos comicios. Durante una entrevista publicada por el diario El Mundo este lunes, Feijóo aseguró: “Si no sacamos la quinta mayoría absoluta consecutiva en Galicia no habré cumplido mis expectativas”. En ese camino para el PP Vox es un estorbo pero a Vox parece no importarle. Las encuestas que baraja la formación de Abascal les dicen que sí, que esta vez entrarían en el Parlamento de Galicia con un escaño.