Dice el diccionario de la Real Academia Española que la ‘depresión’ es:
Y, para entender algo mejor esta complicada enfermedad, la Wikipedia nos cuenta que:
“La depresión (del latín depressio, que significa «opresión», «encogimiento» o «abatimiento») es el diagnóstico psiquiátrico que describe un trastorno del estado de ánimo, transitorio o permanente, caracterizado por sentimientos de abatimiento, infelicidad y culpabilidad, además de provocar una incapacidad total o parcial para disfrutar de las cosas y de los acontecimientos de la vida cotidiana”
Pues yo creo que así es como estamos: deprimidos. El país se halla hundido, oprimido, con baja actividad, económica y de todos tipos, vaya… Infeliz, abatido, incapaz de vislumbrar un futuro…
Pero la pregunta sería: ¿es el país el que se encuentra así, o es el Gobierno y por extensión su Presidente, Mariano Rajoy el que realmente está deprimido?
Una de las típicas características de la depresión es que el que la sufre no se da cuenta. Es más, cuando las personas que le rodean, generalmente preocupadas por su salud, se lo hacen notar, lo niega. No quiere verlo.
Nuestro país, ‘¡España!’ o el ‘estado español’ como lo llaman otros, está agotado. Este modelo de grandes partidos y casposos políticos heredado de la tramposa transición toca a su fin. La corrupción campa a sus anchas. Las instituciones y organismos del estado, una tras otra, van cayendo en imagen y ganando en desafección por parte de la ciudadanía; parece que tras los partidos políticos, sindicatos, Casa Real y policía, ahora le toca a la Justicia… Podría enumerar aquí cientos de casos de corrupción, hacer un repaso de la #MarcaEspaña por la prensa extranjera, pronunciar un solo nombre que siembra el pánico, que empieza por ‘Bár’ y acaba por ‘cenas’…, pero es este momento de diagnóstico y reflexión, no de crear más ansiedades.
Otra característica de esta enfermedad es que no es responsabilidad del que lo sufre, aunque pensando en términos de corrupción, por ejemplo, no estaría yo tan seguro en este caso. Pero bueno.
La cuestión es que estamos deprimidos (o tal vez es Mariano Rajoy el que lo está), y hay que hacer algo. Y hacerlo ya. Prolongar la situación esperando a ver si empieza ya la liga de fútbol no ayuda.
Y esto me lleva a otro síntoma. Muy típico es el ‘buscar distracciones y mirar a otro lado’ para no enfrentar el problema‘buscar distracciones y mirar a otro lado’. Ya sea el heroico comportamiento de la ciudadanía tras un accidente ferroviario o cualquier éxito deportivo (un clásico). En esta situación, el tratamiento farmacológico prescrito por un “médico independiente” suele ser de ayuda, pero en este nuestro caso, las recetas neoliberales que estamos recibiendo no hacen más que agravar el estado el paciente. Y además, me da la impresión de que el Sr Rajoy se salta la medicación de vez en cuando. Vamos, que ni siquiera esto lo hace en serio. En cualquier caso son recetas equivocadas y en este caso, en mi opinión, tenemos que dejar de sedarnos con fármacos y enfrentar la realidad de cara. Y hacerlo ya, que cada día que pasa, más y más gente sufre.
¿Cuál sería la parte buena de todo esto? ¿A dónde podemos agarrarnos en un momento así?
La familia, la ciudadanía. Aquí estamos, preparados para ayudar, para ser una piña. En cuanto que los responsables, o el responsable, en este caso el Sr. Rajoy, de muestras de tener iniciativa, de querer salir del bache, de ayudar a las personas por encima de los bancos, aquí vamos a estar para ayudar, arropar y empujar juntos. De eso estoy seguro.
Tras mucho pensarlo y hacer un exhaustivo análisis de la situación, quiero creer que no es el país el que está deprimido, sino su Presidente, así que me voy a permitir dirigirme a él, directamente.
Mañana, Sr. Rajoy, que le recuerdo que comparece en el Parlamento, tiene usted una buena oportunidad para hacer algo. Tomar ‘el toro español’ por los cuernos. Decida usted, o toma la iniciativa, reacciona y empieza a hacer cosas y tomar medidas (por muy en desacuerdo que yo pueda estar con ellas) o, mire, mejor déjelo. Retírese, piense en su salud, dé un paso atrás y deje que otros compañeros de su partido, o mejor, aquellos que elijamos en nuevas elecciones resuelvan el pastel que tiene usted delante y al que no se atreve a (o no puede) meterle el diente.
Se lo digo desde el cariño y con legítima preocupación. Sr. Rajoy, está destrozando nuestra familia, nuestra convivencia, nuestro futuro, y eso no lo vamos a permitir, no. De momento nos estamos organizando como podemos para sobrevivir al margen el Estado, creando estructuras de ayuda, saliendo a la calle, protestando una y otra vez por pura responsabilidad… Pero como le digo, no vamos a permitir que su enfermedad siga dañando a todo el mundo que le rodea.
No lo vamos a tolerar, no.
Aunque tengamos que incapacitarlo, e ingresarlo en contra de su voluntad.
p.s. mientras vemos si el Sr. Rajoy se decide o no a hacer algo, esta tarde a las 20h hay convocada una nueva protesta en las calles de Madrid, en la Puerta del Sol. En este caso está convocada por la plataforma #QuerellaBárcenas. Yo voy a ir, claro. Y te invito a que te informes y pienses si no estaría bien que te pasaras por allí para ayudar un poco más al Sr. Rajoy a reaccionar.