El pasado martes el PP hizo valer su mayoría absoluta en el Parlamento de Galicia para vetar la tramitación de una reforma de la ley de defensa de las personas consumidoras que, propuesta por el BNG y apoyada por el conjunto de la oposición, pretendía impedir legalmente los cortes de suministro energético a las personas que no la puedan pagar por carecer de dinero para hacerlo. Apenas dos días después, el Gobierno gallego aprovechó su reunión semanal para anunciar una futura reforma de su “tícket energético”, las ayudas para pagar la luz vigentes desde mediados del pasado año y que, tras una ligera subida, tendrán una cuantía media semejante al coste de un recibo y medio de electricidad.
Tras una notable polémica por el bloqueo a las medidas de pobreza energética, el Consello da Xunta abordó el asunto a través de un informe, esto es, un documento sin valor legal ninguno y cuyo contenido concreto no es público, que el Ejecutivo suele utilizar para introducir en la agenda asuntos que considera oportunos. En esta ocasión, el informe es sobre el “proyecto” de una futura orden a través de la cual, dice el presidente, se va “a ampliar el tícket eléctrico social tanto en el campo de los beneficiarios como de las ayudas directas”.
Asegura Alberto Núñez Feijóo que la nueva edición de las ayudas llegará “hasta 40.000 familias beneficiarias” -se estima, atendiendo a datos de la EPA, que en Galicia hay unos 30.000 hogares sin ningún ingreso-, será compatible con la Renta de Inserción Social y “se incrementarán las cuantías”. Concretamente, para familias “con uno o dos hijos” pasará de 90 a 180 euros anuales y, en las familias numerosas, laayuda pasa de 120 a 300 euros al año. La medida se adopta, informa la Xunta, porque el Gobierno y el propio presidente son conscientes de que la energía eléctrica es una cuestión básica“.
Precio del recibo y gastos de las familias
En este escenario, la medida de la Xunta no solo está lejos de impedir los cortes de luz a quien no pueda pagarla, sino que atendiendo a diferentes fuentes, en el mejor de los casos –el de las familias numerosas– no llega a cubrir el gasto ni de tres facturas. Según el cálculo realizado por la organización de consumidores FACUA basándose en el precio del kilovatio y en la potencia contratada más usual, el coste medio de una factura regida por el Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC) era el pasado diciembre de 76,61 euros al mes, esto es, algo más de 150 euros por recibo. En el caso de las tarifas de precio fijo, las más económicas rondan los 40 euros al mes, por lo que la ayuda cubriría medio año en las familias de uno o dos hijos y un poco más en las familias numerosas.
Otra fuente para realizar una aproximación a los recursos que los hogares dedican a pagar la luz es la encuesta de condiciones de vida del Instituto Galego de Estatística. El dato más reciente, de 2011, situaba el gasto eléctrico medio en casi 59 euros mensuales. En el caso de las familias con ingresos inferiores a los 1.000 euros –el límite para optar a las ayudas es cobrar 1,5 veces el IPREM, esto es, 798,77 euros al mes por hogar– este gasto se situaba en 45 euros al mes, por lo que la ayuda cubriría entre dos y tres recibos al año, aproximadamente, dependiendo del número de hijos.