El sector de la impresión 3D despierta para saludar a los gigantes
El año pasado se vendieron cerca de 133.000 impresoras 3D en el mundo, un 68% más que en 2013, según los últimos datos de Canalys. Unas ventas que sirvieron a las compañías del sector para ingresar 3.300 millones de dólares (unos 2.945 millones de euros), un 34% más de lo obtenido el año anterior.
De acuerdo con la consultora, la reducción del precio de las impresoras 3D, la ampliación de las tecnologías disponibles y un aumento considerable en la velocidad de impresión han sido las claves de un crecimiento que no ha pillado a nadie por sorpresa.
Hace tiempo que las grandes compañías de impresión tradicional tienen la vista puesta en este nuevo mercado, preparándose para entrar en el sector. El ejemplo más claro es HP, que en octubre de 2014 desveló sus planes de comercializar una primera impresora 3D, la Multi Jet Fusion, en 2016. Ante un desembarco tan inminente como el del gigante, ¿qué planes tienen las compañías ya establecidas?
Innovación en el mercado español
EntresD es una de las pocas compañías españolas que fabrican impresoras 3D. La empresa catalana inició su andadura en 2012 y, desde entonces, ofrece a los consumidores impresoras, escáneres y programas de impresión en tres dimensiones. Sus máquinas emplean la tecnología FDM (siglas en inglés de Modelo de Deposición Fundida), que permite materializar los diseños sobre plástico.
Según nos cuenta Andreu Bellés, su director comercial, a la empresa le resulta complicado fabricar impresoras que trabajen con otros materiales, como por ejemplo el metal, pero “sí que estamos intentando innovar en otros tipos de plástico”. Por ejemplo, hace unos meses pusieron a la venta un accesorio “que permitía imprimir en un tipo de plástico que ya no era rígido, sino flexible”. Renovarse o morir, y más en un sector tan incipiente.
Con unos precios que van de los 799 a los 2.599 euros, la mayor parte de los clientes que adquieren las máquinas de EntresD son pequeñas y medianas empresas de sectores como la arquitectura o la ingeniería, además de los departamentos de diseño de grandes compañías.
Un precio parecido y una tecnología similar caracterizan las impresoras 3D de BQ. Procedente del mundo del libro electrónico, los 'smartphones' y las tabletas, la compañía española se introdujo en el sector de la impresión 3D en 2013 tras comprar la 'startup' Marcha Technology. Desde entonces, vende Witbox y Hephestos, dos modelos que imprimen también en base a la tecnología FDM.
El área de innovación de BQ, igual que la de EntresD, se está centrando en desarrollar nuevos materiales sobre los que imprimir. “El plástico es el material básico, pero si le incluimos otros materiales, se pueden obtener distintos acabados, calidades y propiedades mecánicas”, explica a HojaDeRouter.com Alberto Valero, ingeniero experto en impresión 3D de BQ. Una investigación que compaginan con el estudio de otras tecnologías como la impresión por láser.
Preparándose para lo que viene
Las investigaciones que están llevando a cabo las empresas españolas forman parte de las estrategias que han comenzado a poner en marcha las 'startups' del sector para dar la bienvenida a los gigantes. Así lo anticipaba en una entrevista Rachel Lashford, vicepresidenta de Canalys, señalando que muchas compañías están invirtiendo más en sus departamentos de I+D tras conocerse que HP va entrar en el mercado el año que viene.
Según Lashford, los grandes fabricantes también podrían decantarse por tirar de talonario y comprar otras empresas, ampliando su cuota de mercado inicial y asegurándose el talento de esos ingenieros para medrar en el futuro. Una estrategia que ya está siguiendo 3D Systems, una de las firmas más importantes del mundo de la impresión 3D.
La empresa de Avi Reichental ya se ha hecho con Cimatron, una 'startup' que fabrica programas de impresión 3D, y de acuerdo con la portavoz de Canalys podría tener en mente adquirir Voxeljet y The ExOne Company, famosas por sus rápidas máquinas capaces de imprimir con metal.
Otra opción, en lugar de comprar, es invertir en firmas pequeñas, como planea hacer Autodesk. La empresa que comercializa el programa de diseño AutoCAD anunció en octubre del pasado año su intención de destinar hasta 100 millones de dólares (unos 89 millones de euros) a financiar 'startups' de impresión 3D.
Compañías como Stratasys y 3D Systems también están tratando de crecer de forma interna, investigando en nuevas tecnologías que permitan imprimir sobre otros materiales; y de forma externa, a través de alianzas con otras 'startups' o comprando e invirtiendo en las mismas. Según Julio Vial, experto en el mercado de la impresión 3D de la consultora IDC, han surgido y seguirán surgiendo innovaciones gracias a que un gran número de patentes expiraron el año pasado.
HP no es el único fabricante tradicional que ha desvelado su apuesta de futuro por la impresión en 3D. Epson, otro gigante de la copia en dos dimensiones, tiene pensado lanzar su propia máquina en cinco años. Además, el pasado mes de febrero, Ricoh anunció una alianza con Leapfrog 3D Systems para distribuir sus impresoras 3D por Europa.
El sector de la impresión 3D es bastante joven, aunque no tanto como puede parecer. Las primeras máquinas para imprimir en tres dimensiones comenzaron a comercializarse a finales de los años 80, y ya a principios de los 90 empezaron a salir al mercado impresoras con tecnología FDM. Entonces, ¿por qué las grandes compañías de impresión en papel intentan adentrarse ahora? “HP ya intentó entrar, pero aliándose con Stratasys”, recuerda Vial. “El problema es que en ese tiempo no era muy popular”. Han sido la caducidad de las patentes y el auge de nuevas compañías centradas en la impresión 3D lo que ha motivado al gigante a regresar a este sector con futuro.
Además, grandes empresas de otras industrias, como General Electric o Boeing, ya utilizan la impresión 3D para reducir costes y simplificar sus procesos. Según Vial, la impresión en 3D va a reemplazar buena parte de la tecnología que se emplea hoy día en otras industrias. Lo vemos en joyería, donde los diseñadores pueden imprimir sus prototipos antes de empezar a fabricarlos; o en los laboratorios deontológicos, donde “escanean la boca y pueden dejar imprimiendo por la noche una dentadura”.
¿Quién dijo miedo?
Las 'startups' y empresas del sector no están asustadas por la llegada del gigante. De hecho, en cierto modo, supone para ellas una buena noticia. “El tema de que empresas como HP saquen su propia impresora es fantástico”, afirma Bellés, “porque HP hará todo un 'marketing' que nosotros no podemos hacer”. Tanto fabricantes como distribuidores de impresoras 3D llevan tiempo esperando a que un gigante apueste fuerte en el sector. “HP es un acelerador porque se conoce más y va a traer mucho más conocimiento y empuje al mercado”, coindice Vial.
En BQ también dan la bienvenida a un actor nuevo. “La competencia siempre es buena porque te motiva y te ayuda a mejorar, y porque siempre introduce novedades que pueden ser incorporadas a nuestras máquinas”, indica Valero. “Significa que nosotros tendremos que trabajar más duro, pero de lo que estamos seguros es que lo que va a salir avanzado es la tecnología”.
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