Criptomonedas y cajas llenas de canicas: así se perpetró la mayor estafa a Amazon en Europa
El ‘modus operandi’ de estos jóvenes de 22 años de Mallorca era tan sencillo como extraño resultó que la empresa a la que defraudaron –la más valiosa del mundo, según algunos ránkings– no se diera cuenta de nada hasta pasados unos años. Hablamos de cómo tres residentes de la isla planearon el golpe más grande que se haya dado nunca a Amazon en Europa, y la segunda mayor estafa perpetrada hacia la compañía en todo el mundo.
Los hermanos de siglas J. G. K. y W. P. K., junto a su amigo J. E. B., consiguieron hasta 350.000 euros a través de un sistema de devoluciones fraudulentas. Para ello, llegaron a crear una empresa con domicilio social en Marratxí (Mallorca) destinada a la compraventa de artículos tecnológicos, de nombre Kwartech Electronics. Entre 2017 y 2019 vendían a través de internet las últimas tecnologías a precios mucho más bajos de los que se encontraban en el mercado: es decir, eran auténticos chollos.
Cuando alguien les compraba alguno de estos artículos, pongamos por ejemplo un móvil, los jóvenes procedían a comprarlo a través de Amazon, con dirección de entrega hacia sus compradores. Una vez realizado el envío, procedían a su devolución y Amazon les retornaba el dinero. Para ello, rellenaban paquetes de tierra, arena o canicas, para que pesaran como el original y no levantar sospechas en el centro logístico. Repitieron la operación unas 200 veces hasta que la empresa se dio cuenta y avisó a la Policía Nacional. Al final, los jóvenes fueron detenidos en 2019, en libertad con fianza de 3.000 euros.
Amazon llegó a un acuerdo con el abogado de los estafadores, mediante el cual se disponían a devolver la cantidad defraudada, pero la Fiscalía continuó con el procedimiento hasta el juicio celebrado en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Palma el pasado martes 7 de febrero. En declaraciones a elDiario.es, el abogado de los jóvenes, Javier Morente, reconoce que si no hubiera habido un pacto con el gigante de las compras por internet “habría sido un juicio bastante largo” y sus clientes se podrían haber enfrentado a “muchos años de prisión, entre seis y ocho”. La cantidad de documentos que había era muy grande y, en primera instancia, se enfrentaban a delitos de blanqueo de capitales, de grupo criminal y de estafa agravada continuada.
¿Por qué una empresa como Amazon decidió pactar y retirarse del procedimiento? Morente matiza que “para realizar tantas veces el mismo método, está claro que alguna persona allí no debió de controlar”. Hay que tener en cuenta que un almacén logístico de la empresa puede manejar miles y miles de devoluciones en un día.
Las largas negociaciones con el gigante comercial –duraron muchos meses ya que la decisión dependía de la dirección de Amazon– consistían en determinar qué responsabilidad civil tenían los acusados, es decir, cuánto dinero se retornaba para reparar totalmente el daño. “Nosotros teníamos un problema: era muy probable que nuestros clientes ingresaran en prisión. Pero la parte denunciante tenía otro: que no se alcanzara a indemnizar la cantidad que ellos consideraban”, comenta el abogado.
Nosotros teníamos un problema: era muy probable que nuestros clientes ingresaran en prisión. Pero la parte denunciante tenía otro: que no se alcanzara a indemnizar la cantidad que ellos consideraban
El punto de vista de Amazon
El abogado de la defensa agradece la predisposición de la empresa en el acuerdo y que se “dieran por satisfechos”. Por su parte y consultados por este medio, desde Amazon España declinan hacer ningún comentario sobre el proceso judicial. Se limitan a asegurar que la empresa “cuenta con sistemas que detectan comportamientos sospechosos y un equipo dedicado a investigar y detener las actividades fraudulentas”. “En Amazon no tienen cabida este tipo de comportamientos. Continuaremos investigando y poniendo fin a cualquier intento de fraude con la finalidad de proteger a nuestros clientes y colaboradores comerciales y de hacer responsables de sus actos a los infractores”, añaden.
