¿El móvil como método anticonceptivo? Tu médico no va a firmar esa receta

Los métodos anticonceptivos de nuestros abuelos vuelven a estar en auge. Eso sí, las cuentas se hacen ahora de una manera bastante más tecnológica. En Estados Unidos está causando furor Daysy, un dispositivo que se vende como un método “natural y efectivo en un 99,3%” para prevenir embarazos indeseados.

Permite tomar la temperatura basal en pocos segundos gracias a un pequeño instrumento que se apoya bajo la lengua, que se conecta con una ‘app’ (por ahora solo disponible para iOS) para registrar automáticamente las variaciones y señalar los cerca de 10 días al mes durante los cuales la mujer es más fértil. Según sus creadores, sirve tanto para mantener relaciones seguras como para descubrir los días más apropiados para buscar un bebé si ese es el objetivo de la pareja.

La precisión que desde la compañía atribuyen al método es la misma que se da a la píldora, pero “sin inhibir el desarrollo muscular como lo hace ésta”, afirman. Son precisamente esos supuestos efectos secundarios del anticonceptivo los que, según un reciente estudio realizado por el departamento de salud de Estados Unidos (SEC por sus siglas en inglés), provocan que un alto porcentaje de mujeres lo abandone (el 30%), y en algunos casos se animen a cambiar la química por la tecnologíacambiar la química por la tecnología.

Con un planteamiento similar al de Daysy, existen otros métodos en el mercado que se basan en predicir el periodo de ovulación de la mujer, como Cyclebeads.com - que se atribuye una fiabilidad del 95% - o 'apps' como iGyno, OvuView o Clue.

Sin embargo, desde la Sociedad Española de Contracepción desaconsejan la utilización de estas técnicas. Según subraya el doctor Roberto Lertxundi, que representa a España en la comisión rectora del ente a nivel europeo, los índices de eficacia a los que aluden estos métodos “no son correctos”.

El índicador estadístico más utilizado en estudios clínicos para medir la eficacia de los métodos anticonceptivos es el índice de Pearl (IP), que se basa en el número de embarazos no planificados por cada 100 mujeres/año, es decir, en el número de embarazos que sucederían en un grupo de 100 mujeres que utilizaran un determinado método anticonceptivo durante un año.

“Según los datos científicos disponibles, el índice de Pearl de todos los métodos que se basan en la detección de la ovulación es superior al 10%”, explica Lertxundi a HojaDeRouter.com, “por lo que no son recomendables y nuestra sociedad científica no los promueve”.

Los expertos recuerdan que el método más seguro para evitar embarazos no deseados - aparte de la esterilización voluntaria - son los LARC ('long acting reversible contraceptives'), es decir, los anticonceptivos de larga duración y reversibles como el DIU. Sin embargo, este tipo de barreras todavía no han calado entre las mujeres españolas. Según una encuesta realizada en febrero de 2014, sólo un 6,4% usaba el DIU en nuestro país, frente al 10% de Reino Unido o el 25% de Finlandia.

El futuro de la contracepción, según Lertxundi, pasa por que la tecnología y la química caminen juntas. De hecho, ya hay algunos ejemplos de ello, como el microchip cargado con hormonas que ha desarrollado el Instituto Tecnológico de Masachussetts (MIT), financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates, y que se espera comercializar en 2018.

El objetivo es que se pueda implantar bajo la piel y sea capaz de administrar hormonas durante 16 años, pudiéndose activar o desactivar mediante un controlador inalámbrico. Pese a que desde la SEC se valoran positivamente este tipo de inventos, se recuerda también que desde el punto de vista médico y farmacológico no existe un avance real: el ingrediente principal del microchip, el levonorgestrel, se utiliza desde hace más de 50 años.

No obstante, para Lertxundi, desde el punto de vista de la utilización, el proyecto “resulta muy interesante porque en anticoncepción la clave es el autocontrol por parte de la usuaria. Es muy interesante disponer de un sistema que la mujer pueda activar o desactivar”, explica. “Se disminuirá la dependencia del sistema sanitario, del sistema médico, así como las visitas médicas, y la mujer tomará más protagonismo en la anticoncepción con este positivo paso adelante”.

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Las imágenes de este reportaje son propiedad, por orden de aparición, daysy (y 2) y CycleBeads