El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, recibió las nuevas medidas anticrisis del Gobierno central con críticas preventivas el fin de semana pasado. Antes de conocer en qué se concretaban consideró que llegaban tarde y volvió a pedir más rebajas de impuestos. A pesar de estas apreciaciones, el Ejecutivo gallego ha decidido no ampliar una ayuda para hogares vulnerables que puso en marcha en los primeros meses de la pandemia con el objetivo “atender” a estas personas “ante los efectos socioeconómicos de la crisis sanitaria”. El jefe del Ejecutivo gallego cree que ya no tiene razón de ser: “Terminada la situación excepcional, terminada la medida para esa situación excepcional”.
El Gobierno gallego había decidido en diciembre extender esta ayuda, denominada Tarxeta básica, durante el primer semestre de 2022, que termina este jueves. Preguntado al respecto tras el Consello de la Xunta, Rueda argumentó que este bono se había planteado teniendo en cuenta las restricciones de varios sectores para mantener su actividad a causa de la pandemia. “La situación excepcional que había respecto a la imposibilidad de trabajar ahora ya no la hay”, insistió y se remitió a otras ayudas como el bono social térmico y a la renta de inclusión social.
Esta tarjeta, según datos que dio la Xunta cuando decidió renovarla en diciembre de 2021, había llegado en año y medio a 57.000 personas. La ayuda estaba destinada a la compra de productos de primera necesidad y se había diseñado a través de un acuerdo con la Cruz Roja. El Gobierno gallego recalcó que se trataba de una propuesta que evitaba el estigma, dado que era como una tarjeta de crédito a la que se le iba recargando dinero. Ahora la retira en un momento en el que tanto los miembros del Ejecutivo como los del PPdeG cargan contra el Gobierno central por sus medidas y por la subida de los precios. El propio Rueda aseguró en una entrevista con el periódico ABC hace dos semanas que, de ser necesario, la Xunta daría “ayudas directas por la inflación”.