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Soy maestra y siempre recordaré a la 'promoción telecole' cuando escuche las canciones con las que empezaba la clase

María Henar Frías Pérez

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Ninguna asignatura de la carrera, ninguna formación y ninguna situación vivida antes. Los maestros funcionamos a base de ensayo error, porque puede ser que una metodología, dinámica o recurso te haya servido siempre pero el nuevo grupo de alumnos de ese curso tenga otras demandas u otros intereses. Esta pandemia ha sido la mayor prueba de que los maestros somos versátiles y camaleónicos, nos adaptamos a cualquier situación. Hemos hecho historia de la enseñanza mundial: confinarnos en casa de la noche a la mañana por un virus a poco más de dos meses de acabar el curso.

Despedimos a nuestros grupos un 13 de marzo con un sabor agridulce, un patio semi vacío y las aulas a menos del 50%. Teníamos por delante una semana fallera sin pizca de traca en la que la incertidumbre era nuestra pareja gemela. El despliegue tecnológico que organizaron dos compañeros informáticos en menos de tres días no se describe con un adjetivo y eficiente se queda muy muy corto.

El fin de semana de resaca no fallera lo recuerdo de cara al ordenador 24/7. En el equipo de 5° rediseñamos un nuevo horario y aplicamos el “divide y vencerás” para preparación y diseño de las distintas áreas. La semana de arranque empezó con una lluvia de quejas que ha ido amainando o no, según la climatología de cada uno de los hogares. La coordinación ha sido mayor de lo normal. La competencia digital ha sido desarrollada a la fuerza, tanto por los haters como por los followers de la misma.

Más de 50 audios diarios iniciados con una canción que ha ido cambiando a lo largo de los períodos. Estáis aquí, de Sidonie, Mira cómo vuelo, de Miss Cafeína y Aloha, de Carlos Sadness han sido mis tres seleccionadas. Siempre que tengo ocasión intento que los que caen en mis manos escuchen algo más allá del reggeaton. Tras la canción venía el mensaje de “espero que todos bien” y pasar lista (en los más de diez años que llevo ejerciendo como maestra no había pasado tantas veces lista en un curso): era la forma que se nos había ocurrido para que sintieran que estábamos pendientes de cada uno de ellos.

A estos audios se han unido felicitaciones de cada uno de los cumpleaños que han caído, enhorabuenas, celebraciones de final de semana a ritmo de Queen, nuevas normas de 'telecole' y mucho mucho positivismo. Hemos ido cambiando cosas sobre la marcha, día a día, capeado con paciencia las quejas y guardando en un rincón exquisito de nuestra memoria los agradecimientos.

Hemos seguido trabajando todas las áreas, pero también hemos diseñado un mural en grupo para el fondo de pantalla de nuestro ordenador, hemos jugado al bingo, al Pictionary, hemos leído un cuento todos juntos, hemos hecho fiesta de disfraces y hasta una cápsula del tiempo para recordar este periodo.

Siempre digo que en la docencia hay mucho currículo oculto y una de las cosas que me encanta es que se han acostumbrado a sacar su mejor sonrisa para una “foto” (captura de pantalla) antes de finalizar la sesión de Zoom de cada semana. Cuando quedaban diez minutos para acabar alguno me recordaba que debía tomar la instantánea y me pedía que por favor la compartiera después a través del correo de la plataforma.

Para mí siempre serán la promoción 'telecole' y cada vez que haga un 'imp.pantalla' o escuche cualquiera de los tres temas 'indies' me vendrán a la memoria mis chicos nacidos en 2009.

Ninguna asignatura de la carrera, ninguna formación y ninguna situación vivida antes. Los maestros funcionamos a base de ensayo error, porque puede ser que una metodología, dinámica o recurso te haya servido siempre pero el nuevo grupo de alumnos de ese curso tenga otras demandas u otros intereses. Esta pandemia ha sido la mayor prueba de que los maestros somos versátiles y camaleónicos, nos adaptamos a cualquier situación. Hemos hecho historia de la enseñanza mundial: confinarnos en casa de la noche a la mañana por un virus a poco más de dos meses de acabar el curso.

Despedimos a nuestros grupos un 13 de marzo con un sabor agridulce, un patio semi vacío y las aulas a menos del 50%. Teníamos por delante una semana fallera sin pizca de traca en la que la incertidumbre era nuestra pareja gemela. El despliegue tecnológico que organizaron dos compañeros informáticos en menos de tres días no se describe con un adjetivo y eficiente se queda muy muy corto.