Agentes de la Policía Nacional han identificado a un joven como presunto autor de los insultos racistas proferidos contra el jugador del Real Madrid C.F. Vinicius Jr el pasado día 5 de febrero en Mallorca.
Según ha informado la Policía Nacional, agentes pertenecientes a la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Brigada de Seguridad Ciudadana, a instancias del coordinador de Seguridad del mismo cuerpo policial, han identificado a un joven como presunto autor de los insultos proferidos contra un jugador del Real Madrid C.F. en el partido disputado en el estadio de Son Moix el pasado 5 de febrero.
El coordinador de Seguridad ha emitido informe a la Oficina Nacional del Deporte para su remisión a la Comisión Antiviolencia, así como a un juzgado de Palma donde se sigue un procedimiento judicial por delito leve con motivo de una denuncia interpuesta por La Liga. La Policía Nacional ha significado que el joven aficionado también ha sido propuesto para sanción por proferir los mismos insultos a un jugador del Villarreal C.F en el partido disputado este sábado 18 de febrero entre el RCD Mallorca y el conjunto 'groguet'.
“Puto mono”
Tras el partido entre el RCD Mallorca y el Real Madrid, LaLiga anunció que investigaba nuevos insultos racistas contra Vinicius Jr, a quien gritaron “puto mono”. La entidad condenó “firmemente” lo ocurrido y señaló que “interpondrá las denuncias necesarias y se personará para continuar luchando, dentro de sus competencias, ante cualquier tipo de acto, comportamiento o incidente racista”.
Los cánticos racistas contra Vinicius son recurrentes. La Liga ya presentó denuncias por los insultos durante el partido entre el Real Valladolid y el Real Madrid en enero de este año, ante los organismos judiciales, administrativos y deportivos competentes. Al futbolista le tiraron objetos y le llamaron “mono” desde la grada. Lo mismo que le gritaron en septiembre aficionados del Atlético de Madrid antes y durante el derbi que se disputó en el estadio Metropolitano.
La Fiscalía archivó esa investigación porque, pese a reconocer la existencia de los cánticos racistas, fueron proferidos por personas que no pudieron identificar. El Ministerio Público los definió como “desagradables, inapropiados e irrespetuosos”, pero entendió que no fueron delictivos al haber durado unos pocos segundos, haberse producido “con ocasión de la celebración de un partido de fútbol de máxima rivalidad” y no poder imputarse a una persona concreta.