Cuando Mark Zuckerberg desarrolló Facemash, montar lo que se convertiría con el tiempo en la red social más popular del mundo parecía coser y cantar. Con tan sólo un ordenador, ciertos conocimientos informáticos y un par de horas libres, cualquiera hubiera podido construir la plataforma social de la Universidad de Harvard.
Esta es una conclusión que, perfectamente, podríamos extraer de 'La Red Social', la película de David Fincher que narra los orígenes de Facebook. Una historia plagada de referencias informáticas que, lejos de confundir al espectador, entretienen y transforman la película en algo más real.
Para hacer verosímil una historia tan tecnológica como la de 'La Red Social', los conocimientos informáticos resultaban de lo más necesarios. De ahí que detrás de todas las escenas en las que Zuckerberg (interpretado por Jesse Eisenberg) se desenvuelve entre código y servidores estuviera Paul McReynolds, el informático que contrató Fincher como asesor para salvaguardar el rigor de la película.
Recomendado por un amigo, el cofundador de Conspire, una plataforma de 'networking' que aspira a ser la competencia directa de LinkedIn, consiguió que Fincher le pasara el guión para que revisará las escenas en las que la tecnología tenía un papel destacado. Una labor que repitió en 'Los hombres que no amaban a las mujeres' y en la serie estadounidense 'House of Cards'.
“Fincher se interesó bastante [por el código y la programación], pero estaba más interesado en hacer que la historia fuese más real”, cuenta McReynolds a HojaDeRouter.com. Y pone un ejemplo: “En 'House of Cards' no hice ninguna secuencia técnica, pero sí que es cierto que una de las partes más importantes de la serie es cuando los personajes intercambian información a través de sus móviles. Algo que pasa hoy en nuestro día a día”.
McReynolds no enseñaba a los actores a programar. “Lo que hice con ellos fue que intentaran comprender el trabajo técnico. En el caso de 'Los hombres que no amaban a las mujeres', a Rooney Mara [la actriz protagonista] le dije cómo se podía mover el disco duro de un ordenador a otro, cómo acceder a él o cómo robarlo de otro ordenador”.
“En ambos casos, el código no era tan necesario para el guión, pero teníamos que mostrárselo más a la audiencia”, afirma. Debía ser código real, pero no hacía falta que los actores supieran cómo escribirlo. Falsear las escenas tecnológicas, en palabras del ingeniero, no hubiera merecido la pena: “La audiencia sabe cómo es una página y resulta muy difícil falsear eso, así que tan sólo escribe código y monta la página de verdad”.
Fallos de película
Según McReynolds, hace relativamente poco que los directores y productores de cine se preocupan por la precisión en los aspectos tecnológicos. Y el ingeniero no es el único que se ha dado cuenta. Así lo demuestran webs como Source Code in TV and Films, la página de Tumblr en la que el informático John Graham-Cumming señala las escenas de las películas y series en las que hay alguna incongruencia informática. Entre ellas algunas tan actuales como 'Halt and Catch Fire', 'Person of Interest' o 'Doctor Who'.
“Cuanto más importante sea el papel de la historia tecnológica en la película, más tienes que profundizar y preguntarte cómo pasa esto en realidad”, señala McReynolds. “En 'House of Cards', en la mayor parte de las historias tecnológicas que hay en la serie, no tienes que hacer mucho trabajo técnico por el espectro de audiencia que atrae. Pero en el caso de la película 'Los hombres que no amaban a las mujeres', en la que la protagonista es una 'hacker', tienes que tener un conocimiento muy profundo”.
Eso sí, ni a Jesse Eisenberg ni a Rooney Mara pareció interesarles la labor de sus personajes más allá de las líneas del guión. Un desinterés que no molestó a McReynolds porque, después de todo, las estrellas de Hollywood se ciñeron a las directrices del asesor tecnológico. Mientras sean obedientes...
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Las imágenes de este reportaje proceden, por orden de aparición, de una captura de pantalla de La Red Social, una captura de pantalla de 'House of Cards' e Imgur