La Xunta quiere gastar 12 millones de euros en nieve artificial en Manzaneda

Puede haber recortes, pero para nieve sí hay dinero. MEISA, la empresa pública propietaria de la Estación de Esquí y Montaña de Manzaneda, participada de forma mayoritaria por la Xunta, quiere llevar a cabo un caro proyecto de innivación artificial, es decir, de creación de nieve artificial, que aún debe superar una Evaluación de Impacto Ambiental Común. El plan tiene un coste de más de 12 millones de euros y se basa en la construcción de una balsa de almacenamiento de agua con una capacidad de 50.000 metros cúbicos con la que alimentar el sistema de generación de nieve artificial para la innivación de 7.187 metros de pistas, con una superficie de 239.050 metros cuadrados.

La Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN) acaba de solicitar que se descarte totalmente el proyecto del que critica, en primer lugar, su excesivo coste. La entidad destaca que “en la actual situación de crisis económica y recortes draconianos del estado del bienestar” resulta “incomprensible e indignante” que “se pretendan depilfarrar más de 12 millones de euros en un proyecto sin las más mínimas garantías de viabilidad técnica, ambiental y económica”.

Además, en un documento remitido a la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, que debe realizar la evaluación de impacto ambiental, Serafín González Prieto, presidente de la SGHN, critica que en el proyecto “no se contempla la alternativa cero de no ejecución” y que el plan de viabilidad no hace referencia alguna a los “efectos que tendría sobre el régimen de lluvias y de temperaturas en la zona, a pesar de su importancia trascendental para la disponibilidad de agua y la viabilidad técnica y económica del proyecto”.

La entidad recuerda que en las últimas décadas la falta de nieve ha revelado en varias ocasiones como inviable esta estación de esquí, la única existente en Galicia. Ya en 2006, se propuso un plan semejante para la generación de nieve artificial, que entonces fue rechazado por un informe desfavorable de la Consellería de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible.

Treinta años de inyección de dinero público

La historia de esta estación, sobre todo en los últimos 25 años, es la historia de un saco sin fondo para el dinero público. MEISA se constituyó en mayo de 1972, con el impulso de un grupo de aficionados a la montaña y a los deportes de invierno, y con el apoyo de varios empresarios ourensanos. Su capital inicial fue de 15 millones de pesetas, que con sucesivas ampliaciones se convirtieron en 500 millones. Las décadas de los setenta y los ochenta fueron años de crecimiento y de una ocupación aceptable para la estación, que incluso llegó a obtener beneficios en 1986.

Sin embargo, la falta de nieve y la mejora de las comunicaciones, que hicieron mucho más fácil acercarse a otras estaciones de esquí con mejores condiciones, provocaron una grave crisis en MEISA, que comenzó a necesitar periódicas inyecciones de fondos públicos para no cerrar. En 1987 recibió, por ejemplo 65 millones de euros de la Xunta para paliar las pérdidas generadas por un invierno cálido. En 1990 la compañía tuvo que ser rescatada por el Gobierno gallego, que se convirtió en accionista mayoritario, en una empresa pública también participada por la Deputación de Ourense, que años después abandonó el accionariado. Las inyecciones de dinero siguieron en los años siguientes, y sólo entre 2009 y 2012 la Xunta entregó más de seis millones de euros para garantizar la viabilidad del complejo.

Las dificultades económicas y la ausencia de nieve hicieron emerger, además, un intenso debate sobre los usos que se le podrían dar a este espacio, quizás menos centrados en los deportes que dependen de la existencia de importantes cantidades de nieve y sí dirigido a a explotar otras posibilidades relacionadas con las actividades de aventura y el montañismo. Sin embargo, desde la empresa se lleva años insistiendo en grandes proyectos de generación de nieve artificial.