La 'app' que enseña mates a tus hijos: “El profesor como líder no va a desaparecer”

Al sistema educativo español se le siguen atragantando los números. Así lo demuestran los resultados del más reciente informe PISA: los alumnos españoles están por debajo de la media de la OCDE (486 frente a 493) y de la Unión Europea (493). Aunque en 2015 los estudiantes mejoraron en lectura, continúan a la cola en matemáticas.

“No tiene sentido hoy en día, si cada niño es diferente, cada niño tiene una velocidad, que sigamos enseñando a los niños con un programa estándar, cuando la tecnología permite personalizar contenidos”, defiende Javier Arroyo. Este economista comenzó a trabajar para que la tecnología proporcione a cada alumno lo que necesita en 2009, cuando cofundó Smartick,Smartick un método ‘online’ para el aprendizaje de matemáticas destinado a niños de 4 a 14 años.

Lo creó con Daniel González de Vega, un ingeniero industrial con el que compartía pasión por los números y ganas de mejorar los resultados escolares tanto de los alumnos más aventajados como de aquellos que comienzan a odiar las matemáticas.

“Hay niños que, en un momento dado (por un curso malo, porque el profesor que les tocó era malo...), no consolidan el conocimiento como deberían haberlo consolidado, y en cursos sucesivos ese ‘gap’ [brecha] va aumentando”, explica González de Vega en una entrevista para Nexo. “Eso solo tienes dos formas de corregirlo: o pones 15 profes por clase, a unos costes absolutamente inasumibles por el sistema, o con tecnología e inteligencia artificial”.

Ellos apostaron por la segunda vía con sus ahorros de una década. No eran un par de veinteañeros cuando decidieron dar el salto, con solo dos préstamos por valor de 100.000 euros y el apoyo de amigos y familiares. “Reivindicamos el rol de emprendedor mayor”, señala Arroyo entre risas.

Su experiencia profesional previa en otros sectores les ayudó a impulsar su aventura desde Málaga. Hoy, el equipo de Smartick está integrado por un equipo de 42 ingenieros, matemáticos, psicólogos, pedagogos y educadores que trabajan para una plataforma que ya se utiliza en más de 50 países.

Algoritmos que dan buenas clases de matemáticas

Gracias a algoritmos de ‘machine learning’, Smartick se adapta al ritmo de aprendizaje de cada alumno: genera unos ejercicios de lógica, aritmética, razonamiento o cálculo mental según sus aciertos y el tiempo que tardan en resolver los problemas.

Aunque no se trata de un juego, su diseño, su interactividad y sus recursos multimedia atraen al niño para que rinda al máximo durante 15 minutos diarios. “El valor añadido de Smartick es la capacidad de adaptarte como un guante al perfil de cada niño. Sea cual sea la capacidad o el potencial de ese niño, poder maximizarlo a través de la personalización absoluta del contenido en tiempo real”, defiende Arroyo.

Lógicamente, este par de emprendedores no afirma que su método es completamente nuevo: los cuadernos Rubio de tu infancia que ahora recuerdas con cariño o el popular método Kumon japonés llegaron antes. “La tecnología no la hemos inventado nosotros, la ‘gamificación’ tampoco. Tú coges los ingredientes, los juntas y al final te sale una salsa muy buena”, aclara González de Vega.

Su salsa, aderezada con inteligencia artificial, es la clave de los excelentes resultados de Smartick. Según los datos de la compañía, usar la 'app' incrementa un 94 % la capacidad de cálculo y la agilidad mental del estudiante; además, el 83 % de sus alumnos mejoró su nota en matemáticas. “Lo que estamos haciendo es intentar cerrar el círculo entre matemáticas y entrenamiento cognitivo”, detalla Arroyo.

Convenciendo a los padres de que la ‘tablet’ educa

Ahora bien, ¿es fácil convencer a los padres de la importancia de reforzar la educación en matemáticas de sus hijos y además hacerlo con una ‘tablet’? Si bien los españoles suelen estar muy concienciados de que sus hijos necesitan una formación más allá de las clases para conseguir un nivel de inglés suficientemente bueno, con las matemáticas, pese a ser una materia que “se va asentando sobre niveles inferiores”, según González de Vega, todavía no ocurre lo mismo.

El cofundador de Smartick dice entender a aquellos padres a los que “les preocupa que sus hijos pasen dos horas con la tableta” y, por eso, acaban diciendo “pues oye, ni dos horas ni diez minutos, nada”. Saben que es algo contra lo que tienen que luchar. Entre otras cosas, la plataforma envía a los padres los resultados del rendimiento de sus hijos para que puedan llevar el control del proceso de aprendizaje.

De cara a los pequeños, romper estas reticencias de sus progenitores juega a favor de Smartick. “Para muchos niños es la forma de acceder a la tableta: hago Smartick y luego me dejan usarla. Es un premio, un incentivo”, puntualiza Arroyo.

Más allá de los padres, cada vez más colegios privados, públicos y concertados van apostando por el método de estos emprendedores españoles. “Es cuestión de visión y ambición pedagógica, de ganas de innovar”, defiende González de Vega. Uno de los casos que mejor demuestran el éxito de Smartick es el del colegio público Padre Coloma, situado en el madrileño barrio de San Blas.

La Comunidad de Madrid eligió este centro para formar parte de una prueba piloto con tabletas que incluían la plataforma Smartick. Los problemas de este colegio hicieron que fuera seleccionado: gran parte del alumnado es inmigrante y los padres de muchos niños tienen problemas para llegar a final de mes.

En tres años, lograron convertirse en el quinto mejor colegio de la ciudad de Madridquinto mejor colegio en las pruebas CDI (Conocimientos y Destrezas Indispensables). “Son evangelizadores del método, pues demuestran que de verdad es un método que tiene resultados muy factibles”, señala González de Vega.

El futuro de la educación: profes y tecnología

Smartick ha ido haciéndose un hueco en todo el mundo y ya cuenta con más de 10.000 usuarios más de 10.000 usuarios. El año pasado, se alió con el Instituto Tecnológico de Massachussets (el famoso MIT) para impulsar su expansión por Estados Unidos, que dirigen desde sus oficinas en Boston.

Elegida como unas de las 15 mejores ‘startups’ del mundo en 2016 por la publicación especializada The Next Web, Smartick ha recibido recientemente otra buena nueva. La Comisión Europea les ha concedido 1,3 millones de euros para desarrollar Smartick Brain, una nueva plataforma de aprendizaje que integra matemáticas y habilidades cognitivas.

Teniendo en cuenta el prometedor futuro de esta compañía y el hecho de que las tabletas se utilizarán cada vez más en los colegios, ¿cuál es la opinión de los fundadores sobre el futuro de la educación? “La clase en grupo nunca va a desaparecer y el profesor como líder [...] no va a desaparecer tampoco, lo que sí cambiará seguramente será ese rol del profesor”, apunta Arroyo.

“En educación escolar no va a haber una revolución, va a haber una evolución notable hacia uso de herramientas con capacidad de personalización, como Smartick u otras”, pronostica González de Vega. Por otro lado, sí cree que los MOOC (la formación 'online' que ofrecen muchas facultades) y plataformas que imparten cursos en línea como Coursera contribuirán a cambiar el modelo de educación superior en la próxima década.

Mientras tanto, ellos seguirán trabajando para que su revolucionaria aplicación de aprendizaje se convierta en un aliado de cada vez más padres y profesores y consiga ayudar a miles de niños a aprender matemáticas de forma amena. Si lo consiguen, puede que los informes PISA dejen de sacarnos los colores.

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Las imágenes son propiedad de Wikimedia Commons (1) y Smartick