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El CEIP Rafal Vell, escuela en la que estudia un niño cuya madre batalla para que se le ofrezca una alternativa vegana en el menú del comedor, asegura que su objetivo es “el bienestar del menor” y que, por ello, se orientan en base a sus profesionales, graduados en psicología y titulados en educación, que “lo atienden diariamente”. “Desde el AFA Ceip Rafal Vell respetamos el veganismo, como otras opciones de consumo alimentario basadas en posiciones morales o creencias. No admitimos que se acuse injustamente a nuestros trabajadores o que se utilice nuestra escuela –vulnerable frente a las grandes empresas de catering– para forzar cambios en la administración”, aseveran.
En un comunicado, difundido tras la publicación de este reportaje, en el que la progenitora del menor asegura que su hijo “no quiere comer animales”, al igual que varias referentes en su familia y entorno cercano, y que desde el colegio la única alternativa que le han ofrecido es el menú musulmán (sustituyendo el cerdo por otro tipo de carne), el centro público desmiente tales afirmaciones y asegura que desde principios de 2024 se han llevado a cabo reuniones y consultas con la Conselleria de Educació i Universitats, Seguretat Alimentària y la FAPA, abordando el tema también en las comisiones de comedor en las que participa la nutricionista colegiada del centro, abiertas a la participación de las familias, en asambleas de la AFA (la última, masiva, día 10 de diciembre) donde se ha informado de todos los trámites llevados a cabo al respecto.
“Como se informó en la asamblea, ahora mismo estamos pendientes de una consulta vehiculada junto con la FAPA al departamento de Seguridad Alimentaria. Como bien sabe la familia, porque así lo ha hecho público en diferentes medios y redes donde difunde el caso, los tiempos de respuesta de la administración son lentos y sus respuestas a menudo son vagas o indefinidas y requieren de nuevas demandas. En este proceso estamos inmersos, así como pendientes de concertar una reunión con la familia, que la ha aplazado hasta después de enero por motivos personales”, señala el colegio.
El CEIP Rafal Vell asevera, asimismo, que “nunca se ha forzado al niño a comer carne. El ”trauma“ al que se refiere la psicóloga contratada por la familia para evaluarlo podría producirse por otras causas. Al contrario, actualmente nos preocupa altamente el desarrollo psicológico del menor en cuanto a sus conductas alimentarias en el futuro. La persona que recoge al niño tiene acceso a la información directa sobre sus consumos”.
En esta línea, afirma que, “como se comunicó a la familia en junio de 2024, en nuestro servicio diariamente se hace un seguimiento y se recoge información sobre su estado y sus consumos (elecciones, cantidades, actitudes, mensajes); se informa al niño sobre el origen de los alimentos que tiene en el plato. La coordinadora de comedor y la monitora al cargo se ocupan de que así sea. En ningún caso puede ocurrir que consuma alimentos origen animal 'por falta de información' ni que haya rechazado sistemáticamente 'productos animales en cuanto era informado' y se respeta siempre la decisión del niño de consumir cualquier alimento, sea este de origen animal o vegetal”. Asimismo, subraya que “siempre hay opciones vegetales que pueden saciar su apetito”.
Del mismo modo, defiende que estos cambios, si no van acompañados de ayudas, “pueden resultar en un cierre de las cocinas gestionadas por familias y particulares y el paso a la gestión privada por grandes grupos, cosa que ya ha ocurrido en otras comunidades”, como en el caso de La Rioja, o en ciudades como Gijón. “Desde el AFA Ceip Rafal Vell no nos parece un modelo adecuado para las Illes Balears el de comunidades como la Valenciana, que obligan a la adaptación vegana pero a la vez licitan con grandes empresas la mayoría de comedores escolares”. “El mundo de los comedores escolares de centros públicos es complejo y debería depender de proyectos educativos y comunitarios con implicación social”, incide.
En el caso de su propio comedor, el Rafal Vell recalca que “no puede asemejarse a muchos otros servicios de comedor”. Al respecto, subraya que es “particular” en diferentes sentidos: su funcionamiento está íntimamente ligado al proyecto educativo del centro (formación de monitores, trabajo con los tutores de los niños y las niñas, etc.; funciona con una cocina propia gestionada por la AFA, que mantiene una comisión de comedor abierta a las familias interesadas en colaborar y contrata directamente los profesionales especializados, de los que se favorece la estabilidad y continuidad en el trabajo para propiciar el vínculo con los niños y niñas, y atiende a 270 alumnos en un centro con capacidad para dos líneas de cada curso, que deben comer en dos turnos y utilizando un espacio complementario al del comedor. “Como referencia: la escuela más cercana con cocina propia tiene una media de 20/30 usuarios. Realiza múltiples adaptaciones por motivos de salud”, especifica.
Asimismo, desde el equipo directivo explican que, a diferencia que la mayoría de colegios públicos, ofrece merienda incluida en el servicio, “sana e igual para todos los comensales, y garantiza que el proyecto educativo del centro tenga continuidad para todos los niños y niñas, independientemente de la capacidad económica de sus familias y por este motivo amplía las horas educativas de calidad (hasta las 17.00 horas sin necesidad de contratar servicio de extraescolares)”. En este aspecto, subrayan que en Balears todos los colegios públicos tienen jornada de mañana, “no jornada partida, por lo que la jornada escolar termina a las 13.30 o a las 14.00”.
En esta línea, recalcan que, frente a las acusaciones de discriminación, todas las familias son informadas antes de la matrícula sobre la especificidad del servicio de comedor. “El menú es público y son muchas las que eligen el centro por su especificidad frente a otras opciones. Nuestros servicios jurídicos nos han informado de que no puede haber discriminación en un servicio voluntario, contratado con conocimiento de causa y vinculado a un centro educativo elegido frente a otras opciones”.
Respecto al veganismo, aseguran que “se ha valorado junto con la nutricionista las opciones de generar un menú vegano completo y que siga la normativa vigente y el modelo de centro (con productos locales y sin ultraprocesados como los que encontramos en adaptaciones veganas que hemos consultado) y atendiendo al especial cuidado que merecen estas adaptaciones. Para hacerlo ahora mismo necesitaríamos más espacio en la cocina y personal complementario. No es un problema de voluntad sino de dimensiones materiales del servicio (no comparables a los de un catering ni a las de un servicio con menos comensales o menos variaciones de menú por motivos de salud que el nuestro”.
También señalan que, en este sentido, se ha informado a la Conselleria de la necesidad de ampliar la cocina para poder ofrecer más servicios (facilitar, por ejemplo, todas las demandas de comedor en días sueltos) y valorar adaptaciones no previstas en la ley. “Pero de momento nuestra petición no aparece en el plan de infraestructuras. Si la familia presionase en este sentido junto con la AFA, su demanda particular podría revertir en el bien de muchas otras familias”, remarcan.
Desde el colegio inciden en que los menús adaptados “tienen que ser tan cercanos como sea posible al menú basal”. En este sentido, consideran que “sería injusto y quedaría fuera de la normativa ofrecer un menú vegano a todos los alumnos que requieren adaptaciones por motivos morales (como los vegetarianos no veganos), de salud o religiosos, como ha propuesto la familia en otros medios de comunicación”.
En su comunicado, aclaran que en la normativa balear “el hecho de que un alumno pueda consumir comida propia, llevada desde su casa, no está todavía regulado”. “Hemos realizado una nueva consulta en este sentido y estamos pendientes de respuesta de la administración, a la que hemos pedido concreción en la normativa. No nos consta que la familia haya contactado con Seguridad Alimentaria. En caso de regulación, cabría tener en cuenta cómo evitar la contaminación cruzada con los alimentos del centro ante alimentos cuya composición se desconoce; los mecanismos de conservación que se deben implementar para garantizar el estado de los alimentos; la responsabilidad de las familias respecto de los alimentos traídos al centro en caso de intoxicación” o, en tanto que el comedor es un espacio educativo, “las condiciones de monitoreo de estos alumnos respecto al resto de comensales, a los que se enseña a comer todo tipo de alimentos, independientemente de sus gustos particulares, frente a la comida que los niños puedan traer de casa”.
“Entendemos que los vacíos legales son responsabilidad de la administración y que las familias deberían colaborar con las AFA para concretarlos. Desde nuestra experiencia de casi 40 años gestionando un comedor escolar cualquier cambio legislativo debería tomar en consideración la necesidad de concretar claramente la variedad de menús para los que se deben hacer adaptaciones. Las AFA representamos a todas las familias: no se puede dejar al criterio de un centro decidir qué opciones morales tienen más peso frente a otras: podemos tener familias ecologistas que desearían un menú 100% de productos Km0, familias vegetarianas no veganas, familias que consumen carne local pero tienen en cuenta la huella de carbono de productos como la soja o el aguacate, etc.”.
“En el caso que nos ocupa, la adaptación se propone en función de las opciones variables de un alumno de educación infantil, cuyos gustos y criterios están en proceso de formación, y no como opción de su familia (en este caso, cabría considerar si es necesario el acuerdo de todos los tutores legales del mismo)”, abundan desde el colegio, aseverando que también se debe tener en cuenta la disponibilidad de ayudas económicas para los centros que necesiten ampliar cocinas o contratar personal para atender una posible diversidad de menús.
“Reiteramos nuestra preocupación por el bienestar del niño y nuestro seguimiento del caso, que todavía está en evaluación y pendiente de resoluciones de la administración derivadas de peticiones de nuestra asociación”, sentencia el centro.