Xulio Ferreiro: “La Marea Atlántica es el proceso de confluencia más potente de todo el Estado”
Cansado tras un maratón de entrevistas, pero ilusionado con el ambicioso reto, Xulio Ferreiro habla con orgullo de la unión que ha supuesto la Marea Atlántica y con esperanza de un futuro que lo puede situar al frente del gobierno local de A Coruña. Candidato a la alcaldía por esta iniciativa ciudadana –que celebra sus primarias para completar el resto de la lista el próximo fin de semana–, este profesor de Derecho Procesal de la UdC se agarra a los últimos resultados electorales y a una unión “que no solo suma, sino que multiplica la potencia” para llegar al palacio de María Pita subido en una marea que, según dice, “es el proceso de confluencia más potente de todo el Estado”.[Entrevista originalmente realizada en gallego]
Se define como el “candidato de consenso” en la Marea Atlántica, pero hay quien critica que sea la única opción a liderar la lista, como si fuera un pacto entre partidos...
Mi candidatura surgió de manera bastante natural, no hubo pacto entre cúpulas y sí compañeros que me animaron a presentarme porque pensaron que era la persona idónea. Hubo consultas amplias en la Marea Atlántica y la gente vio que yo podía ser una persona de consenso que representara su espíritu. Pero el proceso de primarias siguió ahí para cualquiera que quisiera presentarse si no me consideraba el candidato idóneo. Nadie sintió la necesidad de hacerlo, por lo que no hubo pacto entre cúpulas. Podríamos haber hecho un paripé en el que se presentara alguien para perder, pero eso sería un fraude y no respondería a la realidad. No hay que confundir democracia con votación, en todo caso, porque no siempre hay que ir a un proceso competitivo. Los procesos colaborativos pueden ser mucho más interesantes para un ámbito de actuación como la Marea Atlántica, que pretende ser eso: un proceso colaborativo. Si fuera necesario y se creyera que había dos alternativas, habría que ponerlas de manifiesto, pero no las hubo y eso es una razón de satisfacción al poder elegir a un candidato sin que hubiera la más mínima fricción. Hay que verlo de manera positiva y no al revés.
¿Es el juntar a fuerzas políticas tan diferentes lo más exitoso del proceso?
La Marea Atlántica es el proceso de confluencia más potente de todo el Estado español. No hay ningún otro que reúna un espectro político tan amplio ni que haya sido apoyado por tantas organizaciones políticas. Es algo para congratularnos y que demuestra las ganas de que esto salga bien.
Parece que en ese puzzle falta la pieza del BNG...
El Bloque, como todo el mundo sabe, fue llamado a la Marea Atlántica y se sintió interpelado por el llamamiento en el mes de julio. Nuestras reuniones fueron hechas públicas, pero finalmente, por cuestiones internas y por su estrategia, absolutamente legítima, decidió presentarse con la fórmula que se presenta. Creo que es una lástima porque sería mucho más potente si todos tiráramos del mismo carro, pero eso no significa que nos vayamos a enfrentar al BNG ni a competir con el BNG. Creo que va a haber momentos donde encontrarnos y ya nos estamos encontrando en la calle, en las reivindicaciones por una sanidad y educación públicas, en los movimientos sociales... Creo que nos encontraremos también en el gobierno de la ciudad de A Coruña y que vamos a poder colaborar con el Bloque en muchas cosas.
¿Como ha sido la relación con Podemos en la Marea?
El círculo de A Coruña y el Consejo Ciudadano Municipal decidió apoyar el proceso y hay militantes participando en la Marea Atlática y como candidatos en las primarias. Solo falta que la asamblea ciudadana decida si participa o no definitivamente. La predisposición es buena y esperemos que se confirme. La gente de Podemos que participa está encantada con el proceso y se siente identificada, como el resto de las fuerzas políticas. Es algo muy positivo porque mucha gente deja de tener dudas sobre la Marea Atlántica cuando se acerca a ella y ve cómo funciona.
Tener a Podemos al lado parece una garantía de mayor éxito político hoy por hoy...
Sí, es evidente. Hoy por hoy, Podemos está generando una ilusión en todo el Estado y sus expectativas electorales son buenas. Si ese es el capital que puede aportar a la Marea, entre muchos otros que aporta, pues bienvenido sea. El objetivo de la Marea es crear una mayoría social y darle forma política e institucional a esa mayoría y esa mayoría social también pasa por la gente que apoya o apoyó a Podemos.
¿La Marea Atlántica tampoco se define de derechas ni de izquierdas?
