El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, admite ahora que su equipo sí opinó en el proceso de elaboración del plan para desarrollar la eólica marina aprobado esta semana por el Gobierno central. Tras dos días de críticas por considerar que el Ejecutivo autonómico no había podido trasladar su postura, ha expuesto que la queja es que no hubo una respuesta específica a las alegaciones enviadas y ahora están revisando los documentos para comprobar si sus aportaciones se han tenido o no en cuenta.
“Lo normal hubiese sido un diálogo constante”, defiende Rueda, que argumenta que Galicia tendría que haber recibido más atención por la concentración de zonas habilitadas para la presentación de proyectos de eólica marina en sus costas. La Xunta, dijo en su comparecencia tras la reunión semanal de su gabinete, envió alegaciones en tres ocasiones, pero “nunca hubo respuesta”. “Mandamos [nuestras aportaciones] como quien manda cosas a un cajetín de correo”, recriminó.
El Consello de la Xunta de este jueves trató precisamente un informe de la Vicepresidencia Primera y Consellería de Economía sobre los planes de ordenación del espacio marítimo (POEM). La conclusión es que el Gobierno gallego necesita aclaraciones y “justificaciones técnicas” por parte del Ministerio para la Transición Ecológica sobre las zonas delimitadas. Rueda pide una reunión cuanto antes para aclarar “dudas e inconcreciones”.
En una primera lectura, agregó, la Xunta cree que no están recogidas “buena parte” de las alegaciones del observatorio que creó con representantes del sector pesquero y de la eólica. Esta energía “bien planteada es beneficiosa” para Galicia, afirmó, pero consideró que hay “mucho” que mejorar en el documento del Gobierno. Una de sus críticas es que la vigencia llega hasta 2027 pese a que, según los cálculos que él aportó, los primeros parques no estarían en funcionamiento para entonces, sino más hacia finales de la década. También dijo que “se echa en falta información detallada de los caladeros”.