Así sería el mundo real si se llenara de recomendaciones como las de Facebook

Con pasar un rato navegando por las redes sociales o los comercios electrónicos te encuentras un aluvión de recomendaciones de páginas, productos, juegos o incluso contenido que podría llegar a interesante, o eso piensan las empresas, en base a tu pasado en la Red. Algo que puede resultar útil o engorroso, según el caso, pero que no siempre nos paramos a pensar hasta qué punto puede llegar a condicionarnos.

Para intentar que seamos más conscientes de su impacto, los artistas Scott Kelly y Ben Polkinghorne han trasladado este tipo de sugerencias al mundo realScott Kelly y Ben Polkinghorne. “No estamos aquí para hacer comentarios de tipo catastrófico sobre el tema. Simplemente sentimos que vale la pena considerar cuánto estos algoritmos están dictando lo que consumimos”, explica Kelly a HojaDeRouter.com

En su proyecto ‘Signs of the Times’, estos jóvenes creadores neozelandeses afincados en Londres han instalado carteles en lugares pintorescos de su país natal que sugieren a los visitantes otros sitios con características similares. En cada uno han incluido la frase “a la gente que le gustó esto también le gustó”, que recuerda a las que vemos a menudo en internet, acompañada de tres imágenes de sitios que, según su criterio, también podían interesar a los que hayan disfrutado del emplazamiento.

Por ejemolo, el cartel situado ante el Monte Taranaki, el volcán más perfecto de Nueva Zelanda, invita a visitar otros paisajes como el Monte Cook, su pico de mayor altitud (situado a 1.222 kilómetros de distancia), o el obelisco sobre la cumbre de One Tree Hill (algo más cercano, 400 kilómetros al noreste).

A estas sugerencias se unen las que los artistas muestran a los visitantes del parque Brookland y el Westown, ambos en la ciudad de Nueva Plymouth. En el proyecto originario también se incluyeron recomendaciones junto al mar, concretamente en Back Beach, pero aquel cartel se vieron obligados a retirarlo por el riesgo a que acabara bajo el agua.

Por relevante y útil que la información pueda resultar a los turistas, lo que Kelly y Polkinghorne pretenden es poner el foco en la omnipresencia de este tipo de sugerencias en la Red. La idea surgió tras comprobar la enorme cantidad de recomendaciones que les invitaban a hacer clic en páginas como Amazon o Netflix, y cómo a veces picaban con inesperadas consecuencias. “Un día vi una comedia romántica y de repente tenía recomendaciones de otras muchas que también me podían gustar”, recuerda Kelly. “Es curioso ver como una decisión puede sesgar el algoritmo y hacer suposiciones sobre nuestros intereses”.

Para ellos, el mundo digital está dirigido por esos algoritmos que deciden por nosotros qué debemos mirar, comprar y hasta qué nos debe gustar, aunque muchas veces su influjo pasa inadvertido. Llevándolo a las calles, estos artistas quieren que nos demos cuenta que cada uno de nuestros pasos en la Red puede estar condicionado.

Los algoritmos que gobiernan nuestras vidas

A no ser que te hayas molestado en blindar tus cuentas, algo complicado y poco probable, todos tus movimientos en las tres uves dobles quedan registrados y a disposición de empresas como Facebook, Amazon o incluso de organizaciones o partidos políticos como sucedió durante la campaña de Donald Trump. En este proceso, los algoritmos son los protagonistas: gracias a ellos toda esa información se recopila, se clasifica y permite realizar sugerencias personalizadas o afinar mensajes para cada usuario.

Por ejemplo Amazon, probablemente la empresa más avanzada en lo que a compras sugeridas se refiere, cuenta con un algoritmo de recomendación que denomina "filtrado colaborativo artículo a artículo". Así, cuando un usuario hace una compra, añade un producto a su carrito o lo incluye en su lista de deseos, este mecanismo se encarga de asociarlo a una lista de ítems similares para proponerle.

Similar es el funcionamiento de un sistema de recomendación musical como Music Genome ProjectMusic Genome Project, desarrollado por la plataforma de 'streaming' estadounidense Pandora. Este sofisticado método atribuye a cada canción hasta 450 características musicales, como el género o el nivel de distorsión de la guitarra eléctrica, basándose en los criterios que la máquina ha aprendido entrenándose con un equipo de profesionales humanos, que analizan algunos temas de forma manual para perfeccionar la técnica.

Gracias a esos cientos de atributos que maneja, el algoritmo es capaz de sugerir canciones parecidas a las que suele escuchar el usuario con un índice muy alto de acierto y un grado de personalización elevadísimo.

Este tipo de recomendaciones también son muy comunes en las redes sociales. Facebook o YouTube nos inundan cada día. Cada foto que subimos o vídeo que reproducimos se registra en la base de datos de nuestro perfil para, en el mismo instante o al cabo de unos días, sugerirnos algo que el algoritmo entiende que nos puede gustar.

Aunque los algoritmos guardan muchos secretos, hay cosas que se saben. Por ejemplo, el vicepresidente de producto de Facebook, Adam Mosseri, desveló recientemente que la red social planea potenciar las publicaciones de familiares y amigos. Esto podría perjudicar a las empresas, que tendrán que pagar cada vez más si quieren hacerse un hueco en nuestras pantallas. Además, el algoritmo premiará a los tengan más interacciones y comentarios y tendrá en cuenta el esfuerzo de los usuarios de elegir una valoración más allá de un simple ‘me gusta’.

Así que la próxima vez que vayas a pinchar en un enlace ten en cuenta que tus gustos pueden estar dirigidos por una máquina, como nos quieren hacer ver Scott Kelly y Ben Polkinghorne. Puede que te replantees algunos clics. Y si te da igual, adelante.

----------------------------

Las imágenes de este artículo son propiedad de Scott Kelly y Ben Polkinghorne