La polémica médica negacionista de Menorca, Nadiya Popel, está siendo investigada por un presunto delito contra la salud pública y ha sido citada a declarar la mañana del 8 de febrero por el Juzgado de Instrucción número 3 de Maó. Entre otras acusaciones, el Colegio de Médicos de las Illes Balears (COMIB) señala que la doctora Popel “pone en riesgo la seguridad de los pacientes” por la utilización de los productos como lejía, agua oxigenada o disolvente industrial sin base científica, no autorizados, de origen poco claro (envases con la etiqueta escrita a mano) o elaborados de forma “casera” como en el caso del llamado 'ormus'“.
Popel suministraba los medicamentos no autorizados a pacientes con cáncer, según han asegurado fuentes del COMIB a elDiario.es. La médica negacionista ejercía en el hospital público Mateu Orfila hasta su expulsión provisional del COMIB el 28 de septiembre, lo cual la inhabilita para ejercer la profesión, a la espera de lo que determinen las instancias judiciales tras el juicio, que se inicia el mes que viene, como ha adelantado Última Hora.
El órgano colegiado suspendió provisionalmente a Popel por “infringir de manera reiterada” el código deontológico, lo que sirvió a la médica conspiranoica para iniciar una cruzada a través de su canal de Telegram, desde el que acusó a los medios de comunicación de haber instado a “una campaña de difamación contra ella”. De hecho, Popel pidió dinero a sus fieles para denunciar al grupo Mediaset y al COMIB, aunque ninguna de las entidades ha recibido ninguna notificación al respecto, según confirmaron a este diario.
El perfil de Nadiya Popel
La controvertida Popel, que define el sistema sanitario como “corrupto”, detalla en su web que es médica de emergencias con más de 18 años de experiencia en el hospital público Mateu Orfila de Menorca y que cuenta, entre sus especialidades, electrocardiología; ecosonografía; medicina familiar y medicina comunitaria. Se define, además, como ex paciente de cáncer, motivo por el que se hizo “experta conocedora de todas las alternativas convencionales y no convencionales” para el tratamiento de “enfermedades difíciles” y describe sus prácticas –al menos algunas de ellas censuradas por el COMIB por carecer de evidencia científica– como “la verdadera medicina saludable”.
Además, asegura que trabaja por el “avance en innovaciones que son necesarias” y que podrían curar, según ella, enfermedades raras, crónicas y casos de complicaciones por la COVID-19 o por las vacunas inoculadas contra el virus. Considera, en contra del criterio mayoritario y aceptado por la comunidad científica, que es innecesario vacunar a los niños de la COVID-19 y que existe un balance “desfavorable entre los riesgos de inocularse y los supuestos beneficios que ofrecería”. La doctora se hizo famosa durante la pandemia de la COVID-19 porque en pleno auge de contagios en la isla colgó carteles contra la vacuna AstraZeneca en los paneles informativos del hospital y comenzó a difundir información dudosa a través de su canal de Telegram.
En este sentido, la dirección de Salud de Menorca alertó a las farmacias de la isla que no aceptaran recetas firmadas por Popel, después de que se detectara -a través de sus redes sociales- que ofrecía Ivermectina como tratamiento contra el coronavirus. La Ivermectina es un antiparasitario utilizado para tratar la sarna que no tiene ningún aval científico contra la COVID-19 –ni la Organización Mundial de la Salud ni la Organización Panamericana de la Salud lo han avalado– y que se ha hecho popular en países como Argentina.
Según Popel, y los cada vez más numerosos grupos conspiranoicos que crecen como setas a través de las redes sociales, existe una especie de plan de dominación para imponer una dictadura global. “Bill Gates, que financia la OMS, ha dicho varias veces que su objetivo es reducir la población mundial”, dijo la médica negacionista a elDiario.es respecto al supuesto objetivo oculto tras la vacunación masiva.
Qué denuncia el Colegio de Médicos
El COMIB incoó medidas provisionales previas al inicio del expediente de la doctora Nadiya Popel el 27 de septiembre de 2023 que implicaban dar de baja cautelarmente de colegiación a la doctora, según consta en el documento del COMIB al que accedió elDiario.es. Es una medida provisional antes de la incoación del procedimiento ante la supuesta comisión de 24 faltas muy graves que infringirían el Código de Deontología Médica.
Entre estos hechos, el COMIB citaba una noticia de Diari de Menorca que informaba el 1 de septiembre de 2023 que “una paciente ha iniciado los trámites para denunciar a la doctora Nadiya Popel por haberle prescrito dióxido de cloruro, un producto que la Agencia Española de Medicamentos (AEMPS) recomienda encarecidamente no consumir en ningún caso”. La prescripción pretendía curar un hongo vaginal. “Cuando fui a la farmacia y lo expliqué, la farmacéutica me dijo que ni en broma y es cuando me dirigí a mi ginecólogo particular”, explicó la afectada por el tratamiento de Popel en el diario local.
El COMIB recogía en su escrito el contenido de hasta siete vídeos que la controvertida médica negacionista difundió a través de Telegram (tanto a través de su canal particular, como mediante el Movimiento Asistencia Integral, una organización creada por ella). En estos vídeos proponía como tratamiento, por ejemplo, inyectar dióxido de cloro en cáncer de mama (también para el coronavirus, la malaria o el autismo, entre otros) pese a los riesgos que tiene, según la AEMPS, para la salud.
Debido a la presunta utilización de otros métodos, como el peróxido de hidrógeno o el sulfóxido de dimetilo, el COMIB considera que la doctora Popel estaría poniendo en riesgo la salud de los pacientes. Cita, entre estas prácticas, la utilización de productos sin base científica, no autorizados; la vía de la administración (diferente a la admitida); la asepsia en los procedimientos y los establecimientos donde se llevan a cabo los tratamientos. Por este motivo, solicitó la suspensión cautelar.
En un artículo de opinión publicado en Diari de Menorca, Popel defendía que los médicos del COMIB que tomaron esta decisión se han “tomado el derecho a decidir lo que es bueno o malo” para sus pacientes, “sin tener en cuenta su voluntad”. La doctora consideró que esta decisión olvida “unos cuantos Derechos Fundamentales de la Constitución Española” y también del Derecho Internacional. “Me ha parecido una experiencia penosa entre médicos y compañeros que demuestra que ni somos un gremio más inteligente, ni más humano, ni más compasivo, ni nada de nada”, concluía Popel, que afirmaba que los médicos del COMIB utilizaron su posición “privilegiada” para decidir “cuál médico puede ejercer y cuál no”.
Una persona del equipo de Nadiya Popel respondió a elDiario.es, la penúltima vez que este diario le pidió recabar su versión de los hechos, que la médica tenía un “alto volumen de trabajo”, motivo por el cual no iba a conceder más entrevistas, por el momento, a los medios de comunicación. Este diario se ha vuelto a poner en contacto con la médica, sin que haya sido posible hablar con ella en el momento en que se publica esta noticia.