El discurso no es exactamente ese. La Marea Atlántica es un espacio de confluencia, no es un partido político, y por lo tanto no hay la homogeneidad ideológica que hay en un partido. Tampoco es una coalición de izquierdas, sino un espacio de encuentro donde hay gente que tenemos un pasado evidente, que no negamos y del que nos sentimos orgullosos, y gente que tiene biografías políticas diferentes. Lo bueno es que todos llegamos a un punto de acuerdo sobre la necesidad de actuaciones concretas y eso pasa por políticas concretas y valores y principios comunes. En esta ética común nos podemos encontrar.
¿No quieren etiquetas?
¿Para qué sirven las etiquetas en este proceso? Para separar. Hay gente que puede compartir los valores y la política de la Marea Atlántica y que no se siente cómodo con una etiqueta. Me parecería absurdo dejar fuera a esta gente por una etiqueta que no sirve para unir. No es ocultarse ni es electoralismo. Es un problema de etiquetas, no de ideología. ¿Cómo no vamos a tener ideología? Tenemos una ideología clara y nos identificamos con las personas que están sufriendo con la actual situación política, económica y social. Estamos con los que sufren y con los que padecen estas políticas y no con los que se benefician de ellas. ¿De qué nos sirve una etiqueta que nos iguala con el PSOE? No es útil hablar de etiquetas, sino de lo que queremos hacer. ¿El tren de cercanías es de izquierdas o de derechas? ¿Defender la sanidad pública es de izquierdas o de derechas? ¿Y defender la educación pública?
Pues parece que defender eso es claramente de izquierdas...
Hay mucha gente que no se siente apelada por el calificativo de izquierdas y que podría compartir todo esto. Lo importante es crear esta mayoría social más allá de las etiquetas que, muchas veces, trazan una línea divisoria que hace muy difícil circular de un lado al otro. Lo que queremos es que podamos unirnos sin perder de vista cuáles son los objetivos ni pretender pasar por lo que no somos. Esto no es un enmascaramiento ni una estrategia electoral, es el convencimiento de que esto sirve para unir a toda esa masa crítica que hay en la ciudad.
Por lo visto desde que fue nombrado candidato, parece que van a sufrir importantes ataques hasta que lleguen las elecciones. ¿Están preparados?
Eso va a pasar. Cuando uno propone un programa rupturista, cambiar radicalmente la forma de hacer las cosas y empezar a favorecer a la gente común, saltan las alarmas. Si además se ve que esta es una opción con posibilidades reales de ganar y conectada con cosas que pasan en el país, en España y en Europa, el poder pone toda la maquinaria que tiene. Estamos preparados desde el punto de vista político y, a nivel personal, espero que yo también lo esté.
¿Es A Coruña un ejemplo de la importancia de esos poderes fácticos de los que tanto se habla?
Sí. En A Coruña hay, históricamente, una disociación brutal entre lo que A Coruña es y lo que ciertas personas quieren que A Coruña represente. A Coruña popular, de los barrios, la que nutre su población básicamente del éxodo rural de los 60 y 70... Esa es A Coruña que vivimos la mayoría de sus habitantes. Pero se nos presenta A Coruña de los Méndez, de los Paco Vázquez, de esas supuestas figuras que tienen secuestrada a la ciudad y su poder simbólico. A Coruña es una ciudad marinera, popular, con vida y con iniciativa y con un potencial creativo, cultural e intelectual enorme, pero hay quien la quiere hacer pasar por ciudad provinciana del siglo XIX, gobernada por unas elites y donde la ciudadanía no tiene nada que decir. Y nosotros queremos cambiar eso. Es muy significativa la imagen que de A Coruña se tiene en otras partes de Galicia y que no se corresponde con lo que la ciudad es.
¿La aparición de la Marea Atlántica ayuda a romper aun más con esos tópicos?
Creo que sí. El hecho de que la Marea Atlántica surja en A Coruña y no en el que son los centros tradicionales de la política gallega es significativo, indica que hay un tejido social y un activismo político, económico y de movimientos sociales que lleva años en la ciudad y que ahora brota y hace subir la Marea. La potencia que tuvieron en A Coruña el movimiento Nunca Máis, el 15M, las luchas por la sanidad y la educación... En A Coruña hay ese sustrato y los resultados de los dos últimos procesos electorales en la ciudad también demuestran que la ciudad es diferente a lo que se quiere vender. Que desde todo el país se mire a la Marea Atlántica como un referente es algo que nos tiene que llenar de orgullo y que nos conecta con el resto del país, una conexión que nunca se perdió pero que muchos, simbólicamente, quisieron que se perdiera.
Dicen que salen a ganar, ¿pero qué expectativas tienen de cara a las elecciones? ¿Qué resultados les dan las encuestas?
Las encuestas que ha habido hasta el momento no son fiables porque nunca se ha preguntado por la Marea Atlántica, pero sí hay datos objetivos que indican que la opción de ganar la alcaldía es posible, y esos datos son los resultados de las dos últimas elecciones, las autonómicas y las europeas. En estas últimas, si sumamos todos los votos del espacio de ruptura, todo lo que no es bipartidismo, esa unión sería la primera fuerza, la más votada. [La suma de Podemos, AGE y BNG superó en más de 3.000 votos al PP y en más de 7.000 al PSOE en A Coruña] Nosotros, además, creemos que el hecho de que la Marea Atlántica sea ese lugar de encuentro y esté apoyada por tantas organizaciones diferentes sin perder el espíritu ciudadano, no solo suma, sino que multiplica la potencia. ¿Seremos capaces de traducir eso en votos y concejales y concejales para la Marea? Veremos. Depende de nosotros, de lo que trabajemos, de cómo lo hagamos y de si logramos presentar un proyecto atractivo para los vecinos y vecinas.
¿Como llevará a cabo la campaña toda vez que no cuentan con el conocimiento de otras fuerzas ni con su capacidad económica?
Tendremos que trabajar, aprovechar nuestras virtudes y ser conscientes de nuestras debilidades. No podremos empapelar demasiado la ciudad con carteles ni comprar publicidad en los periódicos porque no tenemos esa capacidad económica, ni la queremos. No creemos que la precampaña y la campaña tengan que ser un derroche de dinero. Nuestra potencia son los cientos de personas que trabajan en la Marea Atlántica y vamos a aprovechar eso, estar a pie de calle, hacer actos, patear la ciudad y aprovechar toda esa inteligencia colectiva y creatividad. Es sorprendente la cantidad de gente con capacidad, ilusión y saber hacer que hay en A Coruña y mucha está confluyendo en la Marea y eso es algo que tenemos que aprovechar, al igual que las redes sociales. Haremos la campaña al igual que gobernaremos: de abajo hacia arriba.
No tienen aún el programa rematado, pero ¿cuáles serían sus primeras medidas si llega a la alcaldía?
Estamos elaborando el programa aún porque es participativo, pero tenemos aprobadas ya las primeras 25 medidas de gobierno. Lo primero que haría al llegar sería bajarme el sueldo, que no superará en bruto los 40.000 euros al año. Además, lo que le cuesta a la ciudadanía el gobierno local, en forma de regidor, concejales y asesores, lo vamos a reducir un 50%, lo que supondría 4 millones de euros en todo el mandato, que podremos aprovechar para dotaciones públicas, servicios o asistencia social. La segunda medida sería bajar el recibo del agua. En estos momentos, Emalcsa está cobrando a la ciudadanía más de lo que le cuesta el servicio y obtiene beneficios todos los años. Lo haremos sobre todo para la gente que menos consume, que habitualmente es la que menos tiene. Le daremos un balón de oxígeno a esa gente y no solo con el recibo del agua, sino que trataremos de revisar las ordenanzas fiscales para tratar de hacer un sistema tributario en la hacienda local –en la medida que podamos, porque la legislación lo complica– para un sistema justo y progresivo que no asfixie a la gente con menos recursos y que permita que la gente con más recursos arrime un poco el hombro.
Con las sospechas de corrupción que recaen sobre algunos cargos públicos y las causas judiciales abiertas, ¿levantarán las alfombras?
Claro. Es una de las primeras medidas que tomaremos: una auditoría ciudadana para que entre el aire. El palacio de María Pita lleva demasiado tiempo cerrado a los ciudadanos. Abriremos las ventanas, queremos airear y esto no supone buscar represalias ni ir a por nadie, sino poner de manifiesto cuál es la situación que existe en el gobierno local de A Coruña. Se exigirán las responsabilidades que haya que exigir y veremos qué compromisos de gastos deben ser asumidos y cuáles se pueden renegociar o se pueden considerar legítimos o no. Vamos a colaborar con la justicia, con el Consello de Contas y con todas las instituciones que nos lo requieran, y no vamos a firmar ningún pacto de silencio para proteger a nadie porque a quien queremos proteger es a la ciudadanía de A Coruña y no a otros, ni tan siquiera a nosotros mismos.
¿Desaparecerán las denominaciones franquistas que quedan en algunas calles?
La Marea Atlántica firmó el compromiso con la Comisión por la Recuperación de la Memoria Histórica de A Coruña junto a otras formaciones y esa sería una de las primeras 25 medidas. Sería tan solo cumplir la ley y, en aquello que sea justo, la ley siempre será la guía de la Marea Atlántica. En aquello que no sea justo...
Dijo que haría de A Coruña una ciudad “libre de desahucios” aunque tuvieran que enfrentarse a medidas legales...
Si nos tuviéramos que enfrentar a aquellos que pretenden utilizar la ley penal como una arma contra nosotros por defender los derechos de los ciudadanos, como el derecho a la vivienda o derechos básicos, estaremos allí y asumiremos las consecuencias.