Caída de árboles, desprendimientos, cancelación de vuelos... La tormenta desatada este domingo en Mallorca no pasó desapercibida por la isla y dejó múltiples incidentes en los que todavía se trabaja este lunes. Sin embargo, uno de los más graves fue el impacto del crucero Britannia con un petrolero que se encontraba atracado en el pantalán de graneles líquidos del puerto de Palma.
Con una eslora de 330 metros y una manga de 44 metros, el Britannia es uno de los cruceros más grandes que navegan por el Mediterráneo. Lo que menos esperaban sus ocupantes durante su escala en Palma fue acabar rompiendo amarras como consecuencia del fuerte temporal y colisionar contra el petrolero Castillo de Arteaga, con capacidad de carga de 37.430 toneladas y doble casco de acero. Pese al choque, no hubo que lamentar heridos en ninguno de los buques y tampoco se produjo ningún vertido.
Técnicos de la Autoritat Portuària de Balears (APB) sí se encuentran reunidos esta mañana con representantes de la empresa Exolum, concesionaria de la descarga de combustible en el puerto de Palma, con el objetivo de evaluar los daños producidos tanto en el muelle (se calcula que un 20% del mismo ha quedado inoperativo) así como en la instalación de descarga. Con todo, tal como han informado fuentes de la APB a elDiario.es, la descarga de suministro se encuentra garantizada dada la existencia de alternativas, mediante el uso de mangueras provisionales, en caso de la instalación fija se haya visto afectada.
En cuanto al crucero, operado por la compañía P&O y con capacidad de carga para 4.300 cruceristas, Capitanía Marítima mantiene prohibida su salida tras haberse detectado que un bote y varias balsas salvavidas han resultado dañados como consecuencia de la colisión. La normativa en este sentido es especialmente estricta, puesto que en todo momento debe haber sobrecapacidad de embarcaciones de salvamento en relación con el número de pasajeros y tripulantes y en estos momentos el Britannia no cumple con ello. Por este motivo, la compañía está estudiando desembarcar a unos 400 cruceristas en el puerto de Palma para que el buque pueda reanudar su trayecto, aunque aún no se ha adoptado una solución definitiva.
Cabe recordar que el impacto tuvo lugar cerca de las 11.00 horas de este domingo, cuando el Britannia sufrió la rotura de las amarras como consecuencia de una intensa racha de viento, quedando el buque al pairo. El viento arrastró al crucero hasta el otro extremo de la dársena hasta colisionar con el petrolero Castillo de Arteaga, que también se encontraba atracado. El petrolero sufrió un boquete en el casco del costado del muelle, sin que se produjese vertido alguno al mar. La APB activó de inmediato el Plan Interior Marítimo (PIM) a nivel 0 como medida preventiva.
Se da la circunstancia de que otro buque, que navegaba de València a Eivissa, colisionó este domingo con el muelle en el puerto de la ciudad balear. Según informaron desde la APB, el incidente ocurrió pasadas las 12.00 horas en una embarcación de pasajeros, con 750 personas a bordo, mientras realizaba la maniobra de atraque. Tras el impacto, el barco corrigió la maniobra y atracó en otro muelle, el del Botafoc Ibiza Marina, desembarcando a todo el pasaje y sus vehículos. Como consecuencia de la colisión, el buque sufrió una vía de agua en el costado, en el casco. Por este motivo, Capitanía Marítima le impidió la navegación.