Aun a pesar del acuerdo entre la empresa y sus defraudadores, la Fiscalía no se apartó del caso. Esto es porque cuando la acusación pública tiene conocimiento de un delito –o cuando cree que se trata de un delito– debe continuar el procedimiento. “Sabíamos que estaban obligados a continuar, pero Amazon decidió retirar la acusación particular y renunciar a sanciones civiles y penales, porque ya habían sido resarcidos”, cuenta Morente. Ante este acuerdo, la Fiscalía decidió reclamar dos años de prisión para los jóvenes, pero atendiendo a la reparación muy cualificada del daño –la devolución del dinero– accedió a rebajar la pena a 12 meses. “Mejor no podría haber acabado, teniendo en cuenta la cantidad de pruebas que había. No puedes negar según qué cosas: se paga con una tarjeta, hay una dirección de envío, correos, teléfonos móviles…”, apunta Morente.
350.000 euros procedentes de criptomonedas
Una vez que se llegó a cerrar el acuerdo, el problema era otro: conseguir el dinero. Para que fuera posible, los jóvenes pidieron devolver la cantidad defraudada a través de criptomonedas que poseían, pero el Tribunal Supremo establece que no se puede abonar ningún tipo de responsabilidad civil de este modo. Por tanto, se pidió que, con la presencia de la Policía Nacional, los jóvenes pudieran transformar las criptomonedas en euros en un monedero virtual y, desde éste, transferir el dinero a un número de cuenta ya embargado por el juzgado.
Los jóvenes pidieron devolver la cantidad defraudada a través de criptomonedas, pero no es legalmente posible. Por tanto, los transformaron las criptomonedas en euros en un monedero virtual e hicieron la transferencia
Y así se hizo: “Fue un procedimiento peculiar”, reconoce Morente– “No era sencillo, porque plantear que abran una ‘caja fuerte’ y que la persona acusada de estafa convirtiera esto en dinero… te mira con un poco de recelo todo el mundo”, añade. Según explica el abogado, estos jóvenes “fueron unos visionarios en su momento” a la hora de adquirir las criptomonedas y éstas no procederían del ‘negocio’ que tenían entre manos. “Hay gente que compró en su momento, pronto, e hizo mucho dinero”, añade.
Uno de estos jóvenes se llegó a ofrecer a Amazon para trabajar con ellos, ante las brechas de seguridad que consideraba –y eludió durante bastante tiempo– tenía la empresa. Una vez firmado el acuerdo, su abogado lo planteó al equipo legal de Amazon. “El chico lo planteaba porque lo pensaba así de verdad, no quería que se lo tomaran a mal”, comenta Morente. La empresa también ha rechazado hacer ningún comentario sobre este hecho, pero el mismo Morente duda mucho de que esta contratación se llegue a producir, ya que solo fue un ofrecimiento.
Uno de estos jóvenes se llegó a ofrecer a Amazon para trabajar con ellos, ante las brechas de seguridad que consideraba que tenía la empresa. Ésta no ha querido aclarar nada al respecto
Del timo de la estampita a las estafas del siglo XXI
Los estafadores cuentan hoy día con muchos más recursos y facilidades para engañar a sus víctimas. Este tipo de delitos, desgraciadamente, son “muy comunes”. Lo cuenta Morente que lleva hasta cuatro casos de estafas virtuales en estos momentos, aunque no de la entidad del de Amazon: “Lo que antes era el timo de la estampita, que tenía que ir una persona y parar a otra por la calle, ahora es universal y sencillo”. El abogado comenta que durante el mismo período de tiempo que ocupaba a una persona estafar presencialmente a su víctima, ahora puede enviar miles de correos electrónicos, en los que alguien va a contestar.
Aun así, y en relación al acuerdo, Morente aclara que también hoy en día “es más habitual” llegar a tratos. “La mediación penal sirve, sobre todo, para este tipo de delitos. Para alguien que agrede gravemente o intenta matar es muy difícil, pero para un delito económico en el que no has dejado a nadie sin comer o a sus hijos sin poder vestir, yo creo que la mediación está bien”, concluye.
Esta es la segunda mayor estafa del mundo hacia Amazon. La primera, fue perpetrada por un matrimonio estadounidense que llegó a defraudar 1,2 millones de dólares con un método semejante, el de las devoluciones. Este matrimonio fue condenado a más de cinco años de prisión.